La ciudad se mueve al ritmo de tres millones de seres humanos que caminan a diario por ella. Tres millones de cuerpos en un solo espacio. Aquí, allá, más allá. Van por ahí, él, ella, nosotros, ellos, vos, tu, usted. El vecino, el amigo, una mujer, la otra. Y así. Componemos esa masa inmensa que muchos califican de paisas, antioqueños, berracos, regionalistas, entre los más decentes.
Una ciudad que tiene sangre de automóviles y arterias como vías, aceras, parques, buses, taxis, carros, ciclistas, peatones, ladrones, curas, santos, monjas, putas, y demás. Rojo pasión, rojo “del poderoso”, rojo del glorioso partido, rojo como tu pelo, roja la sangre, rojos los profesores. Rojo el sindicato.
Late, siente, late, siente, no para. De Santo Domingo baja un cable, el metro se arrastra siguiendo un río perdido. Los cables suben también hasta Pajarito; las motos trepan y bajan por empinados pesebres modernos. Los carros blindados cuidan aquellos que nos gobiernan, los taxis recogen historias por docenas. Los peatones se cruzan en Junín, los árboles hacen sombra en Carabobo. Dos amantes se besan en la esquina. Un amor ha muerto, tres bebes nacen mientras trabajas. Un twittero pelea con el alcalde.
Leen revistas, llevan periódicos, compran libros, roban casas, cambian votos, hacen fiestas, matan dos allí, cuatro allá; “no estarían recogiendo café”, algunos murmuran tras las cortinas. En cada ventana hay un testigo. En la noche muchos se esconden, para otros es su vida. Cambian de canal, una presentadora muestra las piernas, el clima cambia, la lluvia cae, los amantes cierran las puertas, los gerentes firman cheques. Una sonrisa se dibuja en aquel rostro que nadie recuerda. La prensa sale a impresión. Los putos salen a caminar. Las putas esperan en “las gatas”.
Cae la tarde, Medellín empieza a teñirse de luces de amarillas. El comercio cierra. Unos se duermen, otros salen. Las historias empiezan a contarse en otro tono. Las noches se hicieron para hacer lo que no se puede hacer en la mañana.
Otro día más. Otro día menos. La ciudad sigue ahí, palpita. Aquí seguimos nosotros, los que sobrevivimos a un día más.
Medellín se despierta con ganas de…
@BaldomeroPessoa
nadaesmentira.wordpress.com
Medellín, otra ciudad de la furia
Mié, 02/10/2013 - 09:49
La ciudad se mueve al ritmo de tres millones de seres humanos que caminan a diario por ella. Tres millones de cuerpos en un solo espacio. Aquí, allá, más allá. Van por ahí, él, ella, nosotros, e