La sonrisa de Esteban Chaves y su mamá, Carolina Rubio, es idéntica: grande y sincera. Y la usan para demostrar que no hay ningún momento difícil en familia y qu
La sonrisa de Esteban Chaves y su mamá, Carolina Rubio, es idéntica: grande y sincera. Y la usan para demostrar que no hay ningún momento difícil en familia y que unidos todo se pueda superar.
Esteban, uno de los mejores ciclistas del país, compite actualmente en el Giro de Italia y su mamá desde Tenjo, un pequeño pueblito al norte de Bogotá, cuenta que la distancia no es problema para estar cerca de su hijo. Gracias a la tecnología, con una videollamada o simplemente un chat, le brinda el aliento necesario para salir a pedalear con fuerza y motivación en cada etapa de esta competencia, que el mismo Chaves ha catalogado de 'extraña'.
Carolina define a su hijo como resiliente en su vida personal e muy inteligente a la hora de competir sobre una bicicleta. Características que lo ha llevado a portar la camiseta de Mitchelton Scott y de otros equipos importantes.
La carrera de Esteban Chaves para demostrar que lo suyo era el ciclismo comenzó a los 13 años. Sin embargo el bogotano pasó por diferentes deportes en los cuales se destacó y siempre estuvo activo. Pero solo encima del 'caballito de acero' se le sentía esa pasión única, la misma con la que se consagró subcampeón del Giro en 2016.
"El comienzo de Esteban fue con el bicicross, a los 7 años. Desde ahí se destacó. La madre de Esteban recuerda que en una oportunidad, muy niño, el ciclista tuvo una caída y su papá Jairo Chaves le habló fuerte y lo obligó a seguir la carrera. Esteban lo miró fijamente, cogió la bicicleta y terminó el circuito. Al llegar a la meta y ver a su padre le dijo: "terminé. Ahí le dejo su bicicleta, no quiero esto", comentó Rubio a KienyKe.com.
El joven Chaves se destacó en deportes como baloncesto, natación y atletismo, este último con medallas y logros en carreras locales. Pero un día el papá y la familia hicieron una competencia de duatlón familiar (atletismo y ciclismo) y allí hizo dupla con su padre que montaba bicicleta. Esteban, luego de correr se subió a la bici y ganó la carrera y ese día dijo: "voy a hacer ciclista y me voy a ganar el Tour de Francia".
Sin embargo, como ella misma lo dice, la familia unió fuerzas y junto a los doctores Sandobal, Castro y el apoyo de la Fundación Cardioinfantil, le dieron la ayuda necesaria para salir adelante, después de encontrar y tratar la lesión.
Kevin Narvaez[/caption]
"Jairo es ebanista y tenia la fábrica y ya los muebles a mano no son funcionales. Quebró muchas veces precisamente por apoyar a Esteban. Le daban un anticipo para comprar el material para el trabajo que le pedían y ese anticipo se iba para el ciclismo y las cosas de Esteban, porque no había de donde más y no había apoyo y después a cumplir con el trabajo y arriendo. Nunca quedamos mal ni se estafó a nadie pero las cosas no funcionaban como deberían ser. El ciclismo nos cambio la vida", cuenta Carolina desde su casa.
La carrera de Esteban no solo influyó en la vida de sus padres sino también en la de Brayan, su hermano menor, quien hoy hace parte del Mitchelron Scott Continental. Jairo y Carolina han visto a sus hijos partir para triunfar en lugares lejanos a su casa. La independencia tocó la puerta y ahora cada uno está triunfando en un país diferente.
"Ya no vivimos con ellos. Esteban tomó la decisión hace dos años de independizarse. Cuando se fue Esteban le pregunto a su hermano '¿Oye guey te vas conmigo?' y él sin pensarlo los dos veces dijo que sí.' Fue un baldado de agua fría para mi", comentó entre risas Carolina.
Esteban y Brayan se llevan siete años de diferencia y según lo cuenta su mamá, no son los típicos hermanos. "Esteban ama a Brayan dice yo por Brayan lo da todo, y Brayan por su lado dice que cuenta más con Esteban que con el papá.