Dicen los medios:
“Los medios de comunicación masiva no reportan la realidad del paro nacional, violencia contra los campesinos heridos por acciones de la fuerza pública”.
“Hospitales sin insumos y enfermos fallecen dentro de las ambulancias gracias a los bloqueos en las carreteras de Nariño y Boyacá”.
“Oficialmente se dice que hay 6 periodistas y más de 30 manifestantes detenidos por el paro nacional, los campesinos dicen que en total son más de 50 los detenidos”.
“Manifestantes en Nariño y valle del cauca se encuentran rodeados por la fuerza pública, quienes no los dejan seguir con las protestas”.
Estas acciones populares y brotes de indisciplina social son los ecos de una nación que una nación que pide a gritos, a piedra a palos y a lagrimas un cambio profundo.
Una mirada al interior antes que al exterior y una protección no solo a la integridad del pueblo colombiano, sino a su riqueza, forjada con el trabajo y el sudor campesino, que le ha dado estudio a tantas mentes desagradecidas, que hoy no solo enfilan sus fuerzas en contra de los nichos económicos que los vieron nacer, sino que también usan sus saberes para clavarle el puñal y desangran poco a poco la cultura y la tradición del pueblo colombiano, siendo un pueblo campesino, minero y trabajador, pero también siendo un pueblo rebelde y auto pensador.
He vivido las realidades campesinas, sobre todo las del pueblo boyacense muy de cerca, sin soportes textuales puedo decir y contar como la guerra ha dejado una desdicha profunda y ha sembrado la desesperanza en los surcos, en los que un día el bien germinaba. el olvido y la desigualdad es tan grande que ni siquiera hoy en día se garantiza el cubrimiento de necesidades básicas, como el agua potable o la infraestructura vial para alimentar a todo un país, pero aun así, los pocos campesinos que quedan en estas montañas, valles, lagunas y minas olvidadas en medio de las políticas económicas de globalización, se rebuscan la manera de sacar sus productos, que originalmente no son para sus beneficios, ellos tienen lo que necesitan en sus huertas, sino para el beneficio de la nación, y el poco dinero que les queda después de largos meses de trabajo, para que germinen semillas limpias y sean traídas a las mesas de todos, ese poco dinero se queda en impuestos, en gastos básicos como salud y educación, que deberían ser gratis o por lo menos más accesibles y así no tendrían que caminar o montar en sus caballos durante tres horas para encontrar un puesto de salud.
¿Porque los campesinos no son escuchados? ¿Por qué el gobierno sigue jugando con ellos? ¿Por qué tantos paños de agua tibia para una olla exprés que está a punto de estallar?
La única respuesta a estas preguntas es el olvido. El olvido es la causa de tantas desigualdades e ignorancia que hoy rodean estas realidades sociales, el hecho de que el gobierno no hizo presencia durante muchos años en los sectores agrícolas y mineros, que abandono a estas personas a merced de la guerra y los obligo a crear políticas auto sostenibles, hoy en día es lo que genera que el pueblo se alce de forma violenta, porque además de todo el estado vulnera las políticas que ellos mismos crearon, fomentaron y les han funcionado, pues a causa de tantos años de abandono, el alto gobierno no sabe cuáles son las necesidades, las fortalezas y mucho menos las potencialidades que puede desarrollar un sector y una fuerza de trabajo como lo es el campesinado colombiano y por ello no le importa amenazarlo con políticas expansionistas como el TLC que fueron rechazadas por muchos sectores y sin embargo se implementaron.
Esto que está pasando hoy en día, es solo el comienzo de muchas protestas sociales a raíz de la globalización y la falta de democracia de nuestro país, donde no se escucha a la población, donde el gobierno se deja endulzar el oído al escuchar la palabra dólares, y vende hasta la madre tierra por un “Smart tv” que finalmente sigue costando tres veces más de lo que cuesta en el país de donde proviene, ahí es cuando uno se pregunta ¿de qué ha servido el TLC? Solo ha servido para mantener arruinados a los campesinos, mineros, camioneros, gremios productivos y hasta cafeteros en Colombia.
Si bien estas marchas son impulsadas y apoyadas por movimientos políticos de izquierda y claramente por grupos armados, no se puede asegurar que los protestantes sean obligados a permanecer en los sitios de concentración o tengan un código de acción el cual seguir, tal como las fuerzas militares y algunos sectores del gobierno lo han dejado ver y sin embargo las protestas están totalmente fundamentadas, los campesinos están pidiendo subsidios por parte del gobierno, para hacerle frente a la realidad económica que atraviesa el país, ya que muchos de ellos han entrado en la banca rota, gracias a políticas como el TLC que han permitido la entrada de nuevos productos a menor costo, por eso consideran los subsidios como una herramienta para tener una disputa económica en igualdad de condiciones. Y el gobierno puede responder a estas peticiones con rebajas en tasas de interés e impuestos es cuestión de escucharse mutuamente.
Piden también garantías en materia de salud pública, educación y desempleo, los ires y venires económicos y sociales, han provocado un déficit infraestructural en materia de movilidad hacia los territorios campesinos, lo que ha generado un atraso a todo nivel por lo cual no existen garantías para desempeñar profesiones como la medicina en estas tierras olvidadas, por lo cual los servicios de salud son precarios en muchos casos. La educación es menos vulnerada es decir tiene mejores garantías pero la migración y el desplazamiento ha provocado que los pocos niños y jóvenes que aun permanecen en estas tierras no puedan estudiar ya que su población se ha visto tan diezmada que no hay los suficientes estudiantes como para enviar un profesor.
Adicionalmente a esto los campesinos piden que se valoren las semillas limpias, los cultivos libres de químicos y las carnes o productos como la leche y los huevos libres de hormonas, lo que ellos realmente quieren es proteger a la naturaleza que tanto nos ha dado a todos, a ellos como productores y a nosotros como consumidores, siendo fieles a los ciclos naturales, permitiendo el libre intercambio de semillas no procesadas ni manipuladas genéticamente y renunciando a los transgénicos y a los tóxicos como respeto a la tierra y piden la ayuda y el control del gobierno para impedir el ingreso de productos como los provenientes de la empresa Monsanto que lo que hacen es matar lentamente a los consumidores, gracias a estudios hechos en contra de esta compañía, y adicionalmente están matando el pueblo campesino colombiano, pues estos productos transgénicos tienen tiempos de producción más cortos y menos cuidados lo que los hacen más económicos y no permiten una economía justa.
En resumidas cuentas lo que el campesinado colombiano desea es la reivindicación, el reconocimiento como un sector fuerte, autónomo e importante tanto para la económica colombiana, como para la nutrición, el medio ambiente y la historicidad de este pueblo pujante y trabajador y en este sentido busca la protección del gobierno en materia de seguridad e infraestructura y la garantía de poder desempeñar un papel coherente dentro de las políticas de expiación como en el TLC aportando una ayuda académica y de asesorías a nivel comercial, ya que el gobierno colombiano no pudo garantizar una buena educación en el pasado.
Yo no estoy defendiendo a los campesinos enfurecidos ni culpando a nadie, simplemente les estoy contando una realidad, tanto en la zona afectada como en el alto gobierno, quien dice que todo está "bajo control" y se supone que ellos deben velar por la seguridad económica, política y social de TODOS, pero el olvido de algunos sectores, afecta mortalmente a otros, ya van casi 5 días de paro y no se ven soluciones cercanas, no se ha entablado una mesa de negociación, no hay un pliego de peticiones claro, y cada vez más sectores se unen al paro y las fuerzas coercitivas cada vez son más violentas. Obviamente no es la vía para ser escuchados, es triste ver que la protesta social llegue a estas instancias, pero es más triste ver, por ejemplos claros como el de Grecia, que es la única salida, ante gobiernos sordos y parciales. Solo esperemos que el gobierno de Juan Manuel Santos se concientice y esto no se tinte de sangre como sucedió en el Catatumbo, donde resultaron cuatro personas asesinadas a manos de las fuerzas militares.
Después de años de olvido, los campesinos claman reivindicación
Mar, 27/08/2013 - 09:04
Dicen los medios:
“Los medios de comunicación masiva no reportan la realidad del paro nacional, violencia contra los campesinos heridos por acciones de la fuerza pública”.
“Hospitales si
“Los medios de comunicación masiva no reportan la realidad del paro nacional, violencia contra los campesinos heridos por acciones de la fuerza pública”.
“Hospitales si