¿Sabía usted que el año que se acaba fue el Año Internacional de los Afrodescendientes? ¿No es cierto que no se notó? ¿O será que eso de los años internacionales de lo-que-sea no sirve para nada? Desde diciembre de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas había anunciado que este año iba a dedicarse a la población de ascendencia africana en el mundo entero, con el fin de erradicar la discriminación y promover el respeto hacia su diversidad. ¿Ha servido para algo?
No hay que buscar mucho. Es cuestión de hacer un rápido sondeo para descubrir historias como la de Yuritza Mosquera, una joven afrodescendiente con estudios técnicos en administración de negocios, a quien la falta de oportunidades laborales llevó a pedir trabajo como mesera en un restaurante del Parque de la 93. Pero lo triste no es que le toque resignarse a un trabajo de servir mesas, sino que al llegar a entregar su hoja de vida le hayan dicho: “mejor no deje sus papeles porque al jefe no le gustan los negros”.
El caso de Yuritza no es único. Es constante el rechazo a la población afro por parte de los empleadores, hecho que se convierte en una queja persistente de los movimientos afrocolombianos: a las personas de piel negra, a pesar de tener preparación, estudios y calidad humana, no se les tiene en cuenta en procesos de selección de personal.
Marcha afro/Foto Flickr: J. S. Montoni M.
Y mire que esta situación es evidente en cosas tan sencillas como ir a un supermercado o a un almacén de cadena. ¿Cuántos cajeros de raza negra ha visto? ¿Cuántos asesores de ventas de piel morena lo han atendido últimamente? Pareciera que a los negros se les hubiera relegado a espacios donde resulten invisibles como las cocinas, el servicio doméstico o lo que hoy llaman ‘servicios generales’.
Pero la segregación no se limita sólo a la búsqueda de empleo. Yuritza también relata que la búsqueda de un lugar para vivir es una pesadilla cuando se tiene la piel negra: “vamos a buscar vivienda para arrendar y nos dicen que no nos arriendan por ser negros. Porque supuestamente los negros hacemos bulla y somos escandalosos”.
¡Qué tristeza! Vivimos inmersos en prejuicios que nos han sido inculcados quien sabe por quién. Se piensa en el afro como rumbero, escandaloso, perezoso e ignorante, más no se le da la oportunidad de demostrar que no es así. ¡Y eso que Colombia es el segundo país en Suramérica con mayor cantidad de negros, después de Brasil!
Ahora, vuelvo con el cuento del Año Internacional de los Afrodescendientes. ¿Para qué ha servido?
Las Naciones Unidas lanzaron un mensaje pidiendo que los países inviertan más en la juventud afrodescendiente y, en Colombia, se expidió una noma que penaliza los actos racistas que aún no ha sido promulgada.
Pero, mientras tanto, en medios de comunicación no se ha hecho ni una sola campaña para buscar una mejora en las condiciones de vida de la población afro. Tampoco he visto programas o espacios dedicados a la reflexión sobre la situación de los negros en el país, cuando los medios deberían ser los más comprometidos en cambiar la mentalidad racista que por desgracia hemos ido multiplicando.
Y usted, qué cree, ¿somos racistas los colombianos?
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Post-It: Me llamó mucho la atención la columna de Daniel Pardo en Kienyke titulada “La radio de la mañana” por dos motivos: 1. Es una reflexión juiciosa sobre la realidad radial de las mañanas informativas de las cuatro emisoras más influyentes del ámbito informativo nacional. 2. Considero que le falta ser más juicioso en su zapping radial.
Decir que “La radio de la mañana en Colombia se ha vuelto predecible y mala porque todos dicen lo mismo, pero a su forma” es reducir el espectro radial a solo esas emisoras, cuando la oferta informativa matinal es mucho más amplia. Lo invito a que se detenga a escuchar desde el profundo análisis académico que se hace en UN Análisis (UN Radio), hasta el permanente recorrido por las regiones de Colombia y su realidad que hacemos en Noticias Radio Nacional, pasando por los debates moderados por el legendario Juan Manuel Ruiz en Las Cosas que Pasan (Javeriana Estéreo).
Apreciado Daniel, sí hay opciones, otra cosa es que si sigue buscando entre las mismas cuatro emisoras dudo mucho que las vaya a encontrar.
@colombiascopio
juanpablocalvas@gmail.com
Marcha afro/Foto Flickr: J. S. Montoni M.
Y mire que esta situación es evidente en cosas tan sencillas como ir a un supermercado o a un almacén de cadena. ¿Cuántos cajeros de raza negra ha visto? ¿Cuántos asesores de ventas de piel morena lo han atendido últimamente? Pareciera que a los negros se les hubiera relegado a espacios donde resulten invisibles como las cocinas, el servicio doméstico o lo que hoy llaman ‘servicios generales’.
Pero la segregación no se limita sólo a la búsqueda de empleo. Yuritza también relata que la búsqueda de un lugar para vivir es una pesadilla cuando se tiene la piel negra: “vamos a buscar vivienda para arrendar y nos dicen que no nos arriendan por ser negros. Porque supuestamente los negros hacemos bulla y somos escandalosos”.
¡Qué tristeza! Vivimos inmersos en prejuicios que nos han sido inculcados quien sabe por quién. Se piensa en el afro como rumbero, escandaloso, perezoso e ignorante, más no se le da la oportunidad de demostrar que no es así. ¡Y eso que Colombia es el segundo país en Suramérica con mayor cantidad de negros, después de Brasil!
Ahora, vuelvo con el cuento del Año Internacional de los Afrodescendientes. ¿Para qué ha servido?
Las Naciones Unidas lanzaron un mensaje pidiendo que los países inviertan más en la juventud afrodescendiente y, en Colombia, se expidió una noma que penaliza los actos racistas que aún no ha sido promulgada.
Pero, mientras tanto, en medios de comunicación no se ha hecho ni una sola campaña para buscar una mejora en las condiciones de vida de la población afro. Tampoco he visto programas o espacios dedicados a la reflexión sobre la situación de los negros en el país, cuando los medios deberían ser los más comprometidos en cambiar la mentalidad racista que por desgracia hemos ido multiplicando.
Y usted, qué cree, ¿somos racistas los colombianos?
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Post-It: Me llamó mucho la atención la columna de Daniel Pardo en Kienyke titulada “La radio de la mañana” por dos motivos: 1. Es una reflexión juiciosa sobre la realidad radial de las mañanas informativas de las cuatro emisoras más influyentes del ámbito informativo nacional. 2. Considero que le falta ser más juicioso en su zapping radial.
Decir que “La radio de la mañana en Colombia se ha vuelto predecible y mala porque todos dicen lo mismo, pero a su forma” es reducir el espectro radial a solo esas emisoras, cuando la oferta informativa matinal es mucho más amplia. Lo invito a que se detenga a escuchar desde el profundo análisis académico que se hace en UN Análisis (UN Radio), hasta el permanente recorrido por las regiones de Colombia y su realidad que hacemos en Noticias Radio Nacional, pasando por los debates moderados por el legendario Juan Manuel Ruiz en Las Cosas que Pasan (Javeriana Estéreo).
Apreciado Daniel, sí hay opciones, otra cosa es que si sigue buscando entre las mismas cuatro emisoras dudo mucho que las vaya a encontrar.
@colombiascopio
juanpablocalvas@gmail.com
