Termina la temporada de cuaresma y llega la Semana Santa: los más religiosos se disponen para celebrar la semana mayor, visitar monumentos, confesarse y orar mientras los menos devotos alistan los vestidos de baño y preparan comilona y francachela para irse de paseo y escapar de nuestra cotidianidad. Y es que pareciera que la Semana Santa es, de una u otra forma, un respiro para nuestra convulsa vida nacional que todas las semanas está cargada de escándalos, polémicas, acusaciones, injurias, calumnias, mentiras, exageraciones y demás demonios que carcomen esta democracia.
Es por eso por lo que quiero aprovechar este tiempo de reflexión para pedirle al todopoderoso que nos ilumine, nos llene de sabiduría, nos proteja de nosotros mismos y otorgue virtudes y dones a nuestros políticos para que finalmente en Colombia reine la paz, el espíritu de armonía y haya buena voluntad entre todos.
He aquí mi lista de peticiones:
1. TEMPLANZA PARA DUQUE: el Presidente de la Republica sufre todo un viacrucis rodeado, por un lado de una izquierda populista que achaca al joven gobierno todos los males que pasan en el país, y por otro una derecha burocrática que quiere extorsionar al presidente en busca de puestos y contratos.
Los primeros culpan a Duque de los asesinatos de líderes sociales, callan ante el incremento histórico de coca en el país (una de las principales causas del asesinato de líderes sociales), le acusan de dar mermelada (cuando por falta de esta es que han hundido la mayoría de los proyectos presentados por el presidente), se rasgan las vestiduras porque no ven la paz prometida por Santos en las regiones (pero celebran un proceso de paz mal hecho que no garantizó ni justicia, ni verdad ni reparación y mucho menos no repetición), acusan a Duque de intervencionista en asuntos externos (pero celebran la intervención de más de una década de Cuba en Venezuela). Por su parte la derecha, no descansan buscando argumentos y leguleyadas para negar los proyectos de ley del ejecutivo mientras buscan presionar al gobierno para que abra la alacena donde el presidente Duque tiene guardada la mermelada
Así que templanza para que el Presidente no ceda ante la estrategia populista ni ante las tentaciones de la gobernabilidad con mermelada y apele al pueblo para que sea este quien defienda sus tesis y castigue tanto a los demagogos como a los hambrientos de mermelada en las próximas elecciones.
2. COHERENCIA PARA CLAUDIA LÓPEZ: En días pasado se conoció que Claudia López será la candidata del partido Verde quien afirmó que tenía carácter, humildad y liderazgo. Sin embargo, el mismo día en el que estrenó la candidatura increpó de manera grosera y desobligante a un periodista que le pregunto si apoyaba a Guaidó o a Maduro: “Que usted haga esa pregunta denota su profunda ignorancia, qué pena que se lo diga. Yo como senadora y ciudadana he firmado más de 10 resoluciones condenando la dictadura de Maduro siempre” contestó López.
Hay que decirle a la candidata que Bogotá no se maneja a las patadas y se equivoca si cree que tener carácter es maltratar a la prensa; Creer que todos los colombianos tenemos que estar al tanto de sus resoluciones y que un periodista, aunque posiblemente sepa la respuesta, cumpla con su deber de preguntar, es conocer poco de humildad. Tener liderazgo no es generar polémicas inocuas que en nada sirven a los bogotanos ya que en vez de hablar de sus propuestas o de su hoja de vida, la noticia fue la patanería con que respondió a la prensa. Ya todos sabemos que los candidatos que maltratan a los ciudadanos y dan coscorrones a diestra y siniestra terminan crucificados.
3. AYUNO PARA QUIENES ESTABAN ACOSTUMBRADOS A LA MERMELADA. Los congresistas y partidos que antes conformaban la mal llamada Unidad Nacional deben entender, de una vez por todas, que el presidente Duque no va a gobernar con mermelada ni va a repartir puestos y contratos al detal para adquirir gobernabilidad en el Congreso de la República así esto le haya costado las objeciones presidenciales a la Ley Estatutaria de la JEP o le cueste la discusión del Plan Nacional de Desarrollo.
La reforma política más importante, desde la Constitución de 1991, no fue la reforma de equilibrio de poderes ni lo es los puntos planteados en la consulta anticorrupción, sino la forma cómo el ejecutivo se dirige al legislativo de manera respetuosa y sin ceder ante chantajes ni presiones indebidas por parte de algunos. Así que a apretarse el cinturón por que llegaron las vacas flacas y se vienen 3 años, con sus días y sus noches, de ayuno.
4. HUMILDAD PARA PETRO. Aún después de haber perdido la presidencia, nuestro Moisés criollo (¿Alguien ha olvidado el trino que lanzó en campaña comparándose con el personaje bíblico?), no para de convocar y convocar movilizaciones creyendo que puede sacar marchantes de debajo de las rocas. La verdad es que casi ninguna de las que han sido convocadas original y exclusivamente por él han tenido éxito. Debería reflexionar sobre si realmente los colombianos buscamos un mesías o queremos gobiernos participativos donde haya consenso para buscar soluciones comunes y replantear toda su estrategia que, según las últimas encuestas, poco resultado está dando.
5. UNIDAD PARA EL PUEBLO COLOMBIANO. Bolívar decía que cada colombiano es un país enemigo. Después de 200 años podemos ver que las cosas poco han cambiado. Aún hoy seguimos imbuidos en discusiones estériles que poco aportan a nuestro desarrollo. Una de ellas es la de la Primera Línea del Metro de Bogotá. Por primera vez en 70 años los bogotanos tenemos la oportunidad de adjudicar la construcción de la obra de infraestructura más importante para la capital, prometida sin resultados por varias administraciones en el pasado. Hoy hay quienes pretenden devolvernos a la discusión de si el metro debe ser subterráneo o elevado, si debe tener uno u otro trazado sin que se haya llegado a un acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas de la ciudad. Bogotá debería estar discutiendo sobre la segunda línea y no sobre la primera. Las obras de infraestructura no deben tener color político, no son de uno u otro partido como si de un monopolio se tratara, son de todos los bogotanos y por eso deberíamos buscar coincidencias y consensos para las grandes obras de infraestructura antes de utilizar argumentos acomodados para retrasar el progreso de la ciudad.
CODA: Quizá la mayor reflexión que esta Semana Santa debamos hacer los colombianos es sobre el significado de la tolerancia y del respeto frente a los otros y a quienes son y piensan diferentes a nosotros.
No perdamos las costumbres de las procesiones, pero no las que afectan el alma y destruyen a nuestro país, salgamos a ver los ritos de esta Semana Mayor pero con humildad, mirando fijo a nuestros vecinos, compartiendo con los amigos y sobretodo ayunando odio, venganza, mentira y oportunismo.
Cinco virtudes para nuestros políticos en Semana Santa
Mié, 17/04/2019 - 12:52
Termina la temporada de cuaresma y llega la Semana Santa: los más religiosos se disponen para celebrar la semana mayor, visitar monumentos, confesarse y orar mientras los menos devotos alistan los ve