¡EXTRA! ¡EXTRA! BOGOTÁ MÁS CERCA QUE NUNCA DE TENER SU METRO. ¡Qué notición! ¿Qué pensará cualquier lector desprevenido al leer que la expectativa incierta de contar con un medio de transporte aceptable sea titular de primera página en la edición dominical del periódico más importante de un país que pasa por una situación extremadamente crítica? Arriba de este colorido titular este periódico anunciaba que el esperado filme Sinsajo fue estrenado y a un lado algo “inédito”, que las FARC habían atacado la Isla Gorgona. Tres noticias con la que pudieron distraer el pasado día de descanso quienes todavía siguen el viejo ritual de leer El Tiempo los domingos.
Hace ya unos años que no leo El Tiempo los domingos aunque, debo confesar, fue para mí una costumbre casi sagrada originada en mi niñez cuando esperaba con ansias la llegada del periódico con su cuadernillo de tiras cómicas y sus asombrosos dibujos que hacían volar mi imaginación infantil. Recuerdo como años después el voceador me despertaba anunciando El Tiempo y me precipitaba a comprarlo como si se fuera a agotar, lo que en realidad ocurría con cierta frecuencia. Procedía a tomarme un café y fumar un cigarrillo revisando con atención su primera página de grandes titulares, ya fuera la dada de baja de un bandolero, una toma guerrillera o el asesinato de líder, para luego leer con atención las noticias más relevantes, el editorial y a algunos columnistas y pasar a la sección cultural dejando como postre los comics, el horóscopo y el crucigrama.
Algo de nostalgia sentí el domingo pasado cuando vi en una esquina a un vendedor de El Tiempo, ya no al voceador que con gritos llamaba la atención de los transeúntes para que se acercaran a comprar el periódico que llenaría los vacíos propios de un domingo. El vendedor de hace unos días lo ofrecía sin ningún entusiasmo, casi mendigando que le compraran ese arrume de papel que llevaba como si fuera una pesada carga de la que tenía que desembarazarse pero que no se atrevía a pregonarlo y exhibirlo como antaño lo hacían sus predecesores, en el que alcancé a leer: “Inédito ataque de las FARC en Gorgona”.
En la noche comenté en casa de mi padre, en dónde todavía se explaya los domingos El Tiempo en la gran mesa del comedor, acerca del ataque terrorista y, particularmente, de la manera como el director y el editor de El Tiempo la anunciaban. “Inédito” ¡Por Dios! ¿Inédito? ¿Nunca visto, original, fresco desconocido, estrenado? ¿Esa era la forma adecuada de dar la noticia de un hecho de extremada gravedad como si se tratara de Sinsajo, el film que promocionaban en la parte superior de la primera página? De terrible, terrorífico, atroz, espeluznante, horroroso pavoroso, inaceptable, espantoso, se podría calificar a un ataque como el perpetrado la semana pasada por las FARC pero no de inédito, por favor.
Mi cuñada me dijo que debería enviar una carta al periódico a lo que le respondí que no valía la pena y ahora me veo tratando de expresar mi repudio a un tipo de periodismo vendido que da muestras de lo bajo que ha caído el país por culpa de un gobierno inepto y desvergonzado al que el asesinato de sus ciudadanos lo tiene sin cuidado y al que un ataque alevoso y despiadado contra la pequeña estación de policía de una isla que es refugio natural a dónde sólo va uno que otro amante de la naturaleza- les importa un carajo.
Para un director o editor la primera página de su periódico es el termómetro del país. Pretender bajarle la fiebre con noticias de farándula o convirtiendo en frívolo lo que de ninguna manera lo es, como llamar “inédito” a un ataque terrorista, no hacen sino mostrar el extremo estado de descomposición del mismo país.
El alevoso y cobarde ataque de los criminales a la Isla Gorgona debería marcar un precedente y muy especialmente ahora cuando el mundo tiene las miradas puestas en la Región Pacífica de Colombia luego del secuestro o toma de rehén de un general del ejército.
Estas son las acciones de los terroristas mientras tratan al presidente como un trapo viejo. Timoleón Jiménez, alias Timochenko, le reclama a Santos “gestos de paz” mientras comete actos de barbarie y le dice con total descaro en su última carta al mandatario, luego de cometer el “inédito” ataque, con un cinismo sólo comparable al de Santos y sus amigos, que “lo que se hace insostenible es que el Presidente se siga ufanando de matar y matar, mientras obra con histeria porque se le responde con dignidad”.
¡EXTRA! ¡EXTRA!
Jue, 27/11/2014 - 03:22
¡EXTRA! ¡EXTRA! BOGOTÁ MÁS CERCA QUE NUNCA DE TENER SU METRO. ¡Qué notición! ¿Qué pensará cualquier lector desprevenido al leer que la expectativa incierta de contar con un medio de transpor