El cacao es un producto famoso en todo el mundo porque de él se hacen muchas variedades de chocolate, que se relaciona, por lo general, con amor y felicidad. En Colombia, además de fortalecer la economía, su producción permite que personas que hicieron parte del conflicto armado, tengan una nueva oportunidad para reintegrarse a la sociedad civil. En 2017 Colombia logró un récord histórico en la producción de cacao y según la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao, en total se produjeron 60.535 toneladas de este fruto de exportación. Esta cifra demuestra la alta demanda y capacidad de producción de la industria cacaotera a nivel nacional. [single-related post_id="943048"] Gracias a esta demanda, han nacido proyectos agrícolas para apoyar el crecimiento exponencial de la industria. Entre ellos está el de los Modelos de Entornos Productivos, MEP, promovido por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, la Federación Nacional de Cacaoteros, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Organización Internacional para las Migraciones y el Bank Aus Verantwortunhg. Este entorno productivo fue un escenario que involucró a 25 excombatientes que hicieron parte de grupos al margen de la ley, en el marco del conflicto armado, con el objetivo de formarlos en cultivo y producción de cacao para aportar en su proceso de reincorporación a la vida civil y ayudarlos en su formación académica y acompañamiento psicosocial.

Santander, una mina de Cacao

En un país como Colombia no hizo falta una fábrica como la de Willy Wonka para hacer este proceso de formación en torno al cacao, ya que el país tiene su propia capital cacaotera, el municipio de San Vicente de Chucurí, en Santander. Este lugar es considerado como una 'mina de cacao', ya que anualmente se recolectan más de 200 toneladas de este producto. En esta capital cacaotera, que queda a unas dos horas y media por tierra desde Bucaramanga, capital de Santander, se pueden encontrar todo tipo de tiendas que compran y negocian con cacao. Todo aquel que visite San Vicente de Chucurí, prueba o conoce el proceso de producción de cacao en la región, que es un orgullo cultural y económico de los agricultores chucureños. El proceso de formación de estos 25 exintegrantes de grupos armados como las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y el Ejército Popular de Liberación, EPL, se hizo en la vereda Mérida, donde lograron capacitarse, integrarse y recibir acompañamiento especializado en cultivo y producción de cacao. "En este contexto el cacao cumple el papel de vínculo para que las personas que vivieron en escenarios de violencia e hicieron parte de grupos armados, hoy vivan en paz, tranquilidad y puedan tener más oportunidades gracias al cultivo y producción de cacao", aseguró Eduard Baquero López, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cacaoteros, en conversación con KienyKe.com

Una travesía cacaotera

Llegar hasta esta vereda representa un viaje a través de una zona cálida donde se puede observar una cantidad incontable de árboles repletos de mazorcas de cacao de tonalidades entre rojizo, naranja y amarillo. Las montañas de este municipio tienen tanto cacao que rara vez se ven árboles de aguacate, mango, naranja u otros productos de la canasta básica colombiana. [single-related post_id="935513"] El pasado jueves 13 de septiembre, casualmente el Día Internacional del Chocolate, al arribar al entorno productivo en Mérida, los visitantes fueron recibidos con un anuncio de bienvenida a un espacio de reconciliación donde se vive en paz a través de la producción de cacao. Todo estaba dispuesto para celebrar  el día más importante de este proceso de formación: la graduación de los 25 participantes. Este espacio contó con una antesala donde los visitantes atravesaron por tres 'estaciones' donde los excombatientes hicieron una muestra de los conocimientos que adquirieron. En la primera estación mostraron el proceso de limpieza del grano de cacao, en la segunda cómo es el proceso de injertación para proteger la salud de los árboles y en la última, y no menos importante, el proceso de cuidado para combatir las diferentes enfermedades de la planta. "El cacao ha sido nuestro producto insignia, con el que hemos crecido. Hoy lo aprovechamos para vivir la reconciliación y la generación de oportunidades por medio de estos procesos de formación. Aunque esta tierra vivió una época de violencia, hoy se respira paz y se vive con tranquilidad", aseguró Luis Alfredo Sánchez, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Mérida, para KienyKe.com

Educación generadora de oportunidades

Después de seis meses donde aprendieron diferentes técnicas y teoría sobre el proceso de producción de cacao con el objetivo de aprovecharlo como una oportunidad de emprendimiento económico, los integrantes de este proceso de formación culminaron su estudio y estaban listos para graduarse. Esta no era una ceremonia de graduación como cualquier otra, no era una simple culminación de estudios, era un acto de celebración y progreso de la paz y la reconciliación del país. En aquel escenario se encontraron 25 personas que fueron enemigos y en su proceso de reincorporación lograron entablar una relación de amistad que los unió. En el inicio de los grados, se entonó el himno nacional, se leyeron algunas palabras de agradecimiento y se procedió con la entrega de títulos. Inevitablemente, se asomaron algunas lágrimas y sonrisas de los graduados, quienes vieron materializado un nueva página en su vida tras superar los episodios de violencia que los llevaron a hacer parte de grupos armados. "Me sentí feliz porque logré una meta más para cumplir mis sueños. De aquí me llevo muchos amigos y de ahora en adelante seguiré sembrando cada matica de cacao por nuestra paz de Colombia", le contó a este medio Luz Dary Casado, graduada del programa. Entre lágrimas y abrazos, quienes completaron el proceso de formación recibieron su certificación y al final del acto llegó el momento más esperado y el que más nervios generó: el de lanzar al aire el birrete. Este contexto demostró que el cacao y el chocolate sí generan felicidad, no solo al comerlo, sino al sembrarlo e implementarlo como un producto que le aporta a la paz y a la reconciliación del país. https://www.youtube.com/watch?v=bvzsB8_1oxM