Militarización de la agenda social

Para algunos puede ser chocante entender que se puede vincular el aspecto militar con el aspecto social. Difícilmente se ha podido ver que lo militar sea un carácter positivo en la agenda social y como consecuencia terminamos deslegitimando su acción. Para varios de nosotros que todavía conviven con el trauma de la guerra o la narrativa de vencer al enemigo mediante una aniquilación total, déjenme comentarles que se equivocan. Aún no entendemos que la “guerra”, en esencia, no es borrar del mapa a los Grupos Armados Organizados ni a los Grupos Delincuenciales Organizados, pues estos mutan, y terminan prologando lo que hemos conocido como “guerra”. 

La guerra no es lo que vemos a diario en situaciones de despliegue militar o dar de baja a cabecillas o controlar el trafico de armas ilegales, entre otros aspectos más belicistas. La guerra es un concepto mucho más amplio que el carácter netamente militar. Paradójicamente no pensábamos que el carácter militar tuviera cabida en los aspectos sociales del Estado y es donde más énfasis hace. Hoy más que nunca, la narrativa ha cambiado. Lo bélico es un habito heredado de un conflicto armado que parece no cesar, sin embargo, la dimensión de esté, que en este caso se puede ver como una guerra, se da a través de la guerra contra daño social que ha vivido nuestro país. Es hacia ese factor donde debemos declarar la guerra; la unión de todas las fuerzas para vencer los fenómenos sociales que han dañado a nuestras comunidades. 

La guerra no es ni será ya, una acción bélica que busque hacer rendir al enemigo por vía de las armas o las capacidades militares, ese concepto de guerra tradicional o de victoria, no es nada posible cuando los daños no son entre ejércitos regulares o entre una guerra convencional. Aunque mi idea no es nada nueva, es importante retomarla para darle visibilizad a acciones integrales que ejercen las Fuerzas Militares en el país y la importancia de ver que se puede ejercer acciones cívico-militares que ayuden al Estado.

Quisiera que entendiéramos que las acciones de capacidades militares son necesarias y casi que obligadas porque la supervivencia del Estado siempre esta en riesgo. Mientras aumentamos las capacidades militares para proveer el bien público de la Defensa y la Seguridad, también debemos seguir incursionando en los aspectos sociales donde hemos perdido la guerra. Por lo que, el objetivo principal de la operatividad de las Fuerzas Militares está dirigido a ayudar a los municipios donde hemos perdido el tejido social (o la guerra). El Comando General de las Fuerzas Militares, en un documento donde se denota indicadores de gestión de direccionamiento operacional, visibiliza la necesidad de ayudar de manera integral (Acción Unificada) a los municipios que han sido víctimas de un conflicto armado incesante (priorizándolos e incursionando la ampliación a todos). 

El objetivo general de la fuerza esta destinado al aspecto social de la sociedad. Fe en Colombia reafirma esta visión, así como las actividades de sensibilización en apoyo a las campañas institucionales, como también la gestión y acompañamiento de proyectos productivos, de infraestructura y de protección del medio ambiente. Sin embargo, aun existen personas dentro de la institucional y por fuera, que piensan que el objetivo esencial es la metáfora bélica de siempre entender que existe un enemigo a combatir. 

La pandemia mal o bien, ha ayudado a entender este aspecto social que tiene nuestras Fuerzas Militares; La Armada a entregado dos toneladas de elementos de bioprotección al Archipiélago de San Andrés Islas, el Ejercito Nacional ha garantizado el control de las vías de suministros alimentarios del país, la Armada beneficia a las comunidades indígenas alejadas de los territorios municipales con abastecimiento de alimentos y ayuda en salud, la Fuerza Aérea ayuda a los arroceros en el Huila, así como adecua aviones C-295 para trasladar pacientes de Covid-19 de las regiones apartadas del país, el Ejercito Nacional adapta hospitales militares para la atención de los pacientes contagiados, entre otras acciones. 

Es evidente que el cambio o la transformación de las Fuerzas Militares son más que necesarias, fundamentales para entender la nueva dimensión de la seguridad y la defensa. El sentido multidimensional, como concepto académico e institucional, ha permitido ver que la seguridad y la defensa, pueden ayudar al Estado a tener mejores procesos de gobernabilidad y gobernanza. 

Por lo tanto, la militarización de la agenda social es una gran acción que merece ser más resaltada para el mejor entendimiento de una fuerza cada vez más adaptada y comprometida para ejercer labores cívico-militares que ayuden a prevenir y mitigar la conflictividad de la sociedad y permita comprender, por otro lado, que el carácter militar no es solamente operaciones bélicas como no lo quieren hacer ver algunos.

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