Muchas personas en el mundo se cuestionan diariamente, preguntándose: ¿Qué necesitan hacer para ser más felices? o simplemente ¿Cuál es el secreto de la felicidad? Desafortunadamente no existe lugar alguno que venda felicidad, tampoco una pócima mágica que la contenga y mucho menos necesitamos viajar a los confines del universo, para encontrarnos con alguien que nos dé un poco de su felicidad. La verdad es que no tenemos que ir muy lejos para encontrarla, ella está esperando dentro de nosotros, a que abramos las puertas del insondable socavón en que la tenemos recluida, para poder aflorar e invadirnos por completo.
Lo primero que debemos hacer, es dejar de compararnos con los demás y creer que el que está a nuestro lado es más feliz que nosotros. Otra cosa muy importante a tener en cuenta, es el apego que muchas personas poseen por las cosas materiales y el dinero, ya que ninguna de estas son sinónimo de felicidad. ¿Cuantas veces leemos en las revistas de farándula, acerca de lo infelices que son o de los múltiples problemas psiquiátricos, de drogadicción y alcoholismo que tienen aquellos llamados personajes del jet set? Cuanto más tenemos y más nos apegamos a lo material, más pobre es nuestro espíritu.
La felicidad es un estado interno, propio de cada uno y solo nosotros mismos podemos darle salida. Algunos incluso afirman que la felicidad es gozar de buena salud tanto física como mental, pero sobre todo de mala memoria. Muy posiblemente esa sea la razón por la cual a comienzos de este año, Colombia fue catalogada como el país más feliz de la región y de todo el planeta, según lo determinó una encuesta de la firma Gallup. De igual forma ocupa el tercer lugar en el Índice del Planeta Feliz (The Happy Planet Index) en donde en los últimos años, ha quedado en los primeros lugares. Los colombianos siempre nos hemos caracterizado por tener mala memoria y afortunadamente es así, gracias a eso podemos voltear la página diariamente y comenzar de nuevo.
Para muchos de los que están leyendo este artículo, les puede sonar un poco paradójico, que la población colombiana viva a gusto en un lugar con tantas falencias y problemas, afortunadamente a pesar de todas las dificultades, los colombianos somos una población feliz. Por eso debemos aprovechar la peculiar idiosincrasia, de quienes nacemos en esta tierra y esos extraños genes que corren por nuestra sangre, para contagiarnos de ese bichito llamado felicidad. Las personas felices son más exitosas, están a gusto con su vida y con todo lo que hay en ella, porque sencillamente, han aprendido a disfrutar todas esas pequeñas cosas del diario vivir, aprecian y atesoran lo que tienen, les gusta estar en contacto con la naturaleza, se ponen cita con su yo interior para escucharlo y aprender de él y por esas razones, la felicidad emerge libremente desde lo más profundo de su ser.
El ser felices es esa fuerza motivadora que nos levanta cada día y nos impulsa a seguir adelante. Eso no significa que todo el tiempo vamos a tener una sonrisa en los labios, porque la felicidad también necesita un poco de tristeza para saber que se es feliz, cuando no se está triste. La felicidad es aquello que en los momentos difíciles nos ayuda a hacer un alto en el camino, para analizar mejor la situación y poder continuar detrás de nuestros sueños, sin dejarnos aminorar por los obstáculos o problemas que se nos presentan en la vida, porque siempre hay una razón para levantarnos de nuevo y continuar adelante. A partir de hoy, pongámonos en la tarea de que tan pronto despertemos, le obsequiamos una sonrisa a la vida, estoy segura que con el paso de los días, nos daremos cuenta que vale la pena ser feliz. Porque ser feliz es mirar más allá del horizonte y disfrutar el día a día, ya que tal vez a la vuelta de la esquina, ocurrirán cosas extraordinarias.
http://www.sandrajaramillo.co/
Para muchos de los que están leyendo este artículo, les puede sonar un poco paradójico, que la población colombiana viva a gusto en un lugar con tantas falencias y problemas, afortunadamente a pesar de todas las dificultades, los colombianos somos una población feliz. Por eso debemos aprovechar la peculiar idiosincrasia, de quienes nacemos en esta tierra y esos extraños genes que corren por nuestra sangre, para contagiarnos de ese bichito llamado felicidad. Las personas felices son más exitosas, están a gusto con su vida y con todo lo que hay en ella, porque sencillamente, han aprendido a disfrutar todas esas pequeñas cosas del diario vivir, aprecian y atesoran lo que tienen, les gusta estar en contacto con la naturaleza, se ponen cita con su yo interior para escucharlo y aprender de él y por esas razones, la felicidad emerge libremente desde lo más profundo de su ser.
El ser felices es esa fuerza motivadora que nos levanta cada día y nos impulsa a seguir adelante. Eso no significa que todo el tiempo vamos a tener una sonrisa en los labios, porque la felicidad también necesita un poco de tristeza para saber que se es feliz, cuando no se está triste. La felicidad es aquello que en los momentos difíciles nos ayuda a hacer un alto en el camino, para analizar mejor la situación y poder continuar detrás de nuestros sueños, sin dejarnos aminorar por los obstáculos o problemas que se nos presentan en la vida, porque siempre hay una razón para levantarnos de nuevo y continuar adelante. A partir de hoy, pongámonos en la tarea de que tan pronto despertemos, le obsequiamos una sonrisa a la vida, estoy segura que con el paso de los días, nos daremos cuenta que vale la pena ser feliz. Porque ser feliz es mirar más allá del horizonte y disfrutar el día a día, ya que tal vez a la vuelta de la esquina, ocurrirán cosas extraordinarias.
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