El próximo 27 de octubre se definirá quien será el próximo Alcalde Mayor de Bogotá, el segundo cargo más importante del país y además uno de los más complejos. A medida que pasan los años, la ciudad se ha vuelto más ingobernable y si no fuera por el empuje del sector privado, la diversidad de sus gentes y su oferta cultural, el caos de la ciudad sería una vergüenza para el país.
No puede ser que la ciudad que alberga el 37% de los estudiantes de educación superior a nivel nacional, que produce 1 de cada 4 pesos en el país, la ciudad que recibe la mayor cantidad de turistas y la que se jacta por tener el tercer aeropuerto con más flujo de pasajeros en Latinoamérica, también sea la ciudad con más trancones en el MUNDO, esté en alerta amarilla por la contaminación del aire en parte porque los dos alcaldes anteriores prorrogaron la vida útil de los buses de TransMilenio que hoy contaminan con diesel el cual ha sido identificado por la OMS como cancerígeno. Petro les prorrogó 240 mil kilómetros y Peñalosa una cifra similar. Además, desalientan las cifras que evidencian que en esta ciudad asesinan 3 bogotanos al día, se roban 19 bicicletas y el triple de celulares diariamente.
La ciudad de las oportunidades, del poder político, de los museos y parques, la ciudad con más sitios para bailar per cápita en Colombia, no puede tener un ex alcalde como Samuel Moreno, al que en hora buena lo condenaron a 39 años de cárcel y ojala le logren incautar los bienes, pues el que la hace la paga. Tampoco podemos permitir 500.000 contratos a dedo y mucho menos un aumento de 20.000 contratos por prestación de servicios, todas estas decisiones son de alcaldías pasadas y a simple vista son corruptas, han hecho que el estado se vuelva ineficiente. Gobiernos que han condenado por un lado a los bogotanos a vivir de subsidios, y por el otro han asfixiado con impuestos confiscatorios al aparato productivo e incluso a sus ciudadanos de clase media.
Por eso, en la siguiente alcaldía más que el debate técnico de cómo resolvemos temas clave como la seguridad, río Bogotá, metro y obras prioritarias que van a ser clave, también hay un debate político sobre el modelo de ciudad que queremos a largo plazo. Como si fuera poco, estas próximas elecciones podrán ser el medidor de las presidenciales, donde muchos se atreven a decir que la primera vuelta del 2022 se juega y se puede pronosticar con base en la elección a la alcaldía de Bogotá.
El panorama ya empieza a ser más claro, el lunes que viene el partido de gobierno Centro Democrático tendrá candidato único, que con toda seguridad será Samuel Hoyos, joven preparado que manejó los temas más importantes del país en comisión primera de la Cámara de Representantes y que con su liderazgo y carisma puede llegar a consensos sobre los temas más álgidos, pero también ser el vocero de todos aquellos que queremos orden, seguridad y una Bogotá cada vez más productiva.
Con los partidos tradicionales, resalta que no tienen candidato propio, lo cual habla mucho de la legitimidad, fuerza y presencia en la capital. Miguel Uribe defenderá el agridulce gobierno de Peñalosa. Por el lado de Petro no hay alguien que le pueda hacer sombra a su ego y creo que con los acontecimientos de los últimos meses su fuerza se verá mermada; seriamos muy masoquistas si escogiéramos alguien de su movimiento después de sus 4 años de desgobierno de la ciudad.
Por último están los verdes, Antonio Navarro quién ha estado en casi todos los cargos del estado que se puedan imaginar. Y Claudia López que ha sido una activista ruidosa pero que no ha ejecutado nunca nada y que preocupa la poca capacidad de consenso, gobernanza y gobernabilidad que pueda tener. Hoy en día puntea, puede ser en razón a que algunas veces la gente quiere un cambio sin siquiera saber por qué. Sin embargo, a medida que pase el debate seguramente se apretara muchísimo más la contienda tal como paso con las presidenciales.
Alcaldía de Bogotá
Jue, 21/02/2019 - 18:37
El próximo 27 de octubre se definirá quien será el próximo Alcalde Mayor de Bogotá, el segundo cargo más importante del país y además uno de los más complejos. A medida que pasan los años, l