El personaje del año soy yo

Jue, 22/12/2011 - 00:03
Porque acostumbré a mi estómago a cagar todos los días después del desayuno. Porque empecé a usar seda dental. Porque me aprendí “El ratón” en guitarra. Porq

Porque acostumbré a mi estómago a cagar todos los días después del desayuno. Porque empecé a usar seda dental. Porque me aprendí “El ratón” en guitarra. Porque me lavé el pelo cada tres días. Porque dejé de ir a fiestas que nunca quise ir. Porque aprendí a subir el andén y andar sin manos en la bicicleta. Porque aprendí a hacer humus. Porque me bañé mucho menos de 365 veces.

Pero, un momento, ¿a usted qué le importa todo esto? Pues parece que sí le importa, y mucho. Que, por patético que sea, es mi vida. Y las irrelevancias que yo pienso sobre mí y para mí. El egocentrismo, el lector se ha pronunciado, paga.

Ni el más experto en estudios de audiencias se esperaba el número de mensajes, columnas y comentarios que generaron las recientes renuncias públicas de Carolina Sanín y Camilo Jiménez; que, aunque diferentes en espíritu, ambas dos renuncias ególatras. ¿Por qué tanto alboroto? ¿Por qué a usted le gustan tanto las disertaciones en primera persona? ¿Qué es eso del ser humano íntimo que tanto le llama la atención?

No es fácil de responder. Lo dijo Jiménez: “Si hubiera sabido que iba a salir en los medios, no habría dicho que fumaba marihuana”. Los lectores son un ente impredecible e indescifrable. Suele pasarle al que vive de publicar barrabasadas: cuando uno cree que escribe un buen artículo, nadie lo lee. Pero cuando manda un comentario espontáneo y banal, a la gente le fascina. Hay algo de usted que los publicadores no logramos entender.

Y más si se trata del lector en internet, que es ecléctico, crítico, vacilante, participativo. Por eso dicen que la clave de una publicación en internet es conocer a la audiencia: entre más sepamos de ella, más y mejor contenido sobre lo que quiere le podemos dar. En ese sentido, el publicador tendrá mejores argumentos para vender su contenido a los anunciantes. Y ahí está su negocio. El estudio de la audiencia era más una práctica de la publicidad que del periodismo, que ahora ha debido adoptarla a la fuerza. Tan a la fuerza, que no lo ha sabido hacer. Y de ahí esta crisis de la que hablan.

Las audiencias de los viejos medios eran menos cambiantes, menos aleatorias. Las audiencias de ahora son un hoyo negro. Y les encantan los soliloquios egocéntricos.

Las controversias de Sanín y Jimenez son fenómenos típicos del internet. Sin él este barullo no se habría dado. Primero, porque las repuestas fueron inmediatas y se dieron en caliente. Incluso yo caí en la trampa de dar mi opinión sobre el asunto. Lo hice rápido, y llovieron las visitas. No me arrepiento, ni cambio de opinión, pero acepto que fui víctima de la calentura que fomenta la red. Lo cual no es necesariamente malo: así son los nuevos medios.

Por otro lado, estas controversias son dignas hijas de la red porque son revelaciones íntimas. Iban en primera persona. Y eso a usted, cibernauta caprichoso, le fascina.

Recuerde el copy de YouTube: “Broadcast yourself” (transmita usted mismo). El internet le dio una nueva función a la vida privada y, por consiguiente, a la primera persona. Que, sí, venía en proceso de reivindicación desde que Hunter Thompson y sus secuaces empezaron a escribir así en los sesenta; pero con el internet se disparó. Ahora el periodismo es un reality. Y sobre todo en Colombia, donde volvemos cualquier controversia una pelea de gallos; gallos egocéntricos, claro, que escupimos nuestras opiniones como si fueran imprescindibles.

El periodista se ha vuelto más protagonista que las noticias. No olvidemos –por favor, nunca vayamos a olvidar– la renuncia a Twitter del caricaturista Vladdo, la cual, por irrelevante que fuera, generó un chorrero de trinos y comentarios irrepetible.

Que un columnista revele su intimidad puede ser la fórmula más taquillera para generar visitas en el periodismo actual. No por casualidad José Antonio Vargas, el inmigrante que se destapó en el New York Times en junio pasado, fue uno de los personajes del año. También es famoso el caso de Emily Gould, una bloguera que revelaba su vida y terminó siendo ridiculizada por su exnovio en el New York Post. Antes no existía semejante formato intimista: la privacidad era más respetada, más enigmática. Pero ahora el Yo es preciado y usado por muchos. La gente valora que un columnista, en vez de mirar el mundo desde el trono que le da su estatus de comentarista serio, trate temas mundanos sobre su vida cotidiana. Y más si expone su intimidad. Un ejemplo: Adolfo Zableh. El mundo ha visto le emergencia del periodismo del Yo.

Ahora: me pregunto qué habría pasado si las renuncias no hubieran sido publicadas en medios masivos, como son El Tiempo y El Espectador. ¿Habrían tenido tanta relevancia? ¿Habrían dado con tantas columnas? Lo dudo. Los blogueros todavía son sobrevalorados, no solo en Colombia. Pero acá, en esta aldea, la gente solo considera relevante lo que viene de los medios tradicionales. Por ejemplo: La bobada literaria publica cosas como estas y más controversiales a diario, pero nunca han sido motivo de una columna de, digamos, Daniel Samper Pizano. El día que publiquen una entrada de La bobada en El Tiempo, aténgase a la faena de opiniones.

Terminamos el año, pues, hablando de Mí, de los cinco mismos temas y pelagatos de siempre y del poder que la red le propició a nuestra irremediable arrogancia. Primero yo, segundo yo, tercero yo. La era de la información es, más bien, una comuna de egos. ¿A dónde vamos a llegar? Ojalá el mundo se acabe el próximo año. Por lo pronto, solo les pido a los periodistas/protagonistas de novela que no renuncien más. Que se queden callados hasta el próximo año, a ver si podemos pasar las fiestas tranquilos. Aunque lo dudo.

Más KienyKe
La legendaria banda puertorriqueña de reggae, Cultura Profética, está a puertas de su esperado regreso a Colombia.
Los expertos en moda comparten los mejores consejos para lucir increíble en la noche más esperada del 2024.
En un contundente mensaje publicado en redes, Daniel Mendoza se refiere a por qué rechazó la embajada de Tailandia.
A raíz de la polémica de Daniel Mendoza por la embajada de Tailandia, Francia Márquez le envió mensaje a Gustavo Petro.
Kien Opina