PUEBLO ILUSO

Hoy 6 de diciembre, en casi todas las ciudades de COLOMBIA se marchará en rechazo al secuestro, terrorismo, violencia y por la necesidad de la liberación inmediata de los secuestrados. Menciono que en casi todas porque, de manera irresponsable e ilusa, en BUENAVENTURA  no se marchará. Con nostalgia y dolor de patria chica registre esta mañana en las paginas virtuales del periódico El PAÍS  (http://www.elpais.com.co/elpais/valle/noticias/habra-marcha-en-puerto) que en Buenaventura se tiene planeada solo una misa, pero por ningún lado se habla de movilización masiva, ni participación ciudadana, como si lo están haciendo en muchos rincones del mundo, mas ajenos a los problemas de la violencia que la misma BUENAVENTURA. Las marchas deben contar con la participación de todos. Ese sentimiento de repudio, rechazo y solidaridad se tiene que manifestar de una forma efectiva, y esa forma en las marchas. Marchar sirve, y mucho, como ya lo demostraron las movilizaciones para derrocar lideres en EGIPTO y LIBIA, como lo demostró el cese de actividades de ETA en ESPAÑA. Marchar les duele a las FARC, les golpea ese ego marxista en el cual fundamentan la lucha armada. Pero más aún que el animo de golpear al grupo terrorista de las FARC, nos debe motivar la solidaridad hacia los secuestrados. Para los que están en la selva, y que han entregado gran parte de su vida por este conflicto, la marcha es la manera de demostrarles que todavía están en nuestras preocupaciones, que todavía son parte de esta sociedad que esta despertando del letargo. Solo en un pueblo iluso, y entiéndase por iluso el creer que las cosas se van a solucionar solas, o que alguien las va a solucionar por nosotros, creemos que no necesitamos salir a marchar. Solo en un pueblo iluso, y de alguna manera irresponsable, nos alejamos del clamor de todo un país, y nos hacemos a un lado cuando millones de personas van a participar y a marchar unidos por un país mejor. BUENAVENTURA esta demostrando porque tiene la suerte que se merece, nuestros paisanos son indolentes y apáticos frente a un problema que a muchos nos ha tocado la puerta.