Yolanda Rincón tiene 52 años, 34 de ellos dedicados a la educación de niños. Las ciencias sociales, las aulas, los libros, las reuniones con padres de familia y su preparación académica son las razones que la motivan a seguir en esa profesión que ama, la misma en la que la estigmatización y la tensión son propias del día a día. Ella es una de los 350 mil maestros que detuvieron sus labores el pasado 11 de mayo para manifestarse en contra de “constantes incumplimientos por parte del Gobierno Nacional”.
Dice que lo suyo es vocación, cualidad con la que no todos los profesionales cuentan. Tal vez es por eso que durante los últimos días el don de enseñar no se ha detenido pese al cese de actividades. Las clases sobre historia y geografía las reemplazó por asambleas informativas para padres y estudiantes, a quienes explica por qué decidió protestar junto con compañeros de varias regiones del territorio nacional.
“Les hemos hablado mucho sobre la importancia del paro de maestros, sobre la relevancia de los derechos, porque como cualquier trabajador del país nosotros los tenemos”, asegura la docente en diálogo con Kienyke.com.
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Los acudientes reciben el mensaje de manera positiva. Sin embargo, Yolanda es consciente de que también a ellos les preocupa el hecho de no tener “quien les cuide a sus hijos”, lo que resulta ser un problema mayúsculo, porque las familias de sus niños de sexto grado son compuestas solo por abuela, o un padre o una madre solteros de clase media-baja. “No solo somos educadores sino también cuidadores”, sostiene ella.
La “triste verdad” de los maestros en Colombia
El paro encabezado por la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), deja a ocho millones de menores sin acceso al estudio, señaló la ministra de Educación, Yaneth Giha, al resaltar que las peticiones son legítimas, pero las movilizaciones innecesarias. Una posición que no comparte Yolanda Rincón, quien explica que sus reclamaciones, centradas en salario, prestaciones y servicio de salud, quedaron plasmadas en acuerdos entre el Gobierno y el gremio en 2015, luego de que se produjera otro cese de actividades."Parece que la consigna de este Gobierno es firmar hasta que la gente se calme y luego incumplir. Sucede en el Chocó y sucedió con los transportadores. La regla es 'los dejamos callados un tiempo y luego no cumplimos'", comenta.Esta vez el detonante para la marcha de Fecode fue que los negociadores del Ministerio de Hacienda dijeron de manera enfática “no hay plata”, durante una de las reuniones de las partes. Esto llevó, necesariamente, a retomar los puntos de discusión del pasado. De un lado, el Gobierno se comprometió a nivelar el salario de los maestros, para lo cual dijo que asignaría diez puntos porcentuales distribuidos entre 2016 y 2019, hecho que preocupa a los docentes porque el incremento de este año no se ha ejecutado. [single-related post_id="691119"] De otra parte, continúa congelado el proceso de licitación de los prestadores que deben otorgarles el servicio de salud a los educadores. En una oportunidad este se declaró desierto porque las empresas no cumplen con las exigencias y en otra, la licitación fue postergada.
“En términos generales ninguno de los acuerdos ha sido cumplido. Un gobierno que no tiene para pagarles a sus empleados estatales teniendo en cuenta que tenemos un IVA del 19%, en un país que produce y tiene recursos, deja la pregunta si entonces el dinero de los maestros se está yendo por el enorme hueco de la corrupción”.Yolanda Rincón es licenciada en ciencias sociales, cuenta con una especialización en educación y pedagogía, además de una maestría en educación. Una extenuante y constante preparación, que de acuerdo con ella, no es reconocida ni valorada en el país, ni por el Gobierno ni por la sociedad. Para esta docente del Colegio Costa Rica, ubicado en la localidad de Fontibón, en el occidente de Bogotá, precisamente las protestas que adelanta su gremio tienen razón de ser porque la dedicación, las jornadas y los retos que afrontan no son acordes a la remuneración y las condiciones que reciben. “Hoy en día la mayoría de los docentes tienen maestría y doctorado pero el salario no se justifica para nada. En mi caso, no he tenido oportunidad de ascender, mi título no se ha tenido en cuenta (...) La sociedad piensa que los maestros no cumplimos con nuestra labor, pero si hay alguien que conoce los problemas sociales y se enfrenta a los que tiene la juventud, si hay alguien que tiene que ser papá, mamá y psicólogo, ese es el maestro. Eso no lo han logrado comprender en el país, es la triste verdad". [caption id="attachment_691798" align="aligncenter" width="1024"] Foto: @marchapatriota[/caption]
“Nací y moriré siendo profesora”
En lo corrido de su carrera, que inició cuando solo tenía 17 años y encontró oportunidad en un programa de la Alcaldía de Bogotá destinado para jóvenes que empezaban su licenciatura, Yolanda ha encontrado que la estigmatización y estrés son ‘el pan de cada día’.“Dicen que tenemos muchas vacaciones, que ganamos mucho dinero pero todo es proporcional a la carga de trabajo que tenemos. Una persona que trabaje en otro espacio nunca va a entender que es tener a cargo 35 niños con 35 problemáticas diferentes en un salón de clases durante seis horas”, enfatiza.Y es que otro ingrediente que se suma a este complejo panorama es el entorno. En su caso, esta docente debe manejar cuatro grupos de casi 40 niños que empiezan a estar inmersos en cuánta problemática se conozca. “Hay niños criándose prácticamente solos. Tienen problemas de consumo de drogas y alcohol, necesidad de afecto y atención, falta de interés, soledad y matoneo. Todo eso lo enfrentamos los maestros, si hay alguien que conoce los problemas sociales somos nosotros. Dejamos de ser docentes para convertirnos en una segunda mamá”. [single-related post_id="566619"] Teniendo en cuenta estas condiciones, la docente Rincón lo piensa dos veces antes de hacer un doctorado. Su convicción ahora es saber, que independientemente de las problemáticas, lo que se hace con lucha y amor da frutos.
“Nací siendo docente y moriré siendo docente, amo mi profesión, tengo vocación y a pesar de las circunstancias me siento realizada. Soy consciente de que se lucha, pero en medio de la lucha se han logrado muchas cosas y seguramente faltan más”.Su consejo, para quienes como ella quieren emprender este duro camino, es que se preparen y lo hagan solo por vocación. Entre tanto, las negociaciones están paralizadas. El martes 16 de mayo los profesores saldrán a marchar de nuevo y tanto Gobierno como maestros dicen estar prestos al reanudar el diálogo.