El consumo de drogas en nuestro país va en alza. Al igual que las cifras de obesidad y endeudamiento de los colombianos, el consumo de drogas ha incrementado de tal manera que afecta 1 de cada 3 hogares de forma directa o indirecta. El uso recreacional se ha disparado en un 300% en los últimos 15 años y la exposición o iniciación en las drogas se da cada vez más temprano en la vida de jóvenes y niños.
A pesar de los esfuerzos del estado, los entes policiales y las campañas publicitarias, el consumo sigue en alza. No se constituye esto en un fenómeno local sino en un fenómeno global.
La presión social, el embelesamiento del consumo y la normalización de las drogas con fines recreacionales, además de la creación de zonas de tolerancia y en especial la contribución de la televisión y redes sociales, influyen sobre la percepción que la juventud tiene en la actualidad respecto al uso de drogas y el consumo de alcohol.
Si es cierto que hay más información, también hay mayor confusión. Es por esto que los padres deben involucrarse en una edad temprana y apoyar los esfuerzos de educación, brindando claridad y mensajes contundentes a la infancia.
Si queremos salir victoriosos frente a las drogas y el alcohol, la prevención del consumo se convierte en la piedra angular de nuestra estrategia, pero debe iniciar lo más temprano posible.
Un problema milenario
Con esto no quiero decir que el problema del consumo sea nuevo, si miramos el estado de la adicción en la antigüedad, nos vamos a encontrar con un fenómeno similar pero proporcional a la escala de la población de ese entonces y con un crecimiento epidémico en todos los casos. El consumo de opio afectaba a hombres, mujeres y niños por igual en el siglo XIX. Su uso se hizo popular como una panacea, una cura para todo. En esta ocasión los boticarios, encargados de dispensar y hacer las formulaciones de diferentes medicamentos, no sabían dosificar y preparar los jarabes, emplastos y otros remedios que contenían opio de forma adecuada, resultando en un problema de salud pública que requirió de grandes esfuerzos y que estigmatizó a un segmento importante de la población. La marihuana era utilizada en China e India ampliamente de forma recreativa, así como la coca fue utilizada ancestralmente por comunidades indígenas de los Andes y el peyote por indígenas en América Central y del Norte. En todos los casos anteriores siempre hubo abuso, adictos y familias afectadas y destruidas. El alcohol no se queda atrás, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad del mundo, así como uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes y violencia del planeta. Pero a pesar de que el consumo sea un problema milenario, hoy en día contamos con estrategias, tratamientos, terapias y estructuras tanto familiares, no gubernamentales y estatales, empeñadas en ayudar al adicto.¿Cuál es la clave?
Hay unas preguntas claves que un adicto debe hacerse así mismo:- ¿Con frecuencia me encuentro pensando en consumir?
- ¿Me he escondido para consumir?
- ¿Con frecuencia le digo a la gente que consumo menos de lo que consumo?
- ¿Cuando me preocupo o tengo algún problema considero consumir?
- ¿Mi consumo ha afectado a mi familia debido a mi ausencia?
- ¿El consumo de drogas ha afectado mi economía familiar o personal?
- ¿Mi consumo entristece o preocupa a mis seres queridos?
- ¿He manejado bajo la influencia de las drogas o el alcohol?
- ¿Pongo en peligro a las personas a mi alrededor debido a mi adicción?
- ¿He intentado dejar de consumir pero mi adicción ha superado a mi fuerza de voluntad?