El famoso escándalo de Watergate que terminó por tumbar al todopoderoso Presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, empezó por un descuido de los hombres que ingresaron a la sede Demócrata pero se consolidó por las filtraciones de información que hizo al diario The Washington Post un hombre muy cercano al gobierno. En ese momento y para proteger su identidad solo se lo identificaba como Garganta Profunda pero muchos años después cuando este informante murió se vino a conocer su nombre.
Aquí parece ser que tenemos también una Garganta Profunda, aunque la información no va a dar a ningún medio y no se concentra en un solo tema. Las filtraciones en Colombia van a dar al expresidente Uribe, que las recibe antes del mismo Presidente Santos.
Ha habido filtraciones de todo tipo, eso sí casi todas relacionadas con las fuerzas militares o el proceso de paz. Recuerdo tal vez que una de las primeras fue sobre las conversaciones que el gobierno adelantaba en secreto con las Farc. Uribe con un twiterazo denunció estos contactos y el gobierno no tuvo más alternativa que salir a contarnos que estaban a punto de iniciarse el proceso formal de La Habana.
Después han venido otras filtraciones. Algunas muy delicadas como aquella que le entregó a Uribe las coordenadas del sitio donde recogerían a un guerrillero, hasta las de hace dos semanas cuando fue el expresidente que nos hizo saber del secuestro del general Alzate.
De Uribe podría decirse cualquier cosa, menos que este desinformado, porque todo lo que ha dicho en su twitter ha salido cierto y eso debe tener muy aburrido al gobierno.
La última historia que nos comunicó es la de las condiciones que según él, ha puesto la guerrilla para continuar con el proceso de paz, inclusive dio a conocer el monto del salario que se estaría pidiendo para los guerrilleros desmovilizados después de la firma del acuerdo: Un millón ochocientos mil pesos, es decir tres salarios mínimos.
A diferencia de lo que sucedía en Washington donde se estaba violando la ley, aquí lo que se cuenta no es un delito, ni un acto de corrupción, sino un proceso de paz, en el que como dijo Juan Manuel Santos nos vamos a tener que tragar muchos sapos. Claro, una cosa es que el sapo se lo den a uno con un caldito o con agua de azúcar para matizar el sabor y otra que se lo empujen entero a uno como lo está haciendo el doctor Uribe. Así a la brava cuesta más tragarse ese bicho.
De manera que si Santos quiere evitar que se le siga descuadernando el proceso debería poner a toda la inteligencia militar o civil a cazar la famosa garganta profunda que tiene tan dateado al señor ex presidente. De lo contrario muchos escollos se le van a atravesar a la rueda de la paz.
No será que la garganta profunda, como fue con Richard Nixon, era alguien muy pero muy cercano al Presidente, que no estaba de acuerdo con el proceder del mandatario y su cúpula? Averígüelo Vargas porque solo así se explicarían tantas rupturas en los “secretos del proceso”.
www.margaritalondono.com
http://blogs.elespectador.com/sisifus/
Garganta profunda
Lun, 08/12/2014 - 15:54
El famoso escándalo de Watergate que terminó por tumbar al todopoderoso Presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, empezó por un descuido de los hombres que ingresaron a la sede Demócrata per