Nada nuevo tiene a los ojos del lector que la universidad pública colombiana tiene un déficit grande, de cerca de 12.5 billones. Tampoco lo es que el principal reclamo ha sido una inversión directa a las universidades, por Ley, para resolverlo. Y mucho menos sorpresivo es que Santos y sus ministras Campo y Parody nada hicieron, hacen o harán para resolverlo. Lejos de esto, se empecinan en embaucar incautos con becas que son créditos y promesas de inversión que se quedan en los diarios.
¿De dónde justifica el gobierno su actitud cicatera con la universidad pública? De toda su cartilla neoliberal a expensas de contribuir al marchitamiento financiero y la privatización del sistema universitario del estado. Aún más, tal y como lo señala el Acuerdo por lo Superior 2034 y sus documentos anexos, la desfinanciación y respuestas tales como préstamos para que las universidades se hagan deudor de su propia quiebra son parte de la cartilla.
Según el documento del CESU “Aportes de la mesa temática de financiamiento para la política pública de educación superior en Colombia” los aspectos de “Financiación para inversión en infraestructura física, científica y tecnológica” se regularán “En un entorno que demanda crecimiento y mejoramiento permanente de la calidad” donde “las IES requieren una política estatal con créditos favorables en plazo y tasa de interés.”
A ello obedece que la principal universidad de Colombia, la Nacional, aprobara un cupo para endeudarse por $200.000 millones con la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, y financiar urgentes proyectos de infraestructura para el campus de la sede Bogotá. No hay duda que el campus requiere una espectacular inyección de recursos, pero en este caso, se hace convirtiéndola en sujeto de crédito, aspecto muy negativo por donde se mire.
La política de privatización de la universidad pública ha afectado gravemente la infraestructura física de la Universidad Nacional. Para el próximo los recursos se mantendrán congelados y los del impuesto CREE son insuficientes, para la Universidad Nacional se destinarán $14 mil millones de pesos, menos del 7% del déficit de infraestructura de la sede Bogotá, y menos del 3% de lo que le adeuda al año a toda. (http://goo.gl/5vKx8p)
El Gobierno Nacional antes que financiar adecuadamente la educación pública, aprovecha tal crisis para montar un negocio del sector financiero y adopta a la Universidad como un modelo para extenderlo por todo el país. Entre otras cosas, se socava la autonomía y democracia universitarias. Todo crédito financiero se confiere de manera condicionada, de tal forma que, si la Universidad Nacional se convierte en sujeto de crédito, su actividad académica e investigativa se supeditará al cumplimiento de las obligaciones financieras contraídas en los respectivos créditos. En suma, esta es la política: desfinanciación, privatización y posibilidad de lucrar con la universidad volviéndola sujeto de crédito, tal y como se hizo en este último caso.
Anexo: intervención en la audiencia pública del pasado 26 de septiembre sobre la crisis financiera de la universidad pública colombiana. Ver aquí.