En Teusaquillo la clase media sobra (parte II)

Sáb, 21/02/2015 - 14:42
Uno de los aspectos más claves de las renovaciones urbanas en Teusaquillo es que no están justificados en el deterioro o desaprovechamiento del territorio. Es decir,

Uno de los aspectos más claves de las renovaciones urbanas en Teusaquillo es que no están justificados en el deterioro o desaprovechamiento del territorio. Es decir, que el móvil de las mismas, más que el desarrollo, el rescate y la funcionalidad de la ciudad, es el negociado urbano de especulación inmobiliaria por medio de APP.

Buen ejemplo de ello es el Proyecto de Renovación Urbana de INNOBO. Este gira en torno a Corferias y tiene por objetivo consolidar una zona en la ciudad que funja como centro de convenciones y negocios internacionales. Sus principales efectos, contrarios a los intereses de los habitantes de barrios como El Recuerdo y Quinta Paredes, ya se han comenzado a sentir. La presencia de hoteles y establecimientos comerciales cada vez más grandes ha venido cambiándole la cara a los barrios, afectando su caracterización residencial y generando desplazamiento de los residentes.

Aunque pudiera pensarse lo contrario, la Bogotá Humana está encaminada a profundizar esta problemática. En diciembre del año pasado, en plenas vacaciones, cuando nadie (ni el Concejo de la ciudad) está pendiente de la legislación, Gustavo Petro expidió el decreto 562 de 2014. Con este decreto, más del 50% de la localidad pasó a ser zona de tratamiento de renovación urbana, con lo que se avizora la intención explícita de modificarle la clasificación del suelo. Sin embargo, la modificación al uso del suelo (para intervenciones urbanísticas profundas) es potestad exclusiva, como lo ha dicho el Consejo de Estado y el mismo Estatuto Orgánico de la ciudad, del Concejo de Bogotá. Así pues, como dice José Luis Rocha, arquitecto y consultor en esta materia, el distrito está direccionando, de manera ilegal, “la Renovación Urbana hacia la explotación del territorio mediante la oportunidad del negocio, desechando la urgente y ahí sí necesaria intervención en sectores evidentemente deteriorados ambiental, física y socialmente”.

Parte del lío para materializar esta política es que Teusaquillo es una localidad eminentemente residencial; razón por la cual ha venido acompañada de otros fenómenos para hacer cada vez más incomodo vivir en la zona. Uno de estos fenómenos es el de la rumba sin controles en Galerías. En este sector tradicional de la ciudad se han venido ubicando establecimientos de comercio de alto impacto que, violentando las normativas urbanas, sobre niveles de ruido en la ciudad y trato de desechos y basura, han generado inseguridad e intranquilidad, afectando la calidad de vida y llevando al desplazamiento paulatino de sus habitantes. Además de ello, en el afamado Plan Nacional de Desarrollo de Santos, se estipulan medidas como el cobro del alumbrado público (antes financiado por el erario distrital), así como una nueva fórmula de cálculo que aumentará el ya elevado cobro del impuesto predial.

Las APP urbanas, las políticas improvisadas (o ejecutadas de forma antidemocrática) de planeación urbana, los cada vez más altos impuestos (sin contrapartida para multinacionales y magnates financieros), es decir, la complicidad de las autoridades distritales y nacionales, son las razones que hoy generan preocupaciones en los habitantes de Bogotá y, especialmente, de Teusaquillo. Bajo el objetivo de llenar cada vez más las arcas de inversionistas inmobiliarios, los derechos ciudadanos se ven seriamente amenazados. Solo por medio de la organización ciudadana, civilista y democrática, tal y como ya viene ocurriendo en Galerías, será posible ponerle un tatequieto a tan regresiva política.

@mathoyos

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