Colombia históricamente es un de los pocos países de Latinoamérica que ostenta tener una de las democracias más antiguas de la región junto con Costa Rica y Venezuela. Sin embargo, la trayectoria democrática aunque refleja estabilidad en el tiempo, se ha visto duramente cuestionada por los escándalos de corrupción política que se evidenciaron principalmente en los noventa, con el ingreso de dinero proveniente del narcotráfico para la campaña presidencial de 1994. El fenómeno es antiguo y recurrente, de hecho una de las manifestaciones de corrupción política más graves compromete seriamente la legitimidad del Congreso con el escándalo que relaciona a varios parlamentarios de la Cámara de Representantes y el Senado de la República con el paramilitarismo.
El tema de la corrupción política es extenso y generalmente se asocia con la financiación de campañas políticas y fraudes electorales, acompañado de otras manifestaciones conocidas como la inequidad en la distribución de fondos públicos para los partidos políticos; la correlación entre el gasto en las campañas y la obtención de votos; la desconfianza en los padrones electorales; los vacíos legales que no logran regular los aportes públicos y privados en las campañas, la desigual cobertura mediática para los candidatos en campaña electoral; la financiación de campañas a través de fondos provenientes de fuentes delictivas, corruptas o al margen de la ley; el tráfico de influencias donde los candidatos y partidos políticos reciben fondos de empresas a cambio a favores y otras más, dónde se ven involucrados tanto los partidos políticos como dirigentes y representantes de los mismos, ante el poder ejecutivo, legislativo y judicial.
Hasta aquí nada nuevo. Sin embargo, la literatura existente en Colombia sobre corrupción política presenta varios problemas. Desde el punto de vista conceptual es muy poco lo que se ha escrito sobre el tema, los pocos trabajos teóricos están escasamente desarrollados y los trabajos empíricos no parecen haber tenido resultados significativos. Aunque la mayoría de estudios sobre corrupción política se concentran en acercamientos jurídicos, mecanismos de sanción y consecuencias económicas; no existen estudios o investigaciones que intenten abordar de manera "desapasionada" el tema de la corrupción política.
No es objeto de estudio investigar, tipificar y proponer indicadores que permitan medir objetivamente la corrupción en las instituciones del sistema político. Esto es muy importante tenerlo en cuenta, porque hoy en día la corrupción se suele medir a través de percepciones y con fundamentos subjetivos que pueden variar según la coyuntura o el estado de ánimo.
No obstante, la generalizada creencia de que el tema está suficientemente explicado e incluso no necesita de rigurosa investigación científica genera más inconvenientes. Pensamos que no es necesario investigar porque el sistema político colombiano está condenado a vivir para siempre con la corrupción y en consecuencia cualquier tipo de esfuerzo por solucionar el problema será en vano. Por otra parte, creemos que la imposibilidad de establecer nuevos diagnósticos cohíbe y abstiene a organizaciones públicas o privadas para financiar investigaciones orientadas a la producción de conocimiento sobre la materia; y también podemos estar cometiendo el error de privilegiar estudios de consultoría privada que ofrecen soluciones mágicas y rápidas con fuerte impacto publicitario.
Independientemente de lo que creamos conocer sobre la corrupción política, es conveniente saber que la mayoría de estudios en Colombia, consecuencia de la escasa investigación en algunos aspectos del tema, le atribuyen a la corrupción política un enfoque dramático y novelesco, concentrando los análisis únicamente en los resultados y efectos negativos de la prácticas corruptas.
Si bien es cierto que la corrupción es dañina para el crecimiento económico de cualquier país o región y está presente en todos los sistemas de gobierno, el desbalance de criterios para su observación produce investigaciones dispares y concentradas en aspectos económicos y jurídicos; olvidando y descartando otros elementos políticos fundamentales para entender sus causas y consecuencias como los valores sociales, la ética pública, la rendición de cuentas, los sistemas de integridad, la legitimidad institucional; y en esencia, el valor inherente de la democracia dentro del sistema político.
En Colombia, la corrupción política a pesar de ser un tema actual, importante y de agenda diaria, no está acompañado del suficiente número de estudios que faciliten su comprensión, naturaleza y elementos en busca de una aproximación conceptual que no sólo contribuya a superar la ambivalencia del término y la simple percepción que se tiene de la corrupción, sino que a partir de su conocimiento e investigación sirva para valorar los alcances y limitaciones de los mecanismos utilizados para la lucha anticorrupción.
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Literatura de la corrupción política colombiana
Lun, 26/12/2011 - 16:02
Colombia históricamente es un de los pocos países de Latinoamérica que ostenta tener una de las democracias más antiguas de la región junto con Costa Rica y Venezuela. Sin embargo, la trayectoria