Madonna dejó la prostitución desde el 93 cuando se enteró que tenía sida. A esta enfermedad le dice el bichito o la lotería.
Para encontrar a Keyla acudimos a Dayanna, una travesti costeña que tiene un salón de belleza. Dice que hace mucho no ve a Keyla, pero tiene un número telefónico con el que por fin la logramos localizar. La cita está hecha y Madonna llegará al centro, cerca de la Terraza Pasteur, donde alguna vez trabajó, cuando a ese lugar le decían en el bajo mundo el 'palacio del culo'. Llega agitada y con sudor. Tiene una sudadera y unos tenis. Nada de maquillaje y un poco de barba. De la época en la que se vestía como mujer conserva las uñas pintadas, las manillas y el pelo largo. Ya no puede vestirse así porque fue el requisito para que después de buscar mucho le arrendaran un cuarto. El pasado 31 de octubre cumplió 45 años, pero sabe que ha envejecido mucho porque es portadora del VIH y tiene toxoplasmosis. Siempre va con un bastón y unas gafas. Sólo cuando baila o posa para una cámara recuerda sus años mozos y se olvida que hace 20 años vive con sida. "Ya no trabajo en prostitución porque los demás no tienen la culpa de mi enfermedad. Me la busqué yo. Por favor cuídense que la plata no lo es todo: uno por dinero o borrachera va y está con un hombre y mire. La vida es lo más lindo y hermoso. Yo me hice el examen, con una amiga, en el 93 cuando lanzaron la campaña 'Hazte la prueba gratis 'y dio positivo. Lloré pero acepté mi responsabilidad, porque aunque me cuidaba con condón siempre estaba poniéndome hormonas en las droguerías y uno no sabe".Sabe que no es linda, pero afirma que tiene un "corazón hermoso" y que los hombres la encontraban sensual.
Cada 24 horas se toma sus medicamentos (Lamivudina y Nevirapina) y eso la mantiene estable. Al virus le tiene distintos nombres: el babaito, arequipe, Freddy Krueger, el bichito y hasta la lotería. "Vive dentro mío, está conmigo, por eso lo nombro", dice. Le da miedo tener relaciones sexuales aunque se proteja, porque "no le quiere dañar la vida a nadie". Prefiere estar entregada a Dios, a sus amigas y no tener sexo. Tampoco toma, le gusta más el agua porque le da según ella "colágeno". Mensualmente recibe una pensión que le alcanza para el cuarto y comer. Cada día se levanta a caminar. A veces lava la loza o le hace tinto a una viejita. También ayuda a las vendedoras de dulces con mandados.Estas fotos muestran muchos de los cambios que ha tenido a través de los años. Ella se siente mujer desde que tenía cinco años.
-¿Me puedo quitar las gafas?-pregunta. Después se suelta el pelo y dice que es mejor que la veamos como es ,sin aparentar. -Yo siempre he tenido la voz partida. Soy femenina, porque hay travestis muy machorras y uno tiene que sentarse así, delicadamente. Ser travesti es lindo porque es imitar a la mujer, aunque uno nunca será una porque jamás dará a luz. Su mayor sueño siempre ha sido que en el médico, cuando vaya a reclamar los medicamentos, no le digan Jorge, un nombre que la pone mal porque no se siente identificada con él para nada. Quiere llamarse Madonna, es lo más importante en este momento para sentirse ella misma. "No me gusta que me digan señor, me achanto, el Señor está en los Cielos", dice. Y se hizo Madonna A Madonna no le gusta contar los años y nos pide que seamos nosotros los que sumemos cuántos son, pero que ni le digamos. Sabe que en el 93 su vida se partió en dos: por el sida y la muerte de su mamá, quien falleció tras sufrir de cáncer de seno. No conoció a su papá, pero su mamá le pudo pagar el bachillerato, lavando ropa en casas de familias. Antes de que se enfermara su mamá pensaba irse a Italia a prostituirse, pero decidió quedarse con ella. Madonna dice que nunca le ha gustado que vean su casa sucia y por eso se levantó a las 4 de la mañana, varias horas antes de la entrevista, para lavar su ropa y organizar el cuarto. Todos los CD de Madonna los puso encima de un papel de colores y también los pósters. Se pone una camisa de la cantante y se sienta a maquillarse para preparar una fonomímica corta. La música de Madonna comienza a sonar y ella explota, salta, grita y se recuesta contra las paredes. Se mueve tanto que unas arañas de plástico que tenía encima del televisor, así como otras decoraciones de Halloween, se comienzan a caer. "All you loving", grita. Descansa unos momentos, se arrastra por el piso y se pone una bufanda que mueve por todo su cuerpo. Al acabar la rutina habla de que fue antes de terminar el colegio que le comenzaron a atraer las pelucas y los vestidos. Siempre admiró a las mujeres porque son lindas y tienen un "corazón divino". Algunos transexuales que conoce no las quieren, pero ella dice que no hace sino admirar a las mujeres porque son las que le han dado la vida.Del viaje al concierto de Madonna, en noviembre de este año, conserva hasta el tiquete del viaje en bus. Fue "el mejor momento de su vida".
Mientras se come un pastel de pollo y se limpia las boronas de una incipiente barba que le comienza a salir, cuenta que empezó a estar con hombres en la calles 22, 17 o sexta, donde por un rato podía cobrar entre 8 mil y 4 mil pesos. En esos avatares alcanzó a ganarse patadas, pero muchos de los hombres que conseguía eran "viejitos" con los que se iba a algún hotel y la trataban bien. Se enamoró de algunos, pero su última experiencia con un sujeto que, según ella, le robó cuatro millones de pesos que tenía ahorrados para un lote, le quitaron la fe en el amor. "Yo no creo en el amor porque para mí es por interés o por sexo. Cuando yo era joven tenía hombres y los enamoraba, les sacaba la plata del bolsillo, pero nunca los atracaba. Yo les gustaba porque era muy sensual. Aunque sé que no soy divina, soy erótica, explosiva, así", cuenta mientras extiende sus brazos, saca su lengua y le posa a la cámara. Madonna prefería trabajar en las noches para ponerse vestidos de lentejuelas. Se prostituía por el dinero y para recibir algo de afecto. Alcanzó a probar la marihuana, pero afirma que no le gusta ni el alcohol, ni las drogas, porque su hermano y tío tomaban mucho. Con su hermano, Manuel, no tiene ningún contacto. Ninguno la aceptó por ser homosexual. Su familia más cercana son unas amigas de infancia, que le regalan ropa, la visitan o le escriben de vez en cuando. Su habitación está llena de fotos de ellas y de una niña, Sofía, su adoración, la hija de una amiga. Una de ellas está en Londres, Ángela, y por eso tiene varios objetos con banderas de Inglaterra. Ella también fue quien le regaló la boleta para Madonna. Cada día reza para que a sus amistades se le resuelva cualquier problema que tengan. Se agacha ante un altar con imágenes de Jesús y la Virgen María, sus otros ídolos. "Tú conoces mis pecados, pero también mi corazón...no dejes que mi muerte sea violenta", y comienza a pedir.Su amiga Ángela, quien vive en Londres, le escribe cartas o envía regalos. Es una de las cosas que motiva a Madonna a seguir, a pesar de que se siente sola.
En el cuarto también conserva varios juguetes que le regalaron adolescentes travestis que ayudó a recuperar en la Fundación Renacer, donde trabajó. Dice que allá aprendió a amar su cuerpo. Nos pide que subamos a la terraza para ver la ropa que tiene tendida. Tiene una gran vista a toda la ciudad. Dice que le encanta sentir el aire y ver las maticas de la dueña de la casa. Like a virgin A Madonna muchas de las canciones que antes interpretaba se le olvidaron y por eso decide hacer una mímica donde trata de coger el hilo de las palabras. Después se sienta con una imagen de la cantante y le pide ser igual de bella y suertuda que ella. Desde el 88 es su fan. Antes de sus presentaciones se maquillaba y teñía el pelo de rubio. Se sentía feliz de bailar. Pensaba que era su forma de mostrarle al mundo que las travestis también son educadas y tienen corazón. -Yo me siento muy torpe, no sé si son los medicamentos- dice mientras se prepara para recordar su rutina. Actualmente no solo escucha a Madonna, también le gusta la música cristiana o de Lady Gaga y Britney Spears.En un viejo álbum conserva fotos de su mamá, amigos y de ella. Entre todos estos recuerdos también tiene algunas películas pornográficas que la ayudaban a mejorar sus técnicas cuando ejercía la prostitución.
"Sé que no soy divina, pero tengo un corazón hermoso, de mujer" Madonna no se decide: no sabe si está en contra de las cirugías o si ella personalmente no se las hace por falta de dinero. Sabe que muchas travestis se inyectan hasta aceite de cocina, pero en su caso los pequeños senos que tiene son gracias a las hormonas. Los muestra sin pudor,dice que a estas alturas ya no le da pena nada. Lo que sí le gustaría hacerse pronto sería un diseño de sonrisa porque se le cayó un diente. -Soy feliz como soy. Sé que no soy divina, pero tengo un corazón hermoso, de mujer. Soy sensual. Me siento orgullosa de ser una travesti, de haber luchado la calle, y lograr vivir. De nunca consumir. Sin embargo, hoy en día, se siente "viejita". Regaló todos sus vestidos. Sobre todo le dolió deshacerse de los de colores.Ella es clara en afirmar que la belleza es interior, aunque también admira a mujeres como Paola Andrea Turbay o Laura Acuña.
Dice que admira a Paola Turbay y a Laura Acuña porque son mujeres divinas, "aunque tengan su doble vida". Alguna vez que vio a Turbay de lejos soñó con que esta alzaba la mano y la saludaba. -¿Qué es para usted la belleza, Madonna? La belleza para mí es espiritual, porque hay gente que por dentro es podrida, falsa e hipócrita. No son sinceros con ellos mismos. Tú no vas a ser joven toda la vida,vas a envejecer y ya los hombres no te van a mirar. Igual la vida es linda así uno esté fregada con un bastón, así los demás digan 'hay tan fea esa travesti'. Yo me siento linda por dentro y amo la vida. De su juventud extraña representar a Madonna, los vestidos y el maquillaje. También jugar con muñecas y las navidades. "Los niños ahora no aprecian esa época, son muy hip hop", dice. -¿Y si volviera a nacer qué haría? -Mi vida sería estudiar una carrera, pero sería la misma, cuidándome más. Sería más feliz de lo que soy, cerca a la naturaleza, el bosque, los animales, la lluvia. No pido más cosas en lo material, pero sí de pronto tener más vida para compartir con Sofía, con mis amigas. Solo le pido eso a Dios y un lugar donde vivir, que me acepten, y pueda ser yo. - ¿Y se volvería a vestir como Madonna? -Claro que sí. Si me lo piden sí.A pesar de que ya no se pone vestidos, trata de conservar la feminidad al caminar o con un poco de maquilla y las uñas pintadas.
En su caso dice que es la enfermedad, más no la edad, lo que le dificulta trabajar porque tiene amigas transexuales de más de 50 años que siguen con gran clientela. "Tienen lo suyo, eso va en cada uno, en la experiencia, además usted es joven siempre de corazón. En unos sitios sí piden carne fresca, como décimos nosotras, pero eso cada quien tienen lo suyo". Saca de su bolso todo y nos muestra que anda sin nada de plata. Solo cremas, un labial, un depilador y una cuchara para comer sin arriesgar a los demás de contraer el virus. En el celular tiene la foto de su perro Coco. Nos la muestra. Cuando se acuerda de él se siente sola. Se pone triste. Cuenta que lo extraña, pero no se lo van a devolver y pregunta qué ropa tenía cuando lo vimos. "Ah, el chaleco, es que yo le compraba siempre su ropita. Yo lo quiero mucho, porque la gente es muy falsa, sobre todo las maricas, si les das plata o si tomas trago están contigo. ¡Cuánta plata no he perdido yo así! ¡Qué pesar!" Alcanza a detener unas lágrimas y vuelve y grita eufóricamente: "Pero eso no importa chicas, la felicidad uno la lleva adentro, uno dice ¡chanfle, chanfle! !Estamos vivas!" Vea aquí el video de Keyla