Quedan en el tapete de la historia cuando menos dos ejercicios memorables en el desarrollo de ciudadanía y control social en el país: de un lado, unos comicios electorales que tienden a sentar las bases de una Colombia incluyente y pluralista; y de otra, un hecho igualmente importante, la creación de la primera Red Nacional de Veedores Juveniles “Los jóvenes tienen la lupa” en Bogotá, articuladas al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) vía la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), y vinculadas a la RED VER –Red de Veedurías Ciudadanas de Colombia-. Lo más interesante es que este último ejercicio de participación apunta de manera concreta a completar la espiral de construcción de ciudadanía activa, como ningún otro ejercicio en el país, y se corresponde con la reciente encuesta anual sobre la corrupción llamada Latinobarómetro realizada en 18 países de la región. Colombia es el primer país que define como su más grave problema el de la corrupción y exige participación ciudadana para contener este fenómeno.
Con la asistencia de más de 200 representantes de jóvenes de los 32 departamentos, 75 municipios, en desarrollo de la segunda fase del Programa “Los jóvenes tienen la palabra”, en el que participan cerca de 10.000 en proceso de capacitación sobre el tema veedurial se logró desatar un proceso irreversible de empoderamiento juvenil sin precedentes el país. Dichos jóvenes se ocuparán inicialmente del monitoreo social de la bienestarina, y de asegurar de manera preventiva el uso adecuado de la pólvora tanto en su fase de fabricación como de comercialización y uso.
La meta es fortalecer ese programa piloto de manera más articulada tanto con el Programa Presidencial de Lucha contra la Corrupción, la Contraloría General de la República, como con Colombia Joven y demás espacios de promoción de la participación ciudadana reconocidos dentro de la denominada Red de Apoyo a las Veedurías Ciudadanas que creamos en la Ley de Veedurías – 850 de 2003-.
Dentro de dicho Encuentro Nacional, tras una inducción y facilitación en control social, enfoque de derechos, la propia experiencia exitosa o modelo de RED VER, herramientas para la participación, instancias de participación juvenil, arquitectura institucional y su expresión lúdica, se pudo orientar a los jóvenes en la temática básica de su ejercicio cívico, lográndose que los mismos jóvenes deliberaran tan ampliamente como el escaso tiempo lo permitía, y se dieran en la tarea de inaugurar esta primera red juvenil, democráticamente conformaran su instancia de coordinación, y desataran creativamente una dinámica que los propios adultos envidiarían.
Se trata de un proceso incipiente y un camino largo que apenas comienza, frente al torrente refrenado, sino negado de participación juvenil; explica como esa fuerza vital tiene aún dificultades para estructurarse y avanzar en procesos de integración, articulación, definición de roles, y de generación de liderazgos más colectivos que individuales, más pensados en términos de país que de región, más incluyente frente a las minorías que pasa por el tema de género, y étnico entre otros.
“Los jóvenes tienen la lupa” da un paso adelante en la materialización de los derechos de los jóvenes consagrados en la normatividad internacional, y que hace parte del Estado Social de Derecho, cuyos desarrollos dependerán de la sostenibilidad y garantías que brinde la sociedad e institucionalidad patria, y los organismos de cooperación internacional, tanto a este espacio como a la propia RED VER como organización sombrilla a cuyo interior y expensas en términos cívicos se desatará este ejercicio en el seno del ICBF – hoy por hoy organización líder y núcleo en la promoción del control social-.