¿Hacia dónde va la educación en nuestro país?

Mar, 18/03/2014 - 10:00
Si el desarrollo de los países ha de medirse por la calidad de educación que ofrece, claramente Colombia se encuentra en una desventaja considerable dado que la calidad de la educación y para ser m
Si el desarrollo de los países ha de medirse por la calidad de educación que ofrece, claramente Colombia se encuentra en una desventaja considerable dado que la calidad de la educación y para ser más específicos de la educación superior es de cuestionable calidad, debido a que el sistema educativo ofrece un entrampamiento en el cual los estudiantes son considerados carne de cañón que en el futuro irán a engordar las filas de gobiernos corruptos e ineficientes. Una cuestión lamentable consiste el hecho de que la educación superior en nuestro país se encargue de oprimir y alienar las mentes, mentes sin libertad y sin contenido, que al final del día no piensan más allá de los planes de fin de semana. Es irónico pensar que allí donde se forman los “futuros profesionales” ya sean médicos, abogados, psicólogos, es donde existe una irreconciliable desconexión de la realidad que vive el país, esa cruda realidad que no escapa a los contextos y que desde la academia se la observa como ajena como aquello que no nos pertenece, eso que está “allá fuera”, sucede entonces que un buen día esa realidad nos toca, ya sea directamente a nosotros o alguno de los nuestros y es entonces cuando empezamos a vivir de verdad y nos damos cuenta que la realidad del país deja de estar allá afuera para estar aquí adentro, presente y latente en todos los contextos en los que nos desenvolvemos y uno de ellos es el educativo, en donde supuestamente nos estamos formando para ser mejores personas y profesionales según lo que oferte cada universidad. La indignación no se hace esperar cuando “abrimos los ojos” a la realidad y nos percatamos que esa corrupción de la que tanto hablan los noticieros y algún día pensamos que solo existía en las campañas políticas, se encuentra presente en todos los lugares donde exista una figura de poder y la universidad no es la excepción. Es triste observar como más allá de interesarse por ofrecer una educación de calidad las figuras de poder dentro de la universidad ya sean rectores, decanos, directivos se interesan por acallar las voces de quienes intentan poner el dedo sobre aquellos procesos que se llevan de manera irregular y que irremediablemente involucran a los estudiantes, se produce entonces toda una persecución para acallar a quienes no temen en mostrar aquellas falencias y no como un acto meramente de rebeldía sino porque en aras de obtener una educación de contenido se busca que quienes imparten el saber también se encuentren entre los estándares mínimos de calidad, pero dicha exigencia podría ser considerada una utopía puesto que el conformismo y el facilismo se convierte en una constante. Es entonces que ya no se habla únicamente de estudiantes desinteresados, facilistas y tramposos sino que también se habla que son los docentes quienes en algunos casos también encarnan tan desagradables características, tanto así que si volviéramos el tiempo atrás no nos sorprenderíamos en mirar como estos docentes en su momento fueron estudiantes desinteresados, tramposos, facilistas y conformistas a quienes con tal de obtener un cartón para empezar a ganar dinero no les interesaba los métodos que tuvieran que recurrir para conseguirlo y entre esos métodos realizar un estudio crítico obviamente no estaba en su lista. Entonces cabria preguntarse ¿qué es lo que están aprendiendo los “futuros profesionales” hoy en día, Si en su medio solo observan una corrupción que es ejercida por quienes imparten el saber? Estar en contra vía de dicho sistema es considerada una causa latente de persecución en donde se observa cómo se utiliza información fuera de contexto y se valen de todo tipo de artimañas para desacreditar y tachar de mentiroso a quien alza su voz en forma de protesta en donde la indignación ante tales procesos irregulares se hace cada vez más evidente. Es absurdo intentar tapar el sol con un dedo después de todo en algun momento la luz va a terminar por encandilarnos, les sucede lo mismo a quienes juegan el sucio juego de la corrupción y desacreditación es tanto el inconformismo de unos pocos que en algun momento terminara por explotarles en la cara la verdad y llegado ese momento no habrá excusas que valgan, ni dinero que conciencias pueda comprar, puesto que la verdad será revelada, sin embargo ¿Cuánto habrá que esperar para que esto suceda? Nadie lo sabe a ciencia cierta lo que sí es evidente es que ese momento llegara cuando la indignación de las masas haya llegado a su punto máximo. Debido a que los contextos educativos se han convertido en un espejo de la situación que vive el país en donde prima la corrupción y los intereses de quienes ostentan el poder no se puede hablar de calidad en la misma, debido a que el cambio y el voto de opinión es considerado una amenaza, se busca oprimir y acallar las irregularidades que terminan siendo una verdad que se grita en silencio. El silencio se convierte en esa arma de doble filo en la medida que aprueba las determinaciones de quienes se convirtieron en una encarnación de la máquina de corrupción que tanto ha desangrado al país, es así como a través del silencio de muchos se siguen cometiendo las injusticias de las cuales por años todos se han lamentado siempre en silencio.
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