Katiuska Mendoza Cotes estaba entusiasmada con cambiar su imagen. No tenía miedo. El 12 de diciembre, un día antes de la cirugía, llegó acompañada de su madre al consultorio del cirujano. Paciente y médico no se conocían, pero llegaban allí por recomendación del tío de Katiuska. Otro médico de la misma ciudad la había examinado días antes.
En el consultorio, el doctor revisó los exámenes médicos que le entregó la joven. La interrogó por las alergias, antecedentes de otras operaciones y accidentes de infancia. Katiuska habló solo de una caída en la niñez. El examen concluyó que Katiuska era una mujer de 19 años completamente sana.
Fue su tío quien le recomendó a Katiuska el cirujano que le realizaría el procedimiento, quien lleva 13 años ejerciendo la medicina en el campo de la cirugía plástica.
El martes 13 de diciembre, a las 12:00 del mediodía, Katiuska ingresó a la Clínica acompañada de su madre, quien la llevaba del brazo. La joven estaba contenta. Soñaba en salir de la clínica con una nariz perfilada.
En el quirófano la esperaba el equipo médico de la clínica: el anestesiólogo, un ayudante de cirugía, instrumentador, rotador (la encargada de entregar los medicamentos al anestesiólogo) y el cirujano, responsable de la intervención quirúrgica. A las 12:15, se le suministró a la paciente la anestesia.
El equipo médico estaba pendiente de los monitores, del pulso y de la tensión. el cirujano estaba concentrado en hacer un diseño de nariz perfecto y, de vez en vez, se fijaba en los equipos de monitoreo. Todo estaba marchando bien hasta las 12:40 p.m., cuando el Doctor se percató de que la oxigenación de la paciente no marcaba en los monitores. El anestesiólogo, quien también se había dado cuenta, revisó alarmado los signos vitales de la cantante y registró que había entrado en un paro cardio-respiratorio.
Todos los esfuerzos se encaminaron en reanimar a Katiuska. Mientras intentaban hacerlo, se presentaron dos médicos de cuidados intensivos que no pudieron hacer nada. Katiuska había fallecido.
Aún no se ha determinado con precisión la causa de la muerte. El doctor asegura que las complicaciones en este tipo de cirugía, cuando la paciente tiene un excelente estado de salud como el de ella, son muy bajas. Probablemente, según él, hubo una reacción alérgica a los medicamentos suministrados durante el procedimiento. La última palabra para conocer la causa de su muerte será determinada por el Instituto de medicina legal.
Por ahora, solo se sabe que Katiuska, llevaba el vallenato en la sangre, intentó mejorar su imagen y perdió la vida.
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