Insisto en que voy a votar NO, porque…  (Parte II)

Sáb, 10/09/2016 - 03:35
A mí sí me duele la plata del Estado, la de todos los colombianos y por supuesto la mía.  En ninguna parte del acuerdo, se establece que las Farc deban devolver los dineros producto de sus extors
A mí sí me duele la plata del Estado, la de todos los colombianos y por supuesto la mía.  En ninguna parte del acuerdo, se establece que las Farc deban devolver los dineros producto de sus extorsiones, secuestros, narcotráfico y quizás qué otras cosas más cobraban y que no sabemos, mientras Santos les garantiza no tocar sus incalculables fortunas, nosotros (usted, el de la tienda, el de las empanadas, el de la multinacional y hasta la muchacha del servicio) terminaremos pagando el posconflicto, la reparación de las víctimas (¿uno puede auto-repararse?) y como si fuera poco, en impuestos y 3 puntos que por ‘RT’ (Reforma Tributaria, NO retuit) le subirán al IVA, nos darán otra estocada. Votaré NO, porque en el tan delicado tema de los niños, sacados del seno de sus hogares y obligados a portar fusiles en vez de juguetes, tanto el Gobierno como las Farc se han hecho los pendejos. Es en serio, las Farc no están obligadas a entregar a estos pequeños que les robaron sus infancias para reclutarlos y convertirlos en guerreros y, cuando por ellos se les preguntó en la mesa de negociación, se hicieron los de las gafas y audífonos, aludiendo que: “era un tema de confianza” … ¿confianza?, por Dios Santísimo, cómo se les ocurre citar este término; esto es de bandidos, y entre bandidos no hay confianza.  Según ellos: “no los vamos a exponer” y a revictimizar; pregunto: ¿qué ira a ser de esos pelaos, hijos de madres y padres (por supuesto) de extracción humilde?, que despropósito. Yo votaré el NO y lo invito también a hacerlo, porque en medio de su cinismo, las Farc insisten en que no entregarán secuestrados, afirmando sencillamente que no tienen. Y ahí no para todo; el Gobierno, los negociadores y todos los ‘encantadores de serpientes’, nos piden que les creamos a las Farc; ¿cómo creerle a una parranda de malhechores, cuya diferencia a lo que hacían hace 4 años, es el cambio de un camuflado por guayaberas? Que alguien me explique, cómo le creen a quienes con las armas asesinaron, extorsionaron y enviaron ‘cosos’, antes que, a una autoridad del periodismo y las causas de las familias de secuestrados, como lo es Herbin Hoyos, quien desde el 2012, inició una cruzada por aquellos colombianos y extranjeros privados de la libertad por ‘la revolución’. Yo votaré NO, porque no tengo claro qué pasará con las milicias, esas estructuras armadas de las FARC que en las ciudades hicieron el temible ‘plan pistola’; éstos, no entregarán armas ni comparecerán ante ningún estrado judicial y, como aditamento al ‘cóctel de exabruptos’, tampoco serán obligados a entregar contactos, rutas, delación de compinches internacionales, confabulando así una ‘gambeta’ a la justicia y elucubrando el más grande encubrimiento en el que se ve involucrado tristemente un Estado que otrora dio muestras y se ganó la confianza internacional por la lucha frontal contra todo tipo de delitos, en especial narcotráfico, mercado negro de armas y toda serie de bandidos colombianos con rotulo rojo de Interpol.  Es una burla con los colombianos y una vergüenza pública con la comunidad internacional. Si aún está indeciso, le diré por qué votaré NO al plebiscito: porque en las cuentas de las FARC, la ‘repartición de tierras’ de acuerdo a LA ORDEN de ‘Don’ Iván Márquez, no puede ser inferior a las 20 millones de hectáreas (la tal Reforma Rural Integral), mientras toda la extensión territorial que ellos raparon descaradamente a los colombianos de bien, no serán incluidas en la dichosa repartición; nada más injusto y desmotivador para quienes a pulso han vuelto productivos lícitamente los nobles campos colombianos. Yo votaré NO, porque me parece una paradoja o ‘el cuento del gallo capón’, que seamos los colombianos quienes debamos pedir perdón a las Farc por sus buenos servicios y las molestias causadas; es decir, nosotros como víctimas, esperábamos que quedara plasmado en los acuerdos, que este grupo de criminales le pidieran perdón al país y a la comunidad internacional, precisamente por sus crímenes, pero NO; su ego y posición privilegiada en los que los ‘niveló’ Santos, los deja con prebendas y con el portón desplegado para seguir con su semillero marxista, ahora no con las armas, sino, paradójicamente con el verbo y la legislación que se ganaron por arrodillar a toda una Nación a punta de fusiles, minas, voladuras y secuestros… muchos secuestros.  Usted verá; yo votaré por el NO.  
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