Uno de los lugares más representativos de Mompox, La Plaza de La Concepción, que albergó el antiguo mercado público, y que con el tiempo se convirtió en la terminal de transporte de la ciudad; invadida por motos, buses, taxis y foco de delincuencia y prostitución, ha sido recuperado por el Ministerio de Cultura que inició las obras desde el 2007. Un proyecto que costó 2.490 millones de pesos y se le fue entregado al grupo Opus de Medellín después de una convocatoria pública.
Mompox es una de las ciudades más importantes de la costa atlántica de Colombia. Declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Es mágica, elegante, alegre y fue la primera en independizarse el 6 de agoto de 1810. Se llega en ferry o en chalupa, en medio del río Magdalena, y guarda más de 450 años de historia entre huéspedes ilustres, calles y rincones que cuidaron el sueño del libertador Simón Bolívar e inspiraron los versos del poeta Candelario Obeso.
La iglesia Santa Bárbara y otros seis templos de la ciudad continúan siendo los símbolos de la devoción de los momposinos. El cementerio de tumbas blancas, mausoleos imponentes y estatuas de ángeles y querubines siguen siendo adornados con flores de colores.
Las casonas coloniales han sido el hogar de los joyeros, expertos en la técnica de la filigrana; de los carpinteros quienes no dejan de fabricar sus mecedoras y de las cocineras que siguen preparando el queso de capa y el dulce de limón.
Mompox no es un pueblo olvidado del departamento de Bolívar, en él se esconde una belleza particular, exótica, y un destino turístico en potencia que debe ser recuperado en su totalidad.
Mompox es una de las ciudades más importantes de la costa atlántica de Colombia. Declarada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Es mágica, elegante, alegre y fue la primera en independizarse el 6 de agoto de 1810. Se llega en ferry o en chalupa, en medio del río Magdalena, y guarda más de 450 años de historia entre huéspedes ilustres, calles y rincones que cuidaron el sueño del libertador Simón Bolívar e inspiraron los versos del poeta Candelario Obeso.
La iglesia Santa Bárbara y otros seis templos de la ciudad continúan siendo los símbolos de la devoción de los momposinos. El cementerio de tumbas blancas, mausoleos imponentes y estatuas de ángeles y querubines siguen siendo adornados con flores de colores.
Las casonas coloniales han sido el hogar de los joyeros, expertos en la técnica de la filigrana; de los carpinteros quienes no dejan de fabricar sus mecedoras y de las cocineras que siguen preparando el queso de capa y el dulce de limón.
Mompox no es un pueblo olvidado del departamento de Bolívar, en él se esconde una belleza particular, exótica, y un destino turístico en potencia que debe ser recuperado en su totalidad.
