Aunque las eucaristías del papa por lo general están llenas de devotos, hoy con el fin de mitigar la propagación del Covid-19, en el lugar no se permitió el ingreso de personas externas al Vaticano.
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Durante la ceremonia se leyó el evangelio según San Marcos,"nos sorprendió una tormenta inesperada", dijo el papa Francisco, como a los discípulos del pasaje bíblico. "En esta barca estamos todos, como esos discípulos que hablan con una única voz, y con angustia dicen 'estamos perdidos", añadió.
Después hizo un agradecimiento a las personas que estaban atendiendo la epidemia arriesgando sus vidas.
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Médicos y enfermeras que lo único que buscan es hacer el bien y salvar vidas inocentes, quienes entendieron que "nadie se salva solo".
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"El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación, no somos autosuficientes".
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"Solos nos hundimos, necesitamos al señor como los antiguos marineros las estrellas".
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"Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida".
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"Entreguémosle nuestros temores para que él los venza", dijo Francisco.
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Para finalizar, ofreció la Indulgencia Plenaria, la bendición para todo el mundo.
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Con esta bendición el papa concedió a la población mundial el perdón de sus culpas, en un momento difícil donde las personas se encuentran aisladas y enfermas por el Covid-19.
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