Antes de llegar al Congreso se veía bonita y le llegaban piropos de todas partes. Ahora que está en el Congreso siente que está en “playa baja”, a donde iban los concursantes del Desafío, a pa
Antes de llegar al Congreso se veía bonita y le llegaban piropos de todas partes. Ahora que está en el Congreso siente que está en “playa baja”, a donde iban los concursantes del Desafío, a pagar sus errores.
La representante a la Cámara Margarita María Restrepo, de Antioquia y del Centro Democrático, admite que aquí ha pasado las verdes y las maduras entendiendo a los políticos.
-No falta el que me diga bruta, gorda, fea, espantosa, retrógrada, uribista hijuetantas en las redes sociales, comenta riéndose.
Y aunque algunas veces ha llegado a conmoverse, recuerda que superó una dolorosa enfermedad, de esas que llaman raras, porque son una lotería fatídica para pocas personas en el mundo. Estuvo dos años “en el otro mundo” y después regresó para reaprender a hablar, a caminar, a vivir.
De ahí en adelante todo fue tener voluntad y pedirle ayuda a Dios. La representante Restrepo gestiona un proyecto para acompañar a personas que como ella sufren una enfermedad “anormal”.
Y como miembro de la comisión séptima de la Cámara anda también en la búsqueda de una ley que de verdad le ayude a los deportistas de este país, abrazados por los gobernantes cuando ganan, pero olvidados antes y después del triunfo.
El problema es que cuando va de pupitre en pupitre, buscando el apoyo de sus colegas y siente el rechazo, vuelve a sentirse fea, gorda, y despreciable, porque no encuentra la solidaridad plena de sus pares.