Durante las últimas semanas, mientras camino por las calles céntricas de Pereira, veo un activo equipo de personas, casi todas jóvenes, con una tabla de apoyo y un lapicero, muy juiciosos y dedicados consiguiendo firmas para la candidatura de Germán Vargas Lleras.
Estos jóvenes no escatiman esfuerzos en pedirle a cada persona que se les cruza su firma. Con un notable rechazo del al menos el 50% de quienes son abordados, llama la atención que los recolectores de firmas no lucen distintivo alguno de esta campaña de recolección de firmas, pero lo que sí no me deja de llamar la atención y ante lo cual abordé a uno de estos recolectores es que casi todos los que me pidieron la firma, tenían acento venezolano.
El primero que me abordó, con acento venezolano, le respondí que ni en diez vidas le daría mi firma a ese personaje, desde ese día hasta hoy, me han abordado más de ocho de los cuales, más de la mitad, tienen acento venezolano. Pero a uno de ellos no me aguanté y le pregunté, ¿por qué siendo venezolano, estaba recolectando firmas para Vargas Lleras? a lo cual me responde: “Es que me pagan $400 por firma, por favor colabóreme pana”.
Obviamente ante semejante respuesta le pregunté si sabía quién era Vargas Lleras o Cambio Radical ante lo cual me respondió que, de Vargas Lleras solo sabía que quería ser presidente y Cambio Radical, no tenía ni idea qué era.
El mero hecho que le estén pagando por firma a los recolectores, ya hace del proceso de Vargas Lleras algo muy pobre y vergonzoso. Pero que además lo hagan extranjeros lo vuelve algo ilegítimo. Su grupo de “voluntarios” para recolectar firmas no es más que un montón de personas varadas intentando ganarse algunos pesos diarios sin ningún tipo de ideología o convencimiento por lo que están haciendo. Además, este argumento de decirle a la gente que por favor les regalen la firma que por cada una les pagan, hace de las firmas de Vargas Lleras una limosna indirecta, que le está dando el ingenuo ciudadano al recolector de firmas.
Y es que no le basta al guarro de Vargas Lleras quien, teniendo su propio partido, le dio por recoger firmas para inscribir su candidatura, generándole un desgaste innecesario al gobierno quien deberá invertir cuantiosos recursos a la hora de revisar, tabular y procesar estas firmas.
Lo que si hay que destacarle a este deplorable ciudadano, es que dinero no le hace falta para su campaña y ni que decir de su transparencia y sinceridad, pues nunca se ha preocupado por guardar prudencia y tener pudor a la hora de hacer política, desde su famoso coscorrón hasta las mañas politiqueras que poco o nada le importan, demuestran explícitamente la clase de pilluelo con el que el pueblo está tratando, así que de llegar a ser presidente, no tendremos sino derecho a quedarnos callados cuando este canalla con apellido aristócrata ocupe el cargo más importante en este triste país.
