Desde hace más de 50 años, Guillermo Quintero se gana la vida tallando lápidas. Con sus manos logró sacar adelante a su esposa y tres hijos.
Desde hace más de 50 años, Guillermo Quintero se gana la vida tallando lápidas. Con sus manos logró sacar adelante a su esposa y tres hijos.
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Hoy en día tiene un local de seis por seis metros sobre la cuadra de la entrada sur del Cementerio del Norte, más conocido como el cementerio de Chapinero.
Guillermo, junto a uno de sus hijos, Oscar, hace lápidas en esa zona desde hace 10 años. También venden cofres para las cenizas y restos.
En 50 años de oficio, lo más raro que ha hecho don Guillermo es tallar en mármol cantantes de rock y la hoja de la marihuana, según él, “uno de los detalles más pedidos por algunas madres”.
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El negocio familiar empezó en los años 60, cuando el abuelo de Guillermo decidió montar una marmolería a escasos metros del Cementerio Central.
Hoy en día, Don Guillermo, como le dicen quienes trabajan con él, y su hijo, han logrado mantener la tradición familiar innovando en diseños, técnicas y colores.
Su labor ha sido netamente empírica. “Empecé a los 12 años ayudándole a mi papá y a sus amigos en el cementerio Central. Cuando mi padre vio que me estaba yendo bien, me invitó a trabajar con él”, asegura Guillermo.
Oscar Quintero, hijo de Don Guillermo, es abogado y reparte su tiempo entre los juzgados, la marmolería y sus dos hijos. “No me he querido retirar del negocio por dos razones, me gusta trabajar con mi padre y disfruto haciendo esto”.
Oscar Quintero recorre el cementerio mostrando sus obras mientras explica cómo es el procedimiento para hacerlas. Muestra con orgullo cuáles él mismo ha tallado con sus manos.
Aunque toda su vida ha usado sus manos para el oficio, la evolución del negocio los está obligando a innovar, pues según él, “ahora casi no se hacen a mano, sino que en plotter se imprime el molde y se pone en la lápida”.
Según Oscar, la mejor época para el negocio son los meses de Noviembre y Diciembre. “Es un gasto aplazado, así que con las primas y eso, la gente aprovecha para manda a hacer las lápidas”.