Migración Colombia confirmó este lunes la expulsión del país de nueve adultos pertenecientes a la secta judía Lev Tahor, luego de un operativo realizado a finales de noviembre en Yarumal (Antioquia), que permitió verificar la situación migratoria de 26 personas, entre ellas 17 menores de edad.
Cinco de estos niños contaban con circular amarilla de Interpol, una alerta internacional que se emite ante posibles casos de desaparición, trata de personas o secuestro.
Según la autoridad migratoria, las 26 personas viajaron hacia Nueva York en un vuelo acompañadas por dos oficiales colombianos.
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Los 17 niñas, niños y adolescentes que habían ingresado de manera regular junto a sus familias serán puestos bajo custodia de Child Protective Services (CPS), la entidad homóloga del ICBF encargada de garantizar la restitución de sus derechos.
Ingreso reciente y alertas internacionales
Las siete familias relacionadas con Lev Tahor ingresaron a Colombia el 22 y 23 de octubre, provenientes de Nueva York. De acuerdo con Migración Colombia, existen alertas activas de autoridades de Estados Unidos y Guatemala que vinculan a miembros de esta secta con presuntos delitos graves contra menores de edad, incluidos secuestro, abuso sexual infantil, matrimonios forzados y explotación.
Además, las agencias internacionales advirtieron sobre indicios de que el grupo habría intentado establecer una nueva colonia en Colombia para continuar sus actividades.
¿Qué es Lev Tahor?
Lev Tahor, "corazón puro" en hebreo, fue fundada en Jerusalén en 1988 por el rabino Shlomo Helbrans, cuyo liderazgo estuvo marcado por prácticas extremistas ajenas al judaísmo tradicional.
“Es el fundador de la secta en Israel a fines del siglo pasado. Después de fundar la secta con unas ideas absolutamente radicales, tuvo que salir de Israel y radicarse en Canadá”, explicó Marcos Peckel, director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, en diálogo con KienyKe.com.
Peckel recordó que Lev Tahor ha sido señalada e investigada en varios países: “Esta es una secta que ha sido acusada de incurrir en prácticas como secuestro de niños, abuso sexual, matrimonios y embarazos forzados”.
Helbrans murió en 2017 durante un ritual en un río de Chiapas (México). Desde entonces, el liderazgo pasó a su hijo Nachman Helbrans, considerado incluso más radical.
