Es pecado ser mujer

Lun, 12/05/2014 - 18:25
Enfrascados como estamos en una campaña electoral vacía, se nos pasan cosas verdaderamente profundas que están sucediendo en el mundo.

El secuestro de más de trescientas niñas en Nigeria por p
Enfrascados como estamos en una campaña electoral vacía, se nos pasan cosas verdaderamente profundas que están sucediendo en el mundo. El secuestro de más de trescientas niñas en Nigeria por parte de un grupo fundamentalista islámico es algo tan atroz o peor que el derribamiento de las Torres Gemelas, solo que por tratarse de un país tercer mundista y africano no ha tenido la misma espectacularidad para los medios. No es fácil imaginar los recovecos mentales, repletos de fanatismo e intransigencia, que lleva a una persona como Abubakar Shekau, a cometer tamaña atrocidad. Las niñas, sacadas de su internado católico por el simple hecho de estar estudiando en un colegio “occidentalizado” ahora están en manos de un grupo criminal que amenaza con venderlas. Por supuesto la religión islámica no es la culpable, sino un loco que cree interpretar “sabiamente” el Corán al sustraer estas niñas de las malas influencias de una educación que les permita ejercer su identidad desde la libertad de ser mujeres. Ser mujer para este líder guerrerista que combate en Nigeria a la población católica es ya de por sí un factor de desvalorización. Para él las mujeres deber servir, sometidas a su esposo, sin posibilidad de desarrollar sus capacidades intelectuales. Por eso resulta una ofensa que estas niñas estén estudiando. Precisamente en el estudio es que radica el gran mal que la secta “Boco Haram” pretende erradicar mediante el amedrantamiento de la población pro occidental. El nombre del grupo representa su principal objetivo, pues significa “La educación Occidental es pecado”. Y un pecado más grave aún si las que la reciben son mujeres, porque hacia este género se juntan todas las restricciones del fanatismo chiita. En Occidente nos vanagloriamos de las libertades y tal vez por eso estamos convencidos que eso de esclavizar mujeres es cosa del pasado. Es cierto, hemos avanzado, no se puede impunemente comercializar una mujer en Colombia, en México o Estados Unidos, pero el estigma de ser mujer sigue pesando en nuestras sociedades, en las cuales el abuso y el maltrato a la mujer sigue existiendo, así sea ilegal. Tal vez por eso es tan importante trabajar en procesos educativos que hagan cada día más viable la equidad entre los géneros. El caso de las niñas en poder del grupo Boco Haram, aunque distante de nuestra realidad, no muestra el sendero retorcido que puede tomar el machismo desbordado en una sociedad patriarcal, fundamentada en el poder de los hombres. Hombres y armas, hombres y conflicto armado, hombres y poder religioso, hombres y poder político, son todos cocteles peligrosos que llevan a la ceguera ideológica, esa enfermedad que no permite  ver sino en los principios fanáticos del que domina y mantiene a la persona dominada bajo el yugo de sus irracionales conceptos. Lo de Nigeria es un espejo en el que debe mirarse la humanidad para no ir a permitir el florecimiento de una cultura patriarcal bajo el absolutismo religioso. Dios nos salve de esos hombres que en su nombre maltratan a las mujeres. Ojalá la comunidad internacional tan buena para intervenir en conflictos cuando le representan poder económico haga algo para acabar el drama de unas mujeres que no representan nada más que el anhelo de autodeterminación y libertad. www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus/
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