Estamos próximos a terminar un año en el que cada uno como ser humano ha embarcado en un viaje lleno de aventuras, travesías, obstáculos y, por supuesto, dificultades que llegan a la vida como un viraje u oportunidad para aprender que es mas importante levantarnos que caer, en medio de circunstancias sociales hostiles y difíciles que se convierten en un gran reto para toda la humanidad no importando credos, religión, color, sexo, nacionalidad o lengua.
Humanidad que a través de las últimas décadas ha permitido que un capitalismo salvaje, la indiferencia, el poder de las multinacionales y banqueros y la falta de amor y tolerancia entre humanos se hayan tornado en caracteres arraigados en muchas personas, las llagas de un mundo adolorido y en decadencia disfrazadas de Wall Street, FARC, dictaduras, Ku Klux Clan, terroristas, multinacionales, entre muchas otras organizaciones o sucesos de exclusión, avaricia, indiferencia y enriquecimiento a costa de lo que sea.
Un mundo que cree haber evolucionado pero que solo ha maquillado los males de la esclavitud, el odio, la segregación, la ley del mas fuerte, “ojo por ojo, diente por diente” y un supuesto neoliberalismo salvador y de masas pero que al día de hoy conduce a las grandes potencias mundiales capitalistas rumbo al fracaso económico.
Cada día son más las personas que luchan y protestan pacíficamente y otras tantas, violentamente demostrando la ira, el odio y el rencor represado de muchos años en el que los derechos humanos han perdido vigencia, un mundo en donde vale mas el dinero que la vida y donde la competencia corporativa, la calificación financiera y el crecimiento económico son mas importantes que problemáticas humanas de gran calibre como la pobreza, el desempleo, la crisis en la salud, los niveles educativos y la cultura del amor, para muchos cursi y para otros tantos una utopía enmarcada en Jesús.
Sucesos…. nada mas que sucesos que se presentan en el mundo como las heridas de un pasado sin sanar, un presente de dolor, indiferencia y odio y un futuro oscuro y lleno de incertidumbre.
Por eso, éste 24 de diciembre, Jesús nace de nuevo para expresarle al mundo que su mensaje universal del amor sigue vigente y continuará presente de generación en generación sin importar que el mundo haya perdido el rumbo.
Que Jesús renazca en cada uno de nosotros y para este nuevo año que comienza llene los corazones de amor, esperanza y caridad.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN CÁLIDO Y PROSPERO AÑO 2013!!!
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