Las peleas de J. J. Rendón

Jue, 20/01/2011 - 15:30
J. J. Rendón dice que debe caminar con mucho cuidado por los chismes que lo rodean. Si va a una fiesta y hay drogas se va. Si sale con una muchacha le pide la cédula. “La cruz la debe llevar qui
J. J. Rendón dice que debe caminar con mucho cuidado por los chismes que lo rodean. Si va a una fiesta y hay drogas se va. Si sale con una muchacha le pide la cédula. “La cruz la debe llevar quien hable mal de mí. He decidido dormir tranquilo”, dice en un tono conciliador desde su apartamento del piso 49 del edificio Jade de Brickell Key, en Miami, donde es vecino de Juan Pablo Montoya y el cantante Luis Miguel. Allí no sólo saca tiempo para leer entre veinte y treinta libros al mes ‒tiene una biblioteca de doce mil ejemplares‒, sino para demandar a todo el que diga algo que le parezca malintencionado o injurioso. La gente dice que es un hombre solo. En Colombia sólo se le conocen dos amigos: el publicista Cristian Toro y el abogado Abelardo de la Espriella. A sus papás, un oficial retirado y una exsecretaria bilingüe, los ve cada tres meses en algún punto de Norte de Santander porque no ha vuelto a pisar Venezuela desde 2004. No toma licor para no perder contacto con la realidad ni va a discotecas. Tampoco es fanático de un deporte. Hoy, el famoso asesor venezolano enfrente un escándalo por cuenta de una columna de Daniel Coronell, donde se revela que Javier Antonio Calle Serna, uno de los hermanos 'Comba', asegura que él y tres capos más del narcotráfico le pagaron 12 millones de dólares a Rendón para que le presentara al presidente Juan Manuel Santos un plan de negociación  para entregar sus rutas y desactivar sus operaciones. JJ Rendon Aunque no da muchas pautas sobre su trabajo, habla mucho de él y se ufana de ser uno de los mejores en su oficio. No se ruboriza cuando dice que su labor consiste en distraer, en persuadir. “Todo lo que tenga sustento debe ser eventualmente usado. Potencio a mis candidatos con los errores de los otros, pero jamás me meto con cosas personales”, dice Rendón. Sin embargo, sus contrincantes dicen cosas muy diferentes. “Mitomaníaco lleno de sí mismo”. Así calificó Humberto Márquez, el columnista de El Mundo, al asesor venezolano Juan José Rendón en una columna de agosto de 2004. Márquez hace, además, un barrido por su carrera y revela múltiples inconsistencias: fue presidente de la agencia de publicidad Chiripa, pero no lo fue; que se graduó de psicólogo, pero no lo hizo; que es un publicista académico, pero sólo de título; que Publiteca, una empresa de publicidad venezolana, se fue a la quiebra bajo su liderazgo, y que habría huido a México cuando estafó a sus socios en la agencia de publicidad AD HOC. Los rumores salieron en 2004, justo después de denunciar un fraude en la convocatoria del referendo que decidía la permanencia de Hugo Chávez. El asesor no enfrentó a Márquez porque no quiere volver a Caracas, donde tendría que iniciar el proceso. En Colombia también se le ha dicho de todo. Que montó campañas de desprestigio contra políticos como Piedad Córdoba, Lucho Garzón y Rafael Pardo. Que con sus rumores, porque es experto en rumorología del Instituto Internacional de Ontosicología en Italia, destruye honras ajenas. Tal vez por esa imagen, y porque en Internet se encuentran decenas de artículos que hablan de sus presuntas prácticas non sanctas, fue que el Citibank en Miami rechazó la apertura de una cuenta a su nombre hace tres años. El Bank of América hizo lo mismo hace dos años y la Universidad Simón Bolívar de Venezuela no lo volvió a contratar como profesor de posgrado en opinión pública. Cazó pelea con la reconocida periodista Cecilia Orozco, a quien denunció por el delito de injuria agravada, luego de una columna de opinión. Además, en una entrevista en la revista Semana, el ex alcalde Luis Eduardo Garzón aseguró: “Yo creo que J. J. Rendón, desde que es Ph.D en rumorología y asesora a la U. con él, en Colombia ganó el cinismo”. Rendón interpuso una acción penal contra el político, quien tampoco se prestó a una rectificación. Luis Eduardo Garzón, ex alcalde de Bogotá, Cecilia Orozco, reconocida periodista y Piedad Córdoba, ex senadora. Rendón ha llevado sus peleas a España, donde contrató al bufete de abogados Martínez Echeverría. Allí denunció a la ex congresista Piedad Córdoba, quien en una entrevista en ese país dijo que la campaña de desprestigio en su contra habría sido orquestada por el asesor venezolano. “No me voy a referir a esa supuesta denuncia”, dice Córdoba al respecto, “él necesita prensa y contratos y no le voy a dar el gusto”. La fama de propagar mensajes oscuros contra políticos opositores también llegó a México. J. J. Rendón es un hombre obsesivo. Diseña los muebles de su casa y oficina y su propia ropa, que luego le confecciona Ricardo Pava. Está pendiente de cuántos botones y bolsillos deben tener sus vestidos. En su closet  tiene cuarenta, la mayoría repetidos, la mayoría negros, porque decidió hacer una especie de "luto"por Venezuela. Pero de su vestimenta quizá lo más importante son sus relojes. Son una especia de trofeo. La mayoría los ha ganado en apuestas contra las personas que creen que va a perder una campaña. Pero las cifras son estremecedoras: en 24 años de oficio ha realizado 5.000 asesorías a políticos de todas partes, y sólo ha perdido 10 por ciento de las campañas. De 24 clientes presidenciables que ha tenido, sólo tres han perdido. En total, ha ganado cincuenta apuestas que le han dejado cincuenta relojes. Ahora, el asesor político del presiente Juan Manuel Santos enfrenta un nuevo escándalo. Habrá que esperar cómo se libra de este.
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