“Con palabras te haces gobernante, con obras haces gobierno”

Sáb, 15/12/2018 - 03:00
Por estos días de noviembre-diciembre, Álvaro Uribe, primero, y la Conferencia Episcopal de Colombia, después, le pidieron al presidente Iván Duque que “enderezara” el rumbo del gobierno trans
Por estos días de noviembre-diciembre, Álvaro Uribe, primero, y la Conferencia Episcopal de Colombia, después, le pidieron al presidente Iván Duque que “enderezara” el rumbo del gobierno transcurridos más de cien días del mismo. Fue un llamado de atención con intención positiva, en contraste con quienes lo han hecho en términos ofensivos o buscan que las cosas vayan a peor para pescar en río revuelto, tarea en la que los colombianos, y no solo los colombianos, lucimos unos posgrados con todas las arandelas. Nadie debe sorprenderse porque desde las diversas instancias de la sociedad surjan voces críticas o desconcertadas sin importar el espíritu que las acompaña. Al fin y al cabo, los ciudadanos de este país contamos aún con libertad –que será mínima si la izquierda de Petro y demás comandantes llega al poder– para afirmar por qué creemos que un gobernante, en este caso Iván Duque, tiene tan baja favorabilidad según todas las encuestadoras. Y lo creemos al observar no pocos factores relacionados con el mandatario, alrededor de quien nos preguntamos:
  • ¿Será que no anda comprometido en el desarrollo de las ideas que, convertidas en promesas, lo hicieron presidente?
  • ¿Que no tiene claros –ni los tenemos los gobernados– los objetivos de su gestión?
  • ¿Que es insatisfactoria la calidad de sus colaboradores?
  • ¿Que no es suficientemente proactivo?
  • ¿Que comete muchos errores?
  • ¿Que le falta entereza de carácter?
  • ¿Que no proyecta autoconfianza?
  • ¿Que es poca su autonomía de vuelo?
  • ¿Que falla en las relaciones con los otros poderes del Estado?
  • ¿Que no es acertada su comunicación con los ciudadanos?
  • ¿Que, hasta ahora, es poco efectivo?
  • ¿Que es baja su capacidad de mando, de orientación, de identificación de nortes?
  • ¿Que su imagen se envenena porque la justicia falla, el congreso no responde, el mercado anda loco, la corrupción no para, etc.? (Ello sería una injusticia: ¿por qué tiene que afectarse la imagen del presidente de la república –cualquiera sea– si otros actores muestran falencias de distinta textura y dimensión?).
¿Algunos de esos factores, o de otros, dan luces sobre la poca favorabilidad que, por ahora, tiene Duque? Es probable. En Así hablaba Zaratustra, Nietzche tiene para el presidente –por quien voté en las tres veces– este coscorrón: "Detesto a los hombres que marchan sin ruido y no hacen sonar sus espuelas”. Hay que hacerlas sonar. Si ello ocurre, la ciudadanía percibirá seguridad, progreso, bienestar general, que las cosas van bien, que las instituciones funcionan. Aunque no todo depende del mandatario, sino también del Estado y la sociedad, enlazados en propósitos comunes. De tal modo se genera esperanza, optimismo, buen ánimo, lo que se traduce, entre otras cosas, en respaldo al mandatario, al gobierno, al sistema, pese a las imperfecciones. A Duque no le vendrá mal adentrarse en la reflexión de Daniel Barenboim, connotado músico y director (conductor, líder) de orquesta, en El País, de Madrid, en septiembre de 2014: “El verdadero poder, de todas formas, no está en mandar hacer las cosas como uno las concibe, sino en tratar de convencer a quienes colaboran contigo e incitar a pensar a quienes trabajan a tu lado. El verdadero liderazgo empieza y termina con la capacidad de transmitir un pensamiento. Además de poseer la fuerza de carácter y convicción sobre dónde se debe imponer una decisión. También la inteligencia de no entrar en situaciones donde te encuentras incapaz de llevar tus ideas a buen fin”. El presidente tiene con qué ver las cosas claras. No se halla, ni de lejos, en el caso del dramaturgo y poeta español Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873), que era tuerto, respecto de lo cual se dijo a sí mismo: “Dejóme el Sumo Poder,/ por gracia particular,/ lo que había menester:/ dos ojos para llorar/ y uno solo para ver…”. Duque cuenta con sus dos ojos y con sus dos hemisferios cerebrales, suficientes partes para comprender la manifestación del oráculo de Yarum: “Con palabras te haces gobernante, con obras haces gobierno”. Le tocará interpretar el mensaje en toda su extensión y significación. Es que una cosa es ganar siendo candidato y otra, ganar siendo presidente. Con el tiempo veremos que sucederá esto último. INFLEXIÓN. Patricia Linares, que preside la Justicia Especial de Paz, dijo el chiste de la semana en la radio: “Los magistrados de la JEP se despojan de su ideología y asumen el papel de magistrados para elaborar sus sentencias”. Ideal para “Sábados felices”…
Más KienyKe
En redes sociales, la polémica exparticipante compartió un mensaje que dejaría abierta una posibilidad de su regreso a 'La casa'.
El mandatario brasileño y su homólogo francés calificaron de "grave" el bloqueo de la candidatura de Corina Yoris en Venezuela.
En silla de ruedas, el Sumo Pontífice lavó los pies de las reclusas en la prisión femenina de Rebibbia en Roma.
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, acusó al presidente argentino de equivocarse "en materia grave" con sus insultos a su homólogo colombiano.
Kien Opina