Las últimas semanas de la campaña electoral han demostrado que la gente está cansada del miedo y aburrida con la división que genera. Bastante hemos padecido como nación por el odio que sembraron nuestros gobernantes, que durante décadas dividieron al país entre liberales y conservadores, lo que nos condujo a una guerra fratricida y anárquica que nada bueno generó, solo caos y destrucción.
Hoy quieren revivir el viejo Frente Nacional con nuevas etiquetas y que los colombianos salgamos a las calles y a las redes a insultarnos. Las barras bravas de uno y otro bando dejan ver la degradación a donde pretenden llevarnos. Peleas familiares y de amigos, agresiones donde la razón y la sensatez ya no tienen lugar, cediendo paso a dogmas y a un discurso cerrado que no admite debate ni contradicción.
Colombia está cansada del miedo y la división. Es momento de pasar la página. Llegó la hora de la esperanza para lograr la más grande convergencia nacional, unificar al país en torno a las grandes transformaciones que necesita, recuperar la confianza y construir entre todos democracia, desarrollo y bienestar general.
Para nadie es un secreto que Duque y Vargas Lleras dividen y Petro también. Lo que necesitamos es juntar, sumar y multiplicar. Y quién mejor que Fajardo el matemático para sacar adelante esta ecuación. A Colombia le llegó la hora de hacerle frente a la corrupción y el clientelismo que representan los mismos con las mismas. Es momento de abrirle paso a la lucha contra la corrupción, la primacía del mérito y el esfuerzo.
Al autoritarismo, el caudillismo y el gobierno personalista, debe sucederlo el trabajo en equipo, la participación ciudadana y la construcción colectiva y democrática de las decisiones públicas, como lo ha demostrado en la práctica la Coalición Colombia.
El desprecio por la educación que ha reinado en nuestro país debe ser reemplazado por la educación, la ciencia y la tecnología como eje y motor de la transformación social. Lo héroes nacionales no deben ser los corruptos y los avivatos, sino los maestros, los científicos, así como los trabajadores y los estudiantes.
El fracking y la megamineria irresponsable deben ser desterrados. La protección del agua y los páramos y la adopción de energías limpias y sostenibles deben ser un pilar fundamental del nuevo gobierno. Y qué mejor que el programa ambiental de la Coalición Colombia, calificado por expertos como el óptimo para asegurar este vital asunto.
Como abogado e interesado en los asuntos de la justicia, no comparto Ni la Súper Corte de Uribe Ni la constituyente de Petro. Y considero que la justicia debe ser un bien público prioritario, accesible al ciudadano, financiada con todo el músculo del Estado, y que debe ser pronta, efectiva y de calidad, tal y como lo propone el programa de Fajardo.
Ya está bueno de tolerar la violencia contra las mujeres en los espacios públicos y privados, así como la discriminación laboral y salarial por su género. Es tiempo de reconocerles a las mujeres su talento, sus capacidades y su inmenso aporte en todas las áreas de la sociedad. El Gobierno paritario que propone Fajardo es el mejor comienzo para lograr ese propósito.
¡Ya basta! Los protagonistas y beneficiarios de las políticas públicas no deben seguir siendo Odebrecht, Sarmiento Angulo y los carteles corruptos como sucedió en el escándalo de la Ruta del Sol. Los verdaderos protagonistas deben ser los trabajadores, urbanos y rurales, los sectores populares, los independientes, las clases medias y los pequeños, medianos y grandes empresarios nacionales, agrícolas e industriales, que generan empleo y bienestar.
Ya estamos cansados de que se impongan las maquinarias y el voto comprado. Es momento de que la victoria sea de la ciudadanía y del voto libre y espontáneo, y para conseguirlo es vital saber que el único capaz de derrotar en segunda vuelta a los mismos con las mismas se llama Sergio Fajardo.
La carrera está apretada, pero el profesor viene remontando. Fajardo crece mientras los del miedo están cediendo terreno, y cada día somos más los sectores que lo respaldamos. Trabajadores, artistas, líderes de opinión, gente sin partido y de todas las corrientes políticas, científicos como Rodolfo Llinás y muchos más se han subido al bus de la esperanza, la educación y el cambio. Tenemos el viento a favor. Es posible pasar a la segunda vuelta. ¡Por el bien de Colombia, debemos lograrlo!
Se Puede.
Andrés Pachón | @AndresPachonTor
