Preocupación y aberración es lo que sentimos los amantes del mundo deportivo y del mundo futbolero por el incremento de casos en la que las denominadas “Barras bravas” se atacan entre sí, ocasionando daños para ellos, para los lugares en donde ocurren estos hechos de violencia, para personas que no tienen nada que ver en esa ‘mercocha’ y sobre todo para el mismo fútbol.
Enfrentamientos absurdos, llenos de intolerancia e ignorancia son los que están acabando por el amor hacia este deporte. Un deporte que es conocido mundialmente como el deporte ‘Rey’ por la numerosa participación de equipos, por la gran cantidad de aficionados y porque es un deporte que tiene con qué subsistir por sí solo.
Este deporte está lleno con personas de todo tipo. Desde el más pequeño hasta el más grande; desde el más pobre hasta el más rico; desde el más amoroso, hasta el más rabioso, desde el más bajito hasta el más alto, desde el más flaco hasta el más gordo; y desde el más tolerante hasta el más enfermo insensato, irracional, ignorante e INTOLERANTE humano. De todo un poco se encuentra entre los aficionados por el fútbol.
Por culpa de esos pocos “hinchas enfermos de intolerancia”, es que hoy las familias se cuestionan dos veces antes de asistir a un estadio. Por culpa de estos, vamos al estadio con temor a que cualquier vándalo de estos nos proporcione algún “recuerdito” de tan solemnes barras. Anexado a este grave problema, se encuentra la falta de carácter y de seriedad de la policía a la hora de prevenir y cuidar cuando el fenómeno “barra brava” está a flor de piel.
De acuerdo con los señores encargados de gestionar el control de la seguridad cuando haya un partido de fútbol, dicen que tendrán a disposición 3 anillos de seguridad dentro del predio (la norma más frecuente)…… ¿y los alrededores del estadio se cuidan solos?
No sé qué pensarán estos entes responsables del bien común a la hora de tomar la decisión de asegurar eficazmente dentro del estadio, y dejar totalmente a merced de nuestros amigos.
La irresponsabilidad y negligencia de las autoridades también propician el hueco a favor de nuestros amigos para que desarrollen sus desmesurados actos de violencia. Y es que si nos ponemos a pensar, ¿quién no ha sido irrespetado y maltratado física y verbalmente por algún miembro de la autoridad a la hora de ingresar al estadio? Los casos de este problema son varios, pero nadie se toma la delicadeza de denunciar los actos irreprochables de personas que deberían dar ejemplo.
Sin embargo los causantes principales de estos enfrentamientos que dañan una tarde de fútbol y alegría para convertirla en tristeza, llanto y sobre todo DOLOR, son estas “barras bravas” que no les interesa en lo más mínimo el fútbol, ni su equipo, sino el ocasionar daños a los demás sin pensar en las consecuencias.
Claramente esto obstruye al buen funcionamiento del fútbol, y a la función principal del deporte como tal; que es recrear a las familias. Animarlas a que asistan a los estadios a pasar una tarde llena de emociones y más emociones; no de temor pensando en que algo le puede ocurrir, o que estás en el estadio corriendo peligro de algo en lo que no estás involucrado.
Consecuentemente le hago la pregunta, ¿está vacunado contra la enfermedad de la Intolerancia?
No seamos pieza para apoyar a estos actos totalmente reprochables que deben ser exterminados del fútbol Colombiano, y del fútbol a nivel mundial. No nos dejemos infectar, ¡Vacunémonos!
¿Ya se vacunó contra las barras bravas?
Jue, 03/10/2013 - 00:31
Preocupación y aberración es lo que sentimos los amantes del mundo deportivo y del mundo futbolero por el incremento de casos en la que las denominadas “Barras bravas” se atacan entre sí, ocasi