Hace unos días un juez condenó a José Elías Melo por el escándalo de Odebrecht en Colombia, cuando éste ocupaba la presidencia de Corficolombiana, Melo, hasta donde se sabe y por información y testimonios de varios testigos, que fueron llamados a este caso, habría sido la persona que aprobó el pago de 6.5 millones de dólares, los cuales fueron a parar a las arcas del exviceministro de transporte Gabriel García Morales, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez en el año 2009.
Vale la pena recordar que este pago a García Morales se da en medio del proceso de adjudicación de la Ruta del Sol sector II, y que sirvió para comprar al comité que decidió qué oferente se llevaba el contrato de este ambicioso proyecto. Luego de las coimas, fue adjudicada a Concesionaria Ruta del Sol S.A.S, unión de empresas en las que su mayoría participaba empresas como Odebrecht, Episol (Filial de Corficolombiana – Grupo Aval) y los Solarte.
Según testimonios de directivos de Odebrecht, Luiz Bueno, Luis Mameri, además del testimonio del mismo Gabriel García Morales entre otros, confirmaron que José Elías Melo estaba informado y autorizaba el pago de coimas, las cuales salieron de las cuentas de Odebrecht, a una empresa, Lurión Trading de Panamá.
Se sabe que García Morales con ese dinero y por medio de Juan Manuel Barraza (Esposo de la presentadora Andrea Serna) supuestamente invirtió dinero junto con el ex viceministro en el sector industrial de Cartagena, más exactamente en la obra del Parque Industrial TLC de las Américas S. A. (Zonas Francas).
Pero ha quedado en el silencio, como si se tratara de La Calladita pero en versión 2.0, el actual Fiscal General de la Nación Néstor Humberto Martínez, quien siendo abogado del grupo AVAL para ese entonces, trabajó para la Concesionaria Ruta del Sol sector II, se quedó en silencio y no informó a la Corte, ni mucho menos a quienes lo postularon para ser Fiscal, sobre su participación en este Grupo empresarial.
El 26 de Febrero de 2010, la firma Martínez y Martínez abogados, presentó una propuesta de servicios por solicitud de la concesionaria, para un “Estudio y asesoría con el objeto de suscribir un Contrato de Estabilidad Jurídica“, esta asesoría sería por un término de 10 meses y que serían atendidas directamente, por el entonces abogado Néstor Humberto Martínez Neira, el pago por esta asesoría, superaría los más de cincuenta millones de pesos, propuesta con firma del mismo Néstor Humberto.
El día 15 de marzo de 2010, la Concesionaria Ruta del Sol S.A.S, respondió a la propuesta del abogado Martínez, de una forma positiva y le indicaron que darían 30 millones de pesos al aceptar la oferta a título de remuneración fija y 50 millones como comisión de éxito, tras suscribir el contrato de estabilidad jurídica, dicha respuesta firmada por el representante legal de a Concesionaria Marko Harasic.
Es decir, Néstor Humberto Martínez Neira, debió informar cuando fue postulado a Fiscal General y al tiempo declararse impedido debido a sus negocios y más sabiendo que la concesionaria estaba hundida en irregularidades de sobornos, además de haber sido en la fecha abogado de uno de los integrantes que hacían parte de esa firma la cual ganó la licitación para la Ruta del Sol, II sector, con el pago de coimas de por medio.
Pero también, porque sabía de las irregularidades de primera mano, ya que su amigo y controller de la concesionaria Ruta del Sol, Jorge Enrique Pizano, le informó cuando empezó a notar facturaciones falsas y una serie de inconsistencias más que sólo daban lugar a suponer que se estaba cometiendo algo fraudulento al interior de la Concesionaria, a lo que Martínez Neira respondió como ya es conocido con su: “JIJIJIJI esto es una Coima marica.”
Esto solo es un pequeño dato del entramado de la gran telaraña de uno de los escándalos de corrupción más grandes de los últimos tiempos.
Twitter: @AndresCamiloHR
¿El Fiscal cuándo Renunciará?
Jue, 04/04/2019 - 18:01
Hace unos días un juez condenó a José Elías Melo por el escándalo de Odebrecht en Colombia, cuando éste ocupaba la presidencia de Corficolombiana, Melo, hasta don