La Peluquería vs. el alcalde: ¿quién tiene la razón?

Jue, 30/05/2013 - 16:30
El enfrentamiento con la Policía de La Candelaria en el lanzamiento de un video musical de la banda Cero39 que se llevó a cabo en La Peluquería el pasado viernes 17 de mayo sigue dando de qué habl
El enfrentamiento con la Policía de La Candelaria en el lanzamiento de un video musical de la banda Cero39 que se llevó a cabo en La Peluquería el pasado viernes 17 de mayo sigue dando de qué hablar. Aún no es claro si La Peluquería es un espacio público o privado, y qué tipo de establecimiento es exactamente. ¿Tenía derecho la Policía a entrar al evento? ¿Hubo abuso por parte de los oficiales? –Melissa, ¿qué es La Peluquería? –La Peluquería es lo que llaman hoy en día un espacio independiente, que es  la máxima definición que se ha logrado con el IDARTES. Estos espacios son lugares con equipamiento cultural que brindan diferentes posibilidades en actividades relacionadas al medio artístico como danza, teatro, música, artes visuales, artes plásticas. La Peluquería es pionera en eso. Yo soy la directora. Es un formato que maduré mientras vivía en Londres inspirada en espacios culturales que conocí. Somos un colectivo de artistas plásticas llamadas Las Peluqueras Asesinas, que cortamos el pelo a gente que no le tiene miedo a los cambios y a experimentar. Trabajamos sin espejos y las peluqueras no pueden ser graduadas de academias de estética, sino que venimos de las Artes Plásticas. Es una práctica artística relacionada con el cambio extremo. Además tenemos una barra donde se sirven tragos calientes y cerveza durante el día. Solamente se vende licor cuando hay un evento por la noche. Tengo un registro en la Cámara de Comercio desde el 2008 para peluquería, realización de eventos, galería de diseño centro de convenciones y eventos musicales, artes plásticas y visuales. También tengo permiso (o concepto) de suelos, en el que consta que puedo funcionar como peluquería y lugar de eventos, y permiso (o concepto) de bomberos. También tengo un concepto de sanidad que dice que tengo señalización, baños para el público, condiciones de aseo y bodegaje de basuras y extintores. Y el permiso de Sayco-Acinpro para poner música. Todos los permisos están en orden, la Policía no tenía que haber hecho lo que hicieron. Esta también es mi casa, mi vivienda. Solo abro por objetivos específicos, para pequeños eventos culturales. Así esto hubiera sido legal o ilegal, no tenían que haber hecho lo que hicieron. No tenían que romper mi celular, arrastrar a Daniela Wong por el piso y preguntarle si era hombre o mujer, y haberle roto la memoria al camarógrafo. Lo importante es que en la conciencia de la gente no quede que la Policía tenía derecho a hacer lo que hicieron. La Policía no tenía ni idea de qué permiso me estaban pidiendo. Hubiera sido tan sencillo como sacarles la Cámara de Comercio. No conocen la ley pero se sienten dueños de la ley. Aquí no hubo disturbios ni hubo quejas por el volumen de la música. Aquí no estaba pasando nada malo, la gente estaba feliz. Quién sabe qué se habrán imaginado… Artistas, maricas, homosexuales, drogadictos… Ese es el problema más grave, la pedagogía en la Policía. A mí no me importa que crean que La Peluquería es legal o ilegal. Yo siempre he jugado con eso. Porque me da risa la sociedad con ese tipo de temas, el formato. Hay cosas que se salen de los formatos. Y qué bueno que uno se pueda salir de los formatos, porque hay mucho que hacer por fuera de esos formatos. Y por eso tambalea la Policía y el Alcalde, porque se les sale de las manos. Lo que está en el limbo es el arte.   Melissa Paérez, La Peluquería, Bogotá, Colombia, Kienyke Melissa, quien es la directora y creadora de La Peluquería, decidió cerrar el establecimiento. –¿Por qué vas a cerrar La Peluquería? –El Alcalde de La Candelaria sacó otras cosas al sol en la entrevista que le dio a El Espectador que nada que ver. El tipo me dio una mala impresión y decidimos cerrar por ahora. Además la Policía nos tiene entre ojos. El Alcalde no está muy de acuerdo con los centros culturales, está súper en contra del Street art en La Candelaria. Tiene el Chorro de Quevedo completamente muerto, frenó la actividad cultural que había ahí. Yo quiero averiguar, ¿hasta qué punto pueden hacer lo que hicieron? A mí lo que más me interesa de ahora en adelante es que por medio de este caso se comprenda y se entienda hasta qué punto la fuerza pública puede hacer lo que hace. Es lo más importante, a mí ya no me importa defenderme. A mí ya no me pasó nada. Mi interés es filantrópico, yo he tratado de brindarle a la ciudad otras cosas. No es que esto esté de moda, es que es parte de un movimiento cultural artístico independiente donde se quiere mostrar otra actitud ante la vida. Mi prioridad es pedagógica, a mí tampoco me gusta el papel de víctima. Yo no soy ninguna boba, yo soy reaccionaria. Ya no pasó nada, pero quiero que la gente entienda que la fuerza pública no puede hacer eso.  Erika Espitia, La Peluquería, Bogotá, Colombia, Kienyke Daniela Wong teme por su seguridad y puso una querella en la Fiscalía. Daniela, quien trabaja en La Peluquería como una de las Peluqueras Asesinas, nos dio su testimonio: –¿Qué fue lo que hiciste que llamó la atención de la Policía? –Queríamos que la gente saliera, que se acabara el evento, y la Policía solo estaba ahí parada y no ayudaban a sacar a nadie. A mí me tocaba arreglar el espacio, entonces me puse a barrer y se formó una nube de polvo alrededor de ellos. Cuando uno barre, la gente automáticamente se va. Quedaron resentidos conmigo por el acto de haber barrido. Entonces comenzaron a preguntar, “¿es hombre o es mujer?” “¡Ah, no, es marica!” Y yo les decía que yo era lo que ellos quisieran que yo fuera… A mí eso ya no me importa, no es la primera vez que la Policía hace eso conmigo. A mí me ha pegado la Policía pensando que soy un chico. A uno comienza a parecerle normal que ellos puedan atarbanearlo. Si a uno le dan violencia, lo normal es que la gente responda con violencia. Y sin embargo nadie hizo nada, solo comenzaron (los asistentes al evento) a gritar que ellos les pagaban su sueldo con sus impuestos. Después estábamos afuera, en la entrada de La Pelu, tomándole fotos a la Policía. Entonces cayó un celular al piso. Yo me agaché a recogerlo y me agarraron dos Policías del cuello. Una mujer me agarró por delante y un hombre por detrás. Me tiraron al piso y comencé a ahogarme. Les pedí que me soltaran porque me ahogaba. Cómo sería que el prendedorcito que tenía me lo destruyeron. Cuando la Policía me soltó, tomé aire, me le solté del otro Policía, entré corriendo y me paré detrás de la barra. Yo no los agredí ni física ni verbalmente. No les dije groserías. Pero no sé si el haber barrido haya sido una agresión. Un policía me dijo: “Usted no siempre va a andar acompañada,” como amenazándome. El Agente de mayor cargo se me acercó y me dijo que un gas pimienta en la camioneta no me iba a sentar nada mal. No me gustó que me dijera eso. Si a mí me hubieran cogido, ¿qué me habrían hecho? Estaba re asustada, muy, muy asustada. No me pude ir a mi casa porque me estaban esperando para judicializarme y no se fueron hasta las 6 de la mañana. El sábado vine a trabajar y cuando salí vi a dos policías en una moto parqueada que me estaban mirando. Cuando comencé a caminar prendieron la moto, me voltee a mirar y no les vi la cara porque tenían los cascos puestos. Cuando se dieron cuenta que estaba acompañada se hicieron los bobos y se fueron. A mí me da un susto muy tremendo, entonces el lunes puse una querella en la Fiscalía. Si a mí me pasa algo ellos son los culpables. Me da mucho susto salir sola y por mi seguridad siempre ando acompañada. Cada vez que veo un Policía corro.     También conversamos con Edilberto Guerrero, Alcalde de La Candelaria: –Alcalde, si se trata de un establecimiento público o privado parece no ser claro. ¿Qué lo hace un evento público y qué uno privado? –En ese momento estaban en un evento público con invitación que se puede encontrar en la web a 20.000 pesos la entrada. Si es un evento público, obviamente tienen que dar acceso para hacer un operativo. –¿Si cobran entrada y hay invitaciones, eso lo hace un evento público? –Claro, porque incluso está publicado en las redes como un evento público. La Policía tiene el control de los establecimientos y en cualquier momento hacen un operativo. Si es un establecimiento público los tienen que dejar entrar, por la razón que sea. Lo que no se puede confundir es que si yo soy una casa cultural independiente entonces nadie me puede controlar. –Melissa dice que esa es su casa, una vivienda privada. –Desde que ella llegó a La Candelaria en mayo, si no estoy mal, se pueden encontrar invitaciones para al menos 5 eventos en las redes y las páginas de ella. Están las invitaciones públicas con cobro de entrada, que habrá barra de licores, grupos musicales y disc jockeys. Por lo tanto no creo que sea una fiesta privada. Que ella viva allá no me consta, pero el hecho de que sea un establecimiento eso ya lo hace una actividad pública. La Peluquería, Bogotá, Colombia, Kienyke Opuesto a Melissa, el Alcalde de La Candelaria asegura que se trata de un establecimiento público –¿Qué tiene usted para decir con respecto a las declaraciones de Melissa de que usted está en desacuerdo con los eventos culturales y el street art en La Candelaria? –Yo estoy en la localidad, en este momento, más cultural de Bogotá. He hecho más actividades culturales este año que en toda la historia de La Candelaria. Tengo el Festival Candelaria, tengo 10 escuelas culturales, tuve el sábado una actividad para mil mujeres en la Plaza Bolívar donde hubo 400 artistas. Fiesta de Reyes, 60.000 personas. Revitalización de la Fiesta de la Candelaria. Trabajo de la comparsa local. Realmente, si yo me muevo en algo, es en cultura y productividad. Yo no tengo ningún problema con ninguna actividad cultural. Lo que sí es que me toca regular las cosas que la ley a mí me exige. –Hay una acusación muy grave de Daniela Wong, que trabaja en La Peluquería, que dice que La Policía comenzó a cuestionar su género y su sexualidad. ¿Qué tipo de educación o entrenamiento recibe la Policía de La Candelaria para evitar la homofobia? –Eso lo hace la Policía Metropolitana. Ellos tienen un plan de derechos humanos. En la estación de la Policía tienen un oficial cuyo objetivo fundamental es el de la promoción y prevención de los derechos humanos. Yo creo que desde hace muchos años no están aislados de eso. Si yo en algún momento compruebo que hubo abuso policial, lo único que puedo pedir es el traslado de este oficial por fuera de la localidad. Pero la investigación disciplinaria la hace la Policía Metropolitana. No la hago yo. Yo no tengo esa competencia. Yo soy diseñador industrial, yo me muevo en el mundo del diseño y la cultura. Yo entiendo del tema y por eso es mi prioridad local. Melissa tienen un expediente acá porque vino a insultar al personal de la Alcaldía. Ella tuvo que pedir perdón delante del Personero de Bogotá y tengo copia de la grabación en que pidió disculpas por su actitud grosera. Y sin embargo yo no puse ninguna denuncia. Ella ha dado un montón de declaraciones que no corresponden: El celular roto apareció arreglado. No descarto que haya habido un forcejeo, es posible que sí. Siempre en esos eventos los hay porque la gente no se quiere ir, porque están tomados. Algún Policía se le pudo ir la mano, puede ser posible, pero en este momento yo me tengo que mover con pruebas y la investigación se está llevando a cabo. Yo no quiero volver esto un asunto personal, lo quiero volver un asunto como es, formal, con una denuncia que está establecida y siguiendo los procedimientos locales. Yo me quedo realmente muy triste porque mi historia es de 30 años. Tuve que vivir asesinatos, torturas y desapariciones de mis compañeros. Yo vengo de una historia de militancia y activismo de muchos años y ahora me presenta como la belleza del alcalde terrible que odia a todo el mundo, y no. Yo  merezco también un respeto, yo no soy un aparecido. Mi compromiso con la sociedad y las luchas populares han sido de años, por los derechos de los diferentes grupos sociales. Al Policía que se le demuestre abuso policial tendrán que ponerle su disciplinario o lo retirarán del servicio, pero yo no veo cómo resulté yo metido ahí. Yo no entiendo cómo termino yo metido en algo que está en contra vía de mi historia, mi hoja de vida y mis funciones de alcalde normal. Yo no estuve en ese operativo, y la Policía siempre hace este tipo de operativos sin que yo lo ordene. Me duele mucho que yo resulte ahora como un torturador o no sé qué cosas de ese tipo.
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