Sin desórdenes graves, paros, bloqueos, actores armados ilegales, promotores ni politiqueros, el municipio de Piedras, en el Tolima, logró ayer una gran victoria de participación ciudadana: por consulta popular se prohibió el ingreso de una multinacional de minería en Doima, uno de sus corregimientos.
Utilizando el mecanismo de consulta popular, los 5.370 piedrunos (cifra del DANE) fueron consultados acerca de la minería en su región; de los 5.105 habitantes habilitados para votar, 2.971 dijeron NO a la pregunta realizada por la alcaldía municipal. El SI obtuvo 24 votos.
Hoy Piedras es el primer municipio colombiano en dirimir un asunto de explotación de recursos naturales mediante un mecanismo de participación ciudadana amplio y constitucional, ofreciendo un excelente ejemplo a muchas regiones colombianas.
¿Qué hizo posible que estos habitantes se decidieran a hacer uso de sus derechos constitucionales antes que a utilizar mecanismos de coerción, manipulación y terrorismo como sucede en otros lugares colombianos?
Ubico a Piedras en google (que todo lo sabe) y me encuentro con una pequeña página municipal donde se reseña que fue fundado el 13 de octubre de 1552, que está situado a 47 kilómetros de Ibagué en las riberas del río Opía, antes estuvo a tres kilómetros pero fue cambiado de ubicación.
El río Opía es su gran fuente de recursos turísticos, cuentan que tiene más de 200 piscinas naturales como Caracolí, La Fragua, La Jabonera y Guadual, donde es posible hallar piedras fósiles marinas. Todo un encanto natural.
También reseñan que cuentan con mecanismos de participación ciudadana como la Veeduría a los servicios públicos y un Consejo Territorial de Planeación, que siguen de cerca las metas del milenio para su municipio y que esperan cumplirlas para “asegurar mejoras significativas y sostenibles en el cubrimiento de las necesidades básicas a toda la población”
En el detalle de la historia municipal solamente se menciona un período de violencia partidista a mediados del siglo pasado, todo lo demás hace referencia a las bellezas naturales, la agricultura y la ganadería que son su sustento. Es decir, nada diferente a cientos de poblaciones colombianas.
Sin embargo, sus habitantes hicieron ayer la diferencia: son capaces de aprovechar los disensos para participar activa y democráticamente e incidir en el futuro de su pequeña población (355 kilómetros) sin dejarse llevar por la ira ni provocar de los manipuladores que suelen “aparecer” y aprovechar los conflictos sociales desviándolos de su verdadero objetivo: ser dueños y artífices de su propio destino.
Sueño con un país de Piedras, con muchos municipios que hagan la diferencia, que levanten su voz ciudadana y hagan realidad sus sueños. ¡Que sigan apareciendo Piedras en nuestro camino!
Ubico a Piedras en google (que todo lo sabe) y me encuentro con una pequeña página municipal donde se reseña que fue fundado el 13 de octubre de 1552, que está situado a 47 kilómetros de Ibagué en las riberas del río Opía, antes estuvo a tres kilómetros pero fue cambiado de ubicación.
El río Opía es su gran fuente de recursos turísticos, cuentan que tiene más de 200 piscinas naturales como Caracolí, La Fragua, La Jabonera y Guadual, donde es posible hallar piedras fósiles marinas. Todo un encanto natural.
También reseñan que cuentan con mecanismos de participación ciudadana como la Veeduría a los servicios públicos y un Consejo Territorial de Planeación, que siguen de cerca las metas del milenio para su municipio y que esperan cumplirlas para “asegurar mejoras significativas y sostenibles en el cubrimiento de las necesidades básicas a toda la población”
En el detalle de la historia municipal solamente se menciona un período de violencia partidista a mediados del siglo pasado, todo lo demás hace referencia a las bellezas naturales, la agricultura y la ganadería que son su sustento. Es decir, nada diferente a cientos de poblaciones colombianas.
Sin embargo, sus habitantes hicieron ayer la diferencia: son capaces de aprovechar los disensos para participar activa y democráticamente e incidir en el futuro de su pequeña población (355 kilómetros) sin dejarse llevar por la ira ni provocar de los manipuladores que suelen “aparecer” y aprovechar los conflictos sociales desviándolos de su verdadero objetivo: ser dueños y artífices de su propio destino.
Sueño con un país de Piedras, con muchos municipios que hagan la diferencia, que levanten su voz ciudadana y hagan realidad sus sueños. ¡Que sigan apareciendo Piedras en nuestro camino!
