
A más de una década de su muerte, la figura de Diomedes Díaz sigue generando titulares, no solo por su legado musical, sino también por las complejas disputas familiares que dejó su patrimonio. En las últimas semanas, ha resurgido una nueva controversia en torno a una de las propiedades más emblemáticas del “Cacique de La Junta”, situada en Valledupar, y que ahora enfrenta un proceso judicial por derechos de posesión.
La propiedad, adquirida por Diomedes en 1996 como un regalo para Betsy Liliana González —madre de tres de sus hijos—, se convirtió en un epicentro de tensiones legales tras la separación de la pareja. A pesar de que la vivienda figura a nombre de González, él continuó residiendo en ella junto a su última compañera sentimental, Consuelo Martínez, con quien también tuvo tres hijos. Esta convivencia prolongada ha sido uno de los argumentos que ahora alimentan el litigio.
El proceso judicial fue confirmado por un aviso recientemente colocado en la fachada de la vivienda, donde se informa que el caso está siendo tramitado en el Juzgado Cuarto Civil del Circuito de Valledupar. La acción legal busca declarar la pertenencia por prescripción extraordinaria, un mecanismo jurídico que permitiría modificar la titularidad del bien si se demuestra una posesión continua y pacífica durante un determinado periodo de tiempo.
Este conflicto no solo involucra a Betsy Liliana González y Consuelo Martínez, sino también a los hijos que Diomedes tuvo con ambas mujeres, así como a algunos de los hermanos del artista. La propiedad en disputa, de 442 metros cuadrados, ha reavivado viejas tensiones dentro del extenso clan Díaz.
El caso también pone nuevamente en el centro del debate la polémica distribución de la herencia del intérprete de “Amarte más no pude”, cuyo patrimonio fue valorado en más de 1.500 millones de pesos en 2016. En ese entonces, la mitad de los bienes se asignaron a Consuelo Martínez y el resto fue dividido entre sus 21 hijos reconocidos legalmente.