Los escépticos de antes deben están decantando ideas y percepciones. La administración de Enrique Peñalosa se está caracterizando por propinar duros golpes a quienes han venido afectando el medio ambiente en Bogotá.
En lo que va corrido del año han sido intervenidas universidades, centros comerciales, restaurantes, colegios, industrias y compañías de minería por contaminar humedales, ríos y quebradas de la ciudad.
El caso más reciente es el cierre de dos empresas que venían desempeñando actividades de minería ilegal y que estaban contaminando gravemente el río Tunjuelito, con un inadecuado manejo de residuos peligrosos que iban a dar directamente al afluente sin ningún tipo de tratamiento.
El operativo lo lideró la Secretaria Distrital de Ambiente con el apoyo de la Policía Nacional y el CTI de la Fiscalía. Las autoridades capturaron a siete personas y decomisaron nueve equipos que se usaban para extraer agua del caudal.
Los responsables pueden recibir condenas de hasta 9 años de prisión y multas por 3.500 millones de pesos, según fuentes oficiales.
Enrique Peñalosa y tel trabajo en el medio ambiente
Zona recuperada en Suba
Otra acción: el Distrito recuperó más de 1.500 metros cuadrados que particulares habían invadido del Humedal Córdoba, en Suba, desde hacía por lo menos 10 años.
En estos predios funcionaban de manera ilegal un parqueadero y una compraventa de carros, al tiempo que se adelantaban distintas obras de relleno y construcciones que contaminaban el cuerpo de agua.
Colegios conminados
Igualmente el Distrito obligó a los colegios La Sallete, Gimnasio Pepa Castro, Bilingüe Richmond y Gimnasio Campestre a cerrar sus vertimientos de aguas residuales por contaminar los humedales de Torca y Guaymaral, en el norte de la ciudad, tras determinar que contenían grasas, detergentes y materiales orgánicos.
Centros comerciales también
El equipo técnico de la Secretaría de Ambiente de Bogotá puso al descubierto que los centros comerciales Bima y Multiparque, el restaurante La Margarita del Ocho y la Escuela Colombiana de Ingeniería también descargaban sus aguas residuales en estos dos humedales y no contaban con permisos de la autoridad ambiental, por lo cual también los obligó a cerrar sus vertimientos y a cumplir con las disposiciones ambientales.
Printer y el tinte azul
Otra empresa que se vio comprometida por contaminación fue la Litografía Printer Colombia. De sus instalaciones se filtró un tinte azul que llegó hasta el Humedal Jaboque donde afectó tinguas, patos canadienses, ranas y otras especies animales y vegetales que habitan en este ecosistema.
Para descubrir de donde provenía la contaminación se tuvo que llevar a cabo un procedimiento especial en el que participaron funcionarios de la Secretaría de Ambiente, Bomberos, el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climática (IDIGER), la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y la Policía Ambiental que siguieron la huella contaminante a través de la red del alcantarillado.
También universidades
Las universidades Javeriana y Central fueron obligadas a parar obras que llevaban a cabo por contaminar con residuos el cauce del Canal Mariscal Sucre, en inmediaciones del Parque Nacional. Y por verter grandes cantidades de lodos de construcción a la red de alcantarillado de la ciudad, respectivamente.
Diez empresas cerradas
La Secretaría de Ambiente también cerró ya 10 empresas por emitír materiales particulados que se generaban en hornos y calderas que eran utilizados en la fundición de vidrio para la elaboración de bombillos, trabajos con aluminio y bronce, así como para la generación de energía térmica.
Todas estas acciones –según voceros del gobierno Peñalosa- demuestran que la protección del medio ambiente es una de las prioridades del alcalde Peñalosa, quien no ha escatimado esfuerzos para contrarrestar a quienes han estado contaminando tanto el agua como el aire en Bogotá. Por lo pronto siguen sus trámites los procesos legales y sancionatorios ante las instancias respectivas, que en algunos casos pueden ascender a los 5.000 salarios mínimos.