Más de 50 días de paro, decenas de heridos y cuatro campesinos asesinados son algunas de las cifras que se quedan cortas para evidenciar el capítulo más reciente de una histórica lucha por la dignidad de El Catatumbo. Ahora se inicia la etapa de diálogo con el gobierno. Basada en mi confianza en el Presidente Santos y el gobierno nacional, puedo asegurar que los campesinos regresarán al paro, el bloqueo y la protesta más temprano que tarde.
Los campesinos de El Catatumbo regresarán a la movilización, tal como el gremio de los cafeteros, que tras llegar a una serie de acuerdos en marzo con el mismo gobierno, éste ha vuelto a defraudarlos a punta de demagogia. El movimiento de Dignidad cafetera colocó el 19 de agosto como hora cero para el inicio del segundo paro del año. Otros colombianos que han anunciado un levantamiento popular, también luego del incumplimiento del gobierno en temas como la nivelación salarial, seguridad, liquidación y pago de la prima de servicios, es el gremio de los educadores. La fecha también es: 19 de agosto de 2013.
Siento, con más deseo que intuición, que esta será una fecha significativa para la manifestación social y masiva en Colombia. Impulsados por el hambre que ha traído los Tratados de Libre comercio al campo colombiano, el agro se levantará: paperos, cafeteros, cebolleros y más sectores que nutren la canasta familiar saldrán a protestar. Y más que eso, caminarán para exigir un presupuesto que beneficie al sector agrícola, soberanía alimentaria, precios justos y en conclusión, vida digna para quienes han tomado la valiente decisión de permanecer en el campo.
Los mineros tradicionales, pequeños y medianos, también hierven en ánimos de protestar luego de la falta de seriedad del Gobierno nacional, de la burla o pantomima de conversaciones que no llevaron a ningún lado la discusión real de la política minera del país. Los tomaron del pelo, como se dice coloquialmente. Por darle prioridad a las devastadores exploraciones y explotaciones de las multinacionales, las condiciones de trabajo de los mineros están en riesgo, al igual que su vida y la propia subsistencia del medio ambiente. El paro inició el 17 de julio y pese a la represión del ESMAD aún continúa vivo en varias regiones del país. Creo que se sumarán al Gran paro del 19.
Igualmente, con una gran marcha el 29 de este mes, se hará presente el movimiento estudiantil quienes en cabeza de la MANE, seguirán proclamando la exigencia de una educación gratuita y de calidad, al tiempo que difunden y empoderan su propuesta alternativa de educación superior. Se espera que los jóvenes, hagan gala del despliegue de ingenio, e incluyan a su manifestación el arte, la música, la cultura y la paz, cómo símbolo de su lucha.
Con este panorama, parece que en agosto los vientos mueven la protesta social. ¿Qué les digo? Como ciudadana, como mujer, como colombiana ¿Qué les sugiero? A ellos, a cada uno de los gremios y movimientos, mi invitación es a resistir y a unirse, darse fuerza el uno en el otro. Y más concreto, los invito a incluir, como uno de sus puntos principales en cada uno de sus pliegos de exigencias individuales, el diálogo con TODOS los demás sectores que están en paro.
¿Que responderá el gobierno?
Aunque soy de las muchas personas que celebra la voluntad del Gobierno para dialogar con las guerrillas y reconoce la importancia de la palabra para que se callen los fusiles (tanto de la insurgencia como del Estado –militar y paramilitar-), esperaría que el Presidente Santos y su sequito primero demostrara ese ánimo de paz con los/as colombianos/as que se levantan en paro a lo largo y ancho del país.
Pero seamos realistas ¿No? Los hechos hablan por sí solos. Aunque, de hecho, los primeros que hablan son el presidente señalando a medio país de estar “infiltrado” o “guiado” por la guerrilla, seguido por el Ministro de defensa Juan Carlos Pinzón, haciendo gala de un despliegue armado del lenguaje, basado en los señalamientos y hostigamientos a todos los que salen a exigir atención del Estado social de derecho. Así, después que ellos hablan, la respuesta del estado es: garrote, gases lacrimógenos, balas de goma, agua, golpes y ráfagas de fusil. Y para eso sí que hay presupuesto nacional.
Para terminar, redondeemos ideas: Primero, prácticamente todo el país se va a movilizar. Segundo, no es porque no tengan nada que hacer; es porque hay razones de peso, cómo el hambre, la pobreza, la injusticia, la violencia, el despojo, la falta de educación, la privatización de la vida, la extranjerización de la tierra, la destrucción del medio ambiente, entre otras. Tercero, la repuesta inicial del gobierno de Santos será violencia y represión. Cuarto, es necesario e invito a los diversos sectores sociales, a que exijan el dialogo social para todos. Quinto, mucho cuidado con algunas de las figuras públicas o políticas que son bastante arribistas.
¿Y los del común?, ¿los que estamos en las ciudades, a los que nos preocupa o indigna, pero no podemos marchar? ¿Cómo vamos a apoyar? Primero, librándonos de la información de los medios masivos, que no son ni objetivos ni solidarios. Segundo, buscando otras fuentes, como Contagio Radio, Prensa Rural, El Turbión, Colombia Informa y la alianza de medios y periodistas por la paz. Tercero, exigiendo, por redes sociales, pero también con derechos de petición, cartas, recolecciones de firmas y actividades como plantones, vigilias, recolección de medicamentos, uso de símbolos de apoyo a quienes se movilizan. ¡A apoyar desde la difusión de lo que sucede! ¡A apoyar desde la exigencia de diálogo! ¡A apoyar desde ya!
¿Que responderá el gobierno?
Aunque soy de las muchas personas que celebra la voluntad del Gobierno para dialogar con las guerrillas y reconoce la importancia de la palabra para que se callen los fusiles (tanto de la insurgencia como del Estado –militar y paramilitar-), esperaría que el Presidente Santos y su sequito primero demostrara ese ánimo de paz con los/as colombianos/as que se levantan en paro a lo largo y ancho del país.
Pero seamos realistas ¿No? Los hechos hablan por sí solos. Aunque, de hecho, los primeros que hablan son el presidente señalando a medio país de estar “infiltrado” o “guiado” por la guerrilla, seguido por el Ministro de defensa Juan Carlos Pinzón, haciendo gala de un despliegue armado del lenguaje, basado en los señalamientos y hostigamientos a todos los que salen a exigir atención del Estado social de derecho. Así, después que ellos hablan, la respuesta del estado es: garrote, gases lacrimógenos, balas de goma, agua, golpes y ráfagas de fusil. Y para eso sí que hay presupuesto nacional.
Para terminar, redondeemos ideas: Primero, prácticamente todo el país se va a movilizar. Segundo, no es porque no tengan nada que hacer; es porque hay razones de peso, cómo el hambre, la pobreza, la injusticia, la violencia, el despojo, la falta de educación, la privatización de la vida, la extranjerización de la tierra, la destrucción del medio ambiente, entre otras. Tercero, la repuesta inicial del gobierno de Santos será violencia y represión. Cuarto, es necesario e invito a los diversos sectores sociales, a que exijan el dialogo social para todos. Quinto, mucho cuidado con algunas de las figuras públicas o políticas que son bastante arribistas.
¿Y los del común?, ¿los que estamos en las ciudades, a los que nos preocupa o indigna, pero no podemos marchar? ¿Cómo vamos a apoyar? Primero, librándonos de la información de los medios masivos, que no son ni objetivos ni solidarios. Segundo, buscando otras fuentes, como Contagio Radio, Prensa Rural, El Turbión, Colombia Informa y la alianza de medios y periodistas por la paz. Tercero, exigiendo, por redes sociales, pero también con derechos de petición, cartas, recolecciones de firmas y actividades como plantones, vigilias, recolección de medicamentos, uso de símbolos de apoyo a quienes se movilizan. ¡A apoyar desde la difusión de lo que sucede! ¡A apoyar desde la exigencia de diálogo! ¡A apoyar desde ya!
