José Benito Barros Palomino, muere a los 92 años en 2007, cargado de admiración y cariño, por haber sido un compositor y músico popular colombiano. Nació, vivió y agonizó en su pueblo originario, El Banco, a orillas del río Magdalena, pero murió en Santa Marta. Había perdido, progresivamente, su lucidez, diez años antes, pero no su banqueño amor por el terruño, él, que anduvo de la Ceca a la Meca, con su guitarra cancionera y serenatera. Por su música sufrió y vivió. La organización gremial de los compositores, Sayco, le hacía llegar de manera cumplida las regalías. Cualquiera pensaría que su delgadez era de hambre. No, era su constitución física. Ni pobre ni olvidado, José Barros tuvo a los suyos y la opinión pública a su lado hasta el final. Imposible no recordarlo a los cinco años de su muerte.
Hijo de indígena pocabuyana, Eustasia Palomino, y de un emigrante brasileño, Joao María Du Barros, José Benito casó tres veces en su larga vida. La primera esposa se llamó Tulia Molano, con quién procreó dos hijos. Luego con Amelia en Barranquilla y con ella cuatro hijos. Finalmente con Dora en 1966, habiéndole puesto nombres rusos a sus hijas: Katiuska y Veriuska, una de las cuales expresó en un reportaje: “¡Pobrecito! A mi papá las mujeres lo dejaron por malgeniado”. A la muerte de su padre que era comerciante y alcanzó a ejercer la primera alcaldía de El Banco, José Benito la vio difícil. De tal manera que de lustrabotas pasó a pescador y vendedor de refrescos en el teatro. A los 17 años salió a prestar el servicio militar obligatorio. Después viajó a México y Argentina. Cuando anduvo de minero en Segovia, Antioquia, compuso El Minero, obra que le mereció un premio en la radio. José Barros recibió orientación musical del maestro Luis Uribe Bueno, santandereano de cuna y antioqueño por adopción.
Su primera composición, a los 12 años, fue un tango: Cantinero Sirva Tanda, tango que le sirvió para darse a conocer en el barrio Guayaquil de Medellín años después. Según los especuladores de datos, el número de sus composiciones es contradictorio. Radio Gladys Palmera de Barcelona, España, dice que son 500 piezas musicales. Según el diario Gramna de Cuba, son ochocientas. Pero investigadores en el sitio del entrevistado señala que son 392.
Lo cierto es que José Barros compuso buen número de obras musicales que son reconocidas por los colombianos y los oyentes hispano parlantes. Paseos como Las Pilanderas, El Chupaflor, La Llorona Loca y Momposina. Cumbias como Navidad Negra, El Pescador. Porros como El Gallo Tuerto, Palmira Señorial. Boleros como Busco Tu Recuerdo. Garabatos, ritmo costeño para la época de carnaval, como Estás Delirando. Pasillos y géneros andinos como Pesares. Además merengues, puyas y currulaos. Quizás la más famosa de sus obras es La Piragua, nombre de una embarcación que debería hacer parte de la flota naval de la Armada colombiana, para que sus muchachos, tan serios y estirados que todos parecen ser miembros del almirantazgo, aprendan a mover las caderas antes de abandonar el puerto y levar ancla para después volver.
José Benito, el piraguo
Mié, 27/06/2012 - 01:02
José Benito Barros Palomino, muere a los 92 años en 2007, cargado de admiración y cariño, por haber sido un compositor y músico popular colombiano. Nació, vivió y agonizó en su pueblo originar