¡A votar por nuestro Señor de los Bolardos!

Jue, 27/10/2011 - 05:10
A mí que no me vengan con encuestas chimbas, seguramente manejadas por la subversión, mediciones caguaneras como bien lo dicen ese par de buenos mozos talentos que so

A mí que no me vengan con encuestas chimbas, seguramente manejadas por la subversión, mediciones caguaneras como bien lo dicen ese par de buenos mozos talentos que son José Obdulio y mi sacristán Yamhure (convertido hoy en monje de clausura en un monasterio español).

Sí, encuesticas de medio pelo todas, que se salen del marco tradicional del apoyo a los candidatos del sistema y de la decencia y se atreven a presentar resultados favorables a la gleba, a los lobos, los mañés y a la izquierda.

Después de haber hecho encuestas correctas y conducidas para que fueran favorables a 'Quique' Peñalosa, ahora, llenos de miedo por los ladridos de los columnistas marxistas y del periodismo anarquista, publican una en la cual sigue ganando el gamín de ojos de cocodrilo ese del Petro, terrorista bolivariano, panclasta de la democracia.

¿Cómo se les ocurre inclusive poner de segunda en esa vaina a la tal Gina Parody, una marimonda carnavalesca que hasta feminista debe ser?

¡Carajo! Sean firmes. Hay que atajar al costeño ese que con su programa social y humano para Bogotá, va a acabar con lo poco que queda de decencia y va finalmente a lograr igualar la guacherna a nosotros la gente del Norte. ¿Todo el mundo almorzando en el Balzac? ¡No seamos tan pendejos!

Nos quedan pocos días para derrotar al gozque ese manteco, al Petro que pretende dizque la gratuidad del agua, en lugar de privatizarla como dictan los cánones del negocio global en que estamos metidos todos los empresarios. Y digo todos porque mi legítima Matilde y yo tenemos unas inversiones en cementerios privados y en funerarias que, además de asegurarnos de manera literal el futuro, nos permiten ir a mercar a Pomona a punta del usufructo de bóvedas y ataúdes, con el valor agregado del negocio, que es quedarse con las prendas de muertos y muertas que empelotamos antes de incinerarlos. Pero esa es otra historia…

No me canso de decirlo: sólo una persona que escucha, simpática, tolerante, de buen humor, nada pedante, que anda en cicla cuando hay fotógrafos, debe ser alcalde. Me refiero a Enrique Peñalosa, con un programa de capitalismo lindamente salvaje, como las babillas o los churucos. ¿No dizque estamos en los tiempos de proteger lo silvestre?

Y me lo critican. ¿Qué son 26.000 losas de Transmilenio destrozadas en la Troncal Caracas por un exceso de arena en la mezcla durante su gobierno, frente a la plata que se chorriaron los Moreno? Un gobierno como una prostituta, sin lunares, es sospechoso.

Además, se trata de gobernar y de eso solo sabe la gente de bien, la inteligencia superior. O sea, la derecha, con 200 años de resultados positivos que ahora el enemigo nos los tilda de falsos. No en vano detrás de Peñalosa, con los pies en el barro (no vayan a creer que en el fangal de la corrupción que dejó su gobierno, como de mala manera lo quiere hacer ver el comunismo internacional) y con el megáfono en las manos, aparece la litúrgica pintura, la evanescente figura de Álvaro Uribe Vélez (de pie todos) pilar ético, columna moral sobre la cual se apoya nuestro gigante Señor de los Bolardos.

Con Peñalosa de nuevo en la Alcaldía de Bogotá, Álvaro Uribe recuperará un buen pedazo del poder que perdiéramos cuando la bigornia de la Corte Constitucional nos dañó al Opus Dei el caminado hacia el tercer periodo de su excelencia, el adelantado paisa. Será Uribe quien decida y Peñalosa quien ejecute… claro está, en el sentido administrativo del término.

Con Uribe de nuevo mandando esta vez en Bogotá chuzaremos, yidisieramos, urielharemos, tendremos nuestro programa de Agro Ingreso al Parque, nombraremos a los Nule directamente directores del IDU, le haremos su Operación Jaque con insignias de la ONU a las ollas de basuqueros, entre otras grandes obras. Sin olvidar encomendarnos este domingo a Nuestra Señora del Buen Concejo, para que nos organice en las urnas a nuestra inveterada clientela.

Y ahora miremos las descabelladas propuestas de Petro.

Dizque “Seguridad Humana” diseñada con y para el pueblo. ¡Cómo se le ocurre tamaña bestialidad! La seguridad es para la gente que tiene platica. A la indiada ¿qué le van a robar que no sean las plumas? La Fuerza Pública debe proteger a la nación y la nación somos los blancos de las capas altas. Lo demás es músculo, fuerza de trabajo.

Dizque “Participación ciudadana”. ¿Cómo así eso de consultarle a la gente sobre las decisiones de gobierno? Si la gente lo elige a uno es para qué uno haga lo que se le dé la gana, una vez entregado el votico. Tanta democracia hace daño, perturba las probadas tradicionales estructuras sobre las cuales se sostiene nuestra sociedad. Nada de consulticas. Con Peñalosa sí somos capaces de hacer las vainas sin consultarle a nadie, o bueno a casi nadie, perdone, respetado Presidente Uribe.

En Movilidad dizque pasajes más baratos y dizque Metro para el pueblo. ¡No, señor! Todo va unido, gran pendejo. Que suban adecuadamente las tarifas para que los empresarios y dueños de lo que hay y del futuro metro sean los que ganen, como debe ser. Y que el pueblo decida sobre el transporte: ¿quieren que los zorreros digan por dónde debe ir Transmilenio?

En materia de hábitat esta bestia pretende impedir los desalojos y fortalecer la vivienda en el centro. O sea que a quienes vivimos de la renta ¿nos van a dejar ser invadidos por la gleba? Van a quebrar el sistema financiero acabando con las deudas upaquisadas? ¡Terroristas, bolcheviques! El centro es un nido inviable de ñeros e intelectuales, de artistas y profesores, gente toda poco recomendable. Que el clasudo y elegante Jean Claude Bessudo sea nombrado en la Secretaría de Hábitat por Enrique.

Dizque abaratar la comida y seguirle dando de tragar gratiniano a la pobrería y a los escolares. Carajo, al pueblo hay que dejarlo en sus justas dimensiones alimenticias, no va y sea que le dé por pensar y le dé por votar a su favor. Los comedores populares para sectores pobres y estudiantes son pura demagogia y populismo. Lo único que se logra es que se envalentone el proletariado y luego le dé por pedir educación, vivienda, cultura y demás. La malnutrición popular y la comida cara son la divina y superior fuente de la estructura social que nos ha permitido vivir en orden. Romper esto es generar el caos insurreccional.

Dizque democratizar el saber. ¿Osea que todos filósofos? Y entonces, ¿quién muele físicamente?

Dizque bajarle a los pobres las tarifas de los servicios públicos. Entonces, ¿además de pagarle salarios desproporcionados al trabajador (estoy por un mínimo de 150.000 pesos Angelino mañoso) la gente decente tiene que subvencionarles los servicios? ¿Agua gratis? ¡Nada gratis! ¡Empezamos con el agua y terminamos con el sexo!

Dizque aumentar la calidad, la gratuidad y el cubrimiento de la educación popular. Eso, ya lo dije, es cuchillo para muestro propio pescuezo. ¿Internet para todos? ¡Si es justamente ahí donde se organizan para protestar y joder! Pura sedición.

Dizque una salud que no sea mercancía. Si la salud como lo sabemos es uno de los grandes negocios contemporáneos. Que la gente se enferme y no la traten y se muera son apenas daños colaterales.

A votar piadosamente, mijitos, por Peñalosa-Uribe, garantía de clase, de raza y de credo.

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