Un chat de periodistas puede evidenciar un vicio justificado en la tecnología. Hace poco, varios de ellos se recriminaron en un grupo de Whatsapp creado por un Ministerio colombiano quién era más ‘vago’, pero en realidad el problema es el facilismo al que nos estamos acostumbrando.
- Colegas, buenos días, les recordamos que hoy tenemos las siguientes actividades para que se puedan programar:
- Por favor, audio.
- Si algo nos pueden enviar el audio. Mejor.
- Y dar el tiempo donde diga la noticia... por fa’.
- Y hacen la cuartilla...
- Conchudas
- Ay, hablo el conchudo mayor. Que siempre hay que pasarle el audio
- A mí me llega, nunca lo pido...
- Uffff
- Ahhh yo siempre voy a las ruedas
- Pelea, pelea
- Pero si siempre estás con algún invitado en línea y nunca vas a ruedas de prensa
- Pues por lo menos prefiero tener invitados que dedicarme a pasar audios. Y por lo menos no hago de las ruedas de prensa una primicia
- Los invitados los pone XXX (nombre de reconocido periodista), tú los llamas
- Tranquilos todos. Les vamos contando sobre la hora o la decisión de si enviamos audio.
- Gracias, XXX. Así de amable debería ser la niñita de XXX (nombre de medio de comunicación).
- (…) el problema es que tenemos limitaciones de agenda también. Les avisamos. Muchas gracias a todos por la comprensión.
- Gracias, XXX. Te recomendaría sacar a algunas personitas que afectan el grupo
- Aquí no es como en XXX (nombre de medio) que no los dejan entrar a cabina, nosotros ponemos a los invitados
- Sí, depurarlo (el grupo), iniciando por XXX (nombre de medio de comunicación)
- Hola (…) Estamos atentos al comunicado porque estamos todos fuera de la redacción ahora mismo con otros temas.
- Sí, por favor, audio.
- …
- El periodista que se dedica a reproducir lo que envían las oficinas de comunicaciones deja de serlo.
- La Oficina de Comunicaciones cumple con su deber al facilitarle las cosas al periodista. Lo que quiere es que se reproduzcan sus noticias. El periodista decide si cae o no en esa dinámica, si se vuelve o no un reproductor de contenido. Punto.
- Este vicio es no solo es malo para el oficio sino también para la audiencia.
- La comunicación digital es maravillosa para el periodista, pero no para avivar su pereza y facilismo.
- El periodista debe aceptar la crítica, también la de sus colegas. (Espero que por escribir esto no me vayan a sacar del grupo de Whatsapp).
- Por horarios abusivos y exigencias sobredimensionadas de jefes y dueños de medios, el periodista también se ve obligado a actuar así. No siempre es su culpa.
- En estos chats muchos colegas escriben muy mal.
- Los errores son comunes. En otro grupo de Whatsapp para periodistas, la jefe de prensa de una entidad nacional envió este mensaje: “Quiero bailar esta canción CONTIGO” seguido del vínculo del video del famoso reguetón ‘Despacito’. Tras la embarrada, apuntó: “Jajajaj una canción para que se animen ? feliz día del periodista adelantado”.
- Lo último: esto no se trata esto de juzgar el trabajo ajeno porque sí. Ni más faltaba. Esa es la razón por la que omití los nombres de los periodistas y los medios en el chat. Todos nos hemos equivocado al enviar un mensaje en Whatsapp (no soy quién para tirar la primera piedra), pero nunca estará de más recapacitar sobre lo que estamos haciendo y sobre cómo lo estamos haciendo.