La Dama de Hierro de Asia

Park Geun-hye, la presidenta de Corea del Sur, a la que muchos llaman la Dama de Hierro del lejano oriente, y la que prometió defender a su país con toda la furia necesaria en caso de una agresión de Pyongyang, tiene mucho en común con su mayor enemigo, el líder norcoreano Kim Jong-un. Los dos son hijos de dictadores. En el caso de ella, su padre, Park Chung-hee, sufrió varios atentados ordenados por el abuelo de Kim Jong-un. Ambos se convirtieron en delfines, solo que la surcoreana detenta el poder como resultado de elecciones democráticas. Kim Jong-un heredó el trono tras la muerte de su padre. Al ser hijos de guerreros tanto Park Geun-hye como Kim Jong-un tienen  una fuerte carga militar en su formación. Ninguno de los dos  tiene hijos, y sus vidas privadas se manejan con el hermetismo de los secretos de Estado. Sin embargo, de la líder de Corea del Sur se conocen más historias y datos precisos sobre su vida, contrario a su homólogo de Pyongyang de quien ni siquiera se sabe con exactitud su edad. Park Geun-hye tiene 61 años de edad. Es soltera e ingeniera de la Universidad de Sugang, en Seúl. Su padre, en 1961, como miembro del Estado Mayor del Ejército, encabezó un golpe de Estado y se apoderó del Ejecutivo y el Legislativo del país. Sólo le bastó un par de años para volverse un mandatario autoritario del que se han documentado innumerables violaciones a los derechos humanos. En 1972 aprobó una nueva Constitución que consolidaba su tiranía, pero llevó a su familia a la tragedia. En 1974 el dictador fue víctima de un atentado, pero las balas no lo impactaron a él sino a su esposa, y madre de la actual presidenta, Yuk Yung-soo. El asesinato, cometido por un espía norcoreano, propició que Park Geun-hye entrara, a la fuerza, a la vida pública. Fueron cuatro años, hasta 1979, en los que Park Geun-hye tuvo que ocupar el rol de su madre y convertirse en la primera dama de la Casa Azul, el palacio de gobierno surcoreano. A los 22 años tuvo que ser anfitriona de mandatarios de varios países, como el entonces presidente estadounidense Gerald Ford. En 1979 un agente de seguridad interna hizo lo que la dictadura de Corea del Norte no pudo: asesinó a padre de Park Geun-hye  durante una cena privada. El ejército de Corea del Sur, que tiene como comandante en jefe a Park Geun-hye, está preparado para entrar en guerra con el vecino del norte. "Responderemos con fuerza y sin consideración política", advirtió la mandataria hace una semana. Si bien al dictador lo acusan de asesino y déspota, uno de los legados de su mano dura fue sacar de la extrema pobreza al país luego de la guerra, hacer un sistema educativo consolidado como modelo global y lograr la rápida industrialización, herencia que ahora aprovecha su hija. La ‘princesa de hielo’ Desde la muerte de su padre hasta 1998 Park Geun-hye estuvo al margen de la vida pública. Regresó en 1998 como parlamentaria en la Asamblea Nacional por el partido conservador Saenuri, que traduce Nueva Frontera. En 2006 sufrió un atentado y resultó herida por una cuchillada en la cara. Algunas imágenes la mostraban con su mano deteniendo la hemorragia, inexpresiva. Desde entonces en el país la apodaron la ‘princesa de hielo’. Su elección como presidenta fue en diciembre del año 2012. Para lograr el apoyo de las mayorías nacionales debió pedir perdón por los crímenes de su padre y jurarse como defensora a ultranza de la soberanía surcoreana. Fue la primera mujer en llegar a la presidencia de su país que a pesar de ser del primer mundo conserva estrictas filosofías machistas. Sus discursos calmados pero firmes, y su exigencia para que Pyongyang detenga su discurso belicista, le han valido el calificativo de la Dama de Hierro del Asia. No dudó en responder que su país se defendería con toda la fuerza si es mínimamente provocado por Corea del Norte. “Sé lo efímero, y muchas veces, lo desgarrado que el poder político puede ser”, dijo la presidenta a la revista Time en diciembre, cuando fue su portada. Además el sitio web The Daily Beast la consideró una de las 125 mujeres más influyentes del mundo. Su promesa de gobierno, más allá de la defensa armada, tiene que ver con la protección económica de su nación y mensajes populistas para la clase media, que en muchos sectores son solo considerados "politiquería". Lea también La sucesión de los Kim Jong   Fuentes: Agencias El País de España Time magazine