Un acto temperamental , de una madre consciente y responsable; respetuosa del ordenamiento jurídico y del Estado de Derecho, da ejemplo, al gobierno, que fue advertido de la caja de pandora que significaba el IVA, en la ley de reforma tributaria, convirtiéndose en el más formidable ariete de lucha y combate dialéctico de la oposición, uniendo la izquierda, dándole discurso y vida al dirigente de la Colombia Humana y otros populistas, generando malestar, rechazo, ira, resentimiento, paros, huelgas y marchas dirigidas.
El hecho tuvo lugar en la pasada protesta y marcha de los estudiantes y el magisterio el jueves 8 de Septiembre, en Bucaramanga, cerca de la Universidad Industrial de Santander, donde la valiente y caracterizada mujer, desafiante se mezcla entre los marchantes, algunos encapuchados, buscando a su hijo, correa en mano, y gritando fuerte para hacerse oír: “¡Necesito a Juan Diego Reyes Sánchez, que salga de toda esta...”, aunque el hecho ha sido tratado de ridiculizar, tornándolo burlesco, es lo más sensato y cuerdo, que quien ejerce autoridad, debe realizar cuando las cosas se salen de control y sin justificación; meter en cintura así sea a correazo limpio, a quien quebrante la ley y la autoridad.
Papá Estado se observa permisivo, arrinconado, demasiado democratero y libertario; es menester una normatividad, que reglamente draconianamente la protesta social, que no es un ataque a la misma o amordazarla, no; es impedir el ataque terrorista y solapado de muchos cobardes y canallas que la instrumentalizan para sus actos de barbarie y vandalismo, normas que permitan el encarcelamiento de encapuchados y quienes cubran su rostro en las marchas, elevar al delito de terrorismo esta conducta, con aumento de pena, obligación de los marchantes que no cubran su rostro a denunciarlos y capturarlos, de no hacerlos cómplices de la conducta serían algunas de las propuestas.
