Pocos saben que un 29 de julio de 1929 Francisco Gómez, mejor conocido como Ratoncito, inició una revolución bolchevique en un pequeño rincón del Tolima llamado el Líbano y que lo sucedido tiene el mérito excepcional de ser, quizás, la primera insurrección armada de América Latina por parte de un ejército de campesinos con intenciones de tomar el poder a favor de ideales socialistas.
Liderados por un zapatero llamado Pedro Narváez, centenares de jornaleros y artesanos conmocionaron al país durante varios días influenciados por la revolución de octubre y con el grito “¡Tenemos hambre, Viva la Revolución Social!” en el corazón. Como resultado de un ataque con machetes de doble filo, bombas transportadas en bueyes, fusiles heredados de la Guerra de los Mil Días y algunas carabinas, los combatientes fueron reprimidos por contingentes del Ejército Nacional que tuvieron que ser enviados desde algunos departamentos por el miedo que tuvo el gobierno a que se les unieran por todo el territorio más campesinos y el Estado cayera en manos de socialistas conspirativos.
El nivel de tortura, escarnio público y represión al que fueron sometidos los jornaleros y líderes del Movimiento Bolchevique del Líbano fue tremendo, y olvidar que en un pequeño pueblo colombiano ocurrió el primer levantamiento armado campesino en América Latina, apenas cuando Fidel Castro era un crío, puede resultar absurdo para la memoria histórica de un país. Por eso no es gratis que el libro que posee la mayor información, estudio, y análisis sobre el levantamiento lo haya escrito Gonzalo Sánchez Gómez, hoy director del Centro Nacional de Memoria Histórica.
@Riverprie
El zapatero que armó una revolución socialista en Colombia
Vie, 27/09/2013 - 01:48
Pocos saben que un 29 de julio de 1929 Francisco Gómez, mejor conocido como Ratoncito, inició una revolución bolchevique en un pequeño rincón del Tolima llamado el Líbano y que lo sucedido tiene