La diplomacia vergonzosa frente al crecimiento de cultivos ilícitos en Colombia

Lun, 18/09/2017 - 04:23
La semana pasada se desató una crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos de América (EE.UU.) por las declaraciones de William Brownfield, Secretario Adjunto de Estado para Seguridad y luch
La semana pasada se desató una crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos de América (EE.UU.) por las declaraciones de William Brownfield, Secretario Adjunto de Estado para Seguridad y lucha antinarcóticos de los Estados Unidos, ante la posibilidad de que Colombia pueda ser descertificado por el crecimiento de los cultivos ilícitos en los últimos años. La preocupación está dada porque ya fuimos descertificados una vez por los EE.UU. y además al presidente colombiano de la época Ernesto Samper le fue eliminada la visa norteamericana. Ante esta situación los colombianos sabemos lo que nos espera. Es claro que la problemática de las drogas ilícitas ha acompañado la historia de Colombia por más de medio siglo, teniendo en cuenta que tenemos una responsabilidad histórica ante el mundo por los cultivos, la producción y la comercialización de las drogas, por esta razón la mayoría de los gobiernos colombianos han combatido el narcotráfico desde la vía de la criminalización tal y como lo ha estipulado el consenso internacional. Así es, la comunidad internacional con Colombia incluida, ha decidido continuar con la guerra frontal respecto a las drogas ilícitas, y mientras no se encuentre una solución distinta, esta es la posición mayoritaria en el mundo, a pesar de que muchos piensen que se ha fracasado en el intento o que la solución es legalizarlas y sentarnos a ver como fallecen por drogadicción nuestras generaciones presentes y futuras. Por otro lado, existe un principio internacional denominado la “corresponsabilidad” lo que significa para el caso de las drogas ilícitas que Colombia tiene una parte de la responsabilidad y por otra la comparte con los países consumidores. Si bien es cierto, que si no existiera la demanda no existiría la oferta, pero no por ello quedamos eximidos de la responsabilidad que tenemos frente al mundo. Desde que inició el gobierno Santos el Proceso de Paz con el grupo guerrillero FARC en el 2011 una de las grandes expectativas era el fin del narcotráfico, lo que obviamente no pasó ante tan jugoso negocio, nunca entregaron las rutas del narcotráfico, dejaron libre el crecimiento de los cultivos ilícitos y continuó la comercialización como en los mejores tiempos de los carteles. Llama la atención la respuesta de nuestro Vicepresidente de la República, el General Naranjo al decir que se ha combatido el narcotráfico por el aumento de las incautaciones, la verdad es que eso no se puede negar, pero lo que eso demuestra no es solo el combate al narcotráfico sino el crecimiento del negocio que es a lo que se refieren los norteamericanos, el tema no es que crezcan solo los cultivos sino que se dispare la producción, y con incautaciones no es suficiente. Que decir de la respuesta de nuestro Ministro de Defensa Luis Carlos Villegas, quien manifestó como respuesta pública al crecimiento de los cultivos ilícitos que EE.UU. debería cuidar más la frontera con México, la verdad esa no es la respuesta, si bien hay una responsabilidad compartida, la política no está en la frontera con México precisamente, ésta es una de las rutas y de los múltiples canales que tiene el narcotráfico para ingresar la droga ilícita a los EE.UU. Hubiera sido interesante que el Ministro Villegas con igual vehemencia hubiera insistido a los guerrilleros de las FARC la importancia de conocer las rutas del narcotráfico para diseñar una política efectiva y no sólo de incautación. Por otro lado, se dice que la suspensión de la fumigación con glifosato ha sido otra de las razones para el aumento de los cultivos, la verdad es así, el gobierno Santos desde las primeras sesiones de la Comisión Nacional de Drogas 2010 y 2011 plantearon que no iban a seguir con la fumigación y luego se ampararon en una decisión de la Corte Constitucional que planteaba los efectos nocivos de este químico para la salud, y sin pensar que se podía mantener la fumigación con otro componente como el glufosinato de amonio que se ha comprobado no tiene ningún efecto negativo para la salud humana, y sabiendo esto el gobierno decidió suspender cualquier fumigación y así permitir el crecimiento de los cultivos y la resiembra de los cultivos erradicados manualmente. No es claro por qué tanta sorpresa para el gobierno Santos sobre las declaraciones del Secretario Brownfield teniendo en cuenta que llevan desde el 2011 advirtiendo el crecimiento de los cultivos ilícitos. Año tras año los informes de Naciones Unidas así lo han demostrado y los norteamericanos han manifestado su preocupación. Es por ello que no es entendible que ahora se rasguen las vestiduras los Ministros colombianos cuando llevan 7 años advirtiéndoles la importancia de controlar y mitigar los cultivos ilícitos. La verdad es que parece que lo que más molestó al ejecutivo colombiano fue que el Secretario Adjunto manifestara que por estar ocupados en el Proceso de Paz en La Habana descuidaran los cultivos ilícitos, lo cual es totalmente cierto y evidente. Aunque queda la pregunta ¿realmente fue un descuido o una complacencia a las FARC? Lo que nunca sabremos. Algunos analistas han planteado el por qué nos afecta tanto la descertificación. El tema está en que desafortunadamente siempre hemos dependido de la cooperación norteamericana en materia de drogas ilícitas, el plan Colombia y ahora el paz Colombia depende de recursos americanos que a su vez se justifican en la medida que el país demuestre medidas contundentes contra el narcotráfico y con el crecimiento de cultivos de 62.000 hectáreas en el 2010 a 188.000 en el 2016 pues no tenemos como demostrar ninguna medida efectiva. Si Colombia se sometió a las reglas de los americanos para obtener cooperación, en el mismo sentido debe cumplir para poder aspirar a tener los recursos necesarios o de lo contrario se hubiera pensado entonces en otras fuentes de cooperación para lograrlo y no seríamos tan dependientes. Esto también implica un crecimiento en el consumo de drogas muy alto que se compadece con el problema de salud pública con el que se enfrenta no solo Colombia, sino los EE.UU. y los demás países de la región. No basta con referirse a las incautaciones si la droga sigue llegando por diferentes rutas y plagando de consumidores los países. No se puede ser ciego ante la realidad de tener países con alto consumo de drogas y minimizarlo a un problema de glifosato o fronteras. En conclusión, Colombia ha estado sometida a unos acuerdos internacionales en razón a la posición mayoritaria contra las drogas ilícitas de la comunidad internacional, esto ha generado unos acuerdos que se deben cumplir si a cambio se esperan recursos de cooperación, por tanto, una vez es claro el deterioro de la política contra las drogas en 7 años de gobierno y con un crecimiento inusitado de los cultivos, no podemos salir ahora con las vergonzosas respuestas de que es culpa de la frontera con México o que hemos hecho muchas incautaciones. Ha faltado definitivamente tacto en las respuestas diplomáticas y trabajo por los Embajadores en EE.UU. ante el Congreso Americano para explicar con respuestas razonables lo que realmente ha ocurrido y asumir las omisiones y descuidos en el tema que son evidentes. No se trata de complacencia con el gobierno americano, se trata de cumplir con los acuerdos internacionales. ¿Por qué si cumplirle a las Farc  y no a la comunidad internacional? Ahora donde sí debería actuar la Cancillería colombiana se vio pasiva y perdida.
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