Pamplona un año más y la barbarie continúa. Como todos los años entre el 6 y el 14 de Julio en las fiestas populares de esta ciudad española, miles de animales morirán cruelmente sacrificados en honor al santo San Fermín.
Originalmente la fiesta religiosa que se viene celebrando desde el siglo VII , no tenía relación con las ferias comerciales y las corridas de toros populares que datan del siglo XIV, es más, San Fermín ni siquiera es el santo patrono de la ciudad de Pamplona pues es San Saturnino. Pero por cosas de la vida que en este artículo no vamos a tocar, en épocas pasadas las celebraciones se juntaron todas en una sola de común acuerdo con la iglesia católica y fue como de esta manera poco a poco se fue dando origen a las fiestas en donde tristemente se martirizan miles de animales en el encierro de toros, ofreciendo los honores a San Fermín.
Si San Fermín pudiera ver lo que hacen a estos pobres animales se sentiría horrorizado y muy avergonzado de ver como utilizan su nombre para este cruel y malvado espectáculo.
¨El encierro de toros¨ cómo es llamado este salvaje show, consiste en forzar a una manada de estos briosos animales para que hagan un recorrido a todo galope persiguiendo a una multitud que espera ansiosa y corre para no ser arrollada por los asustados animales que no están interesados en atacar, sino que solamente reaccionan a sus instintos animales de conservación y embisten lo que esté al frente de ellos. Son 849 metros por las calles de la parte vieja de la ciudad de Pamplona, pasando por la plaza del ayuntamiento y terminando el el callejón tradicional que conduce a la plaza de toros de la ciudad.
Durante este recorrido de horror la gente grita, golpea, palmotea, asesta palazos, clava con objetos punzantes, dan toda clase de golpes y arrojan toda clase de cosas a los asustados y descontrolados animales que no tienen otra opción diferente a la de correr y embestir. En el trayecto varias veces los animales resbalan y caen al piso quebrándose las patas, pero la gente en el frenesí y sin la más mínima consideración los hala por la cola y los obliga a correr nuevamente. En la correría muchos humanos también salen lastimados porque son empujados y caen al piso para ser pisoteados por la misma multitud que corre.
Y lo peor de todo es que antes de empezar la barbarie muchos de los participantes entonan cánticos en honor a San Fermín y le piden su bendición; Esto es algo a todas luces sin sentido (pedirle bendiciones a un santo para poder torturar animales sin salir perjudicado).
¿Por qué pasan estas cosas? ¿Por qué los humanos siguen permitiendo estos bochornosos espectáculos?, inclusive con el silencio de sus lideres espirituales, en este caso la iglesia católica que a pesar del documento existente del Papa Pio V llamado ¨Bula Salutis Gregis Dominici¨en donde se condena fervientemente a las corridas de toros, en la actualidad guardan silencio . Cualquier líder espiritual en su sano juicio y en sus cabales no guardaría silencio frente a tan aberrante espectáculo.
Por suerte también existen quienes están en contra de la malévola tradición, luchan y protestan de manera pacifica y con mucha creatividad para concientizar a las personas y con esto lograr que algún día termine la maldad contra otros seres vivientes de la naturaleza. Este autor apoya las campañas de Anima Naturalis y Peta Latino.
Es de aclarar que como ecologistas, ambientalistas, defensores de los derechos de los animales o como nos quieran llamar no estamos contra de la celebración de las fiestas, pero si en abierta contra del maltrato hacia otros seres vivientes de este planeta.
La mejor oportunidad que tienen los animales de que las cosas cambien, está en el despertar de nuestra propia conciencia y en el cambio en la humanidad.
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