El verdadero enemigo del periodismo

Publicado por: admin el Mié, 14/11/2012 - 00:31
Con ocasión del debate que se ha presentando en las últimas semanas por la libertad de prensa, en el que la empresa privada ha quedado como la enemiga principal del periodismo, diré qu

Con ocasión del debate que se ha presentando en las últimas semanas por la libertad de prensa, en el que la empresa privada ha quedado como la enemiga principal del periodismo, diré que es una discusión un tanto equivocada, en la medida en que se “olvida” que el verdadero enemigo de los medios de comunicación es el Estado en su conjunto.

Con el ánimo de refrescarles la memoria a quienes “olvidan” lo que se hace desde el gobierno o alguna institución del Estado cuando algún medio no le es favorable, comenzaré por recordar que fue en el gobierno de Ernesto Samper cuando, no se por si casualidad, se le quitó la licencia al Noticiero TVHoy de propiedad de la familia Pastrana, enemiga política del entonces presidente,  lo que  demuestra que este tipo de actuaciones no han sido prácticas exclusivas de la administración de Álvaro Uribe. Lo digo porque fue justamente en el periodo de este último cuando se dio la eliminación de la Revista Cambio, en momentos en que esta denunciaba los manejos turbios de algunos de sus funcionarios y los hechos en los que incurrían, como el caso de Agro Ingreso  Seguro, los falsos positivos y  las escuchas ilegales desde el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), donde el mismo periodismo fue una de las víctimas.

Pero para no quedarnos en el pasado, mencionemos hechos recientes, como por ejemplo lo que pretendía hacer el alcalde de Bogotá,  Gustavo Petro, de no dar entrevista alguna y en cambio grabar videos y enviarlos a los noticieros de televisión para que fueran retransmitidos, hecho al que Yamit Amad, director del Noticiero CMI,  se opuso rotundamente y denunció tal pretensión en la sección Uno, Dos y Tres. Como era de esperarse el burgomaestre negó haber dado semejante orden, pero aún así meses más adelante, cuando Noticias Uno denunció la presencia de bacterias en el agua de Bogotá, Petro no dudó en anunciar demandas, demostrando su intolerancia cuando las noticias no le son favorables.

Ni que decir de la manera como actúa la Policía, y en este caso no más diré que en el 2011, haciendo uso de mi cargo como asesor de prensa de la Corporación Nuevo Arco Iris, tuve que enfrentar una fuerte discusión  con el entonces Comandante de la Policía de Bogotá Francisco Patiño, quien se oponía a que la Unidad de Informes Especiales de Noticias Caracol revelara los estudios que sobre seguridad ciudadana en Bogotá había realizado el Observatorio de Conflicto Armado de Nuevo Arco Iris, donde sus policías no quedaban muy bien parados. Sin embargo, gracias al apoyo, independencia y profesionalismo de Darío Fernando Patiño, director del espacio noticioso en ese tiempo, la pataleta del hoy director de la Policía de Tránsito, General Patiño, no tuvo ningún éxito.

Ahora,  cuando se quiere hablar de algún caso judicial, de control fiscal o disciplinario, que sea  de interés general y que no prospera por más que pase el tiempo, los funcionarios de estas entidades acuden a leguleyadas para no dar ningún tipo de información sobre el hecho, que permita entender el porqué de la demora en la toma de decisión.

Es claro entonces que de estos hechos no se salva ninguna entidad, mucho menos si es del  gobierno nacional, que son las menos interesadas en que la verdad de algún hecho que tenga que ver con sus funcionarios, o algún procedimiento que no esté bien encaminado, se sepa. Y cuando aceptan dar información, lo hacen pero acomodando las circunstancias de tal modo que estas les sean beneficiosas, y no les causen ninguna incomodidad. De hecho, podría apostar a que si en las manos de los senadores y representantes que se encargaron de acomodar la Reforma a la Justicia a su acomodo, hubiese estado el evitar que el texto conciliado fuera conocido por los medios de comunicación, con toda seguridad el claro propósito de los congresistas de blindarse de la acción judicial en estos momentos sería un hecho.

Vemos entonces que el periodismo tiene un enemigo principal, que no es precisamente la empresa privada, porque este se encuentra arropado bajo los cargos públicos, los mismos que les dan cierto tipo de poder a quienes los ostentan, el que utiliza con el fin de evitar que la opinión pública conozca los malos procederes y la manera como utilizan el poder para beneficiarse tanto ellos como sus allegados.

@sevillanojarami